30 septiembre 2017

Vivir sabiendo quién es Jesús

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Oración preparatoria
Señor, dame la gracia de vivir teniendo como única seguridad tu Amor.

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 43-45
En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: "Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres".

Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

Palabra del Señor.



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Por qué? Ésta es una pregunta que muy comúnmente nos viene a la mente ante aquello que no entendemos; ante aquello que nos gustaría ver más claro o que simplemente nos da curiosidad saber. Buscamos respuesta y si no la encontramos, dependiendo la importancia de la situación, la podemos dejar de lado.

Sin embargo, cuando nos encontramos ante situaciones en donde se tocan aspectos profundos del corazón, aspectos importantes de la vida, esta pregunta suele brotar con mucha fuerza; a veces acompañada de palabras, otras de lágrimas, enojo, o de una simple mirada hacia arriba. Aquí no se trata de una simple curiosidad o algo que podríamos dejar de lado. Necesitamos una respuesta.

Jesús reveló a sus apóstoles algo que ellos no querían escuchar, algo que no entendían… les daba miedo preguntar. Era algo que los sobrepasaba, no era justo que sucediera. La obscuridad del mensaje les hizo perder de vista Quién lo estaba diciendo. Permitieron que el "por qué" fuera más importante que el "para qué"; que la duda fuera más importante que el sentido.

A veces, el tratar de entender olvidando quién es Jesús puede causar mucho miedo, puede incrementar el dolor… se torna todo obscuro.

No podemos olvidar que Jesús es Aquél que por amor a mí, se encarnó; que por amor a mí, murió; que por amor a mí resucitó.

¿Por qué?... Es una pregunta que solamente puede ser respondida cuando se hace un salto en la fe; cuando se vive sabiendo quién es Jesús.


Muchas personas perciben un vacío a su alrededor y dentro de sí -quizá, algunas veces, también nosotros-; otros viven en la inquietud y la incertidumbre a causa de la precariedad y los conflictos. Todos tenemos necesidad de respuestas adecuadas a nuestras preguntas, a nuestros interrogantes concretos. En Cristo, sólo en Él, es posible encontrar la paz verdadera y el cumplimiento de toda aspiración humana. Jesús conoce el corazón del hombre como ninguno. Por esto lo puede sanar, dándole vida y consuelo.
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de junio de 2016).

Diálogo con CristoÉsta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Pedir, por intercesión de María, la gracia de crecer en la virtud teologal de la fe en Jesús.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.





29 septiembre 2017

¿De qué me conoces?"

BY enformacondios No comments


Oración preparatoria 

Señor, eres mi Creador, mi Redentor y mi Padre. Sé que tienes algo que decirme hoy, pero necesito tu gracia para estar atento y escucharte . Que todos mis pensamientos y mis sentimientos se dirigan hacia Ti para alabarte y darte gloria. Y que por mi testimonio los demás se acerquen a Ti.

Del santo Evangelio según san Juan 1,47-51
En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Todos tenemos una parte de nuestra vida que podríamos decir es secreta. Es decir, en nuestro corazón tenemos situaciones, sufrimientos y gozos que muchas personas no conocen y que, incluso, sólo nosotros conocemos. Es por ello que tienen mucho peso y repercusión en nuestra vida para bien y para mal.

Pero realmente creemos que eso permanece oculto a los ojos de Dios. Me refiero, sobre todo, a aquellos pecados o heridas que guardamos en nuestro corazón y que permanecen sin sanar porque creemos que nadie nos podría entender. Pero no es así. Dios, desde que nos creó, sabía del barro que estaríamos hechos y las caídas y las heridas que sufriríamos en nuestro camino por esta vida. Pero aun así nos ama. Y no sólo nos comprende y acepta con todo lo que somos, sino que también nos quiere sanar.

Sólo necesita que le abramos el corazón y aunque Él ya lo sabe lo que necesitamos o anhelamos, quiere escucharlo de nuestros labios. Quiere que confiemos en Él como el niño que se lanza del árbol a los brazos de su padre sabiendo que éste no permitirá que caiga al suelo y se lastime.

María, Madre nuestra, ayúdanos a comprender que sólo en Dios puede descansar nuestra alma. Que sólo con su amor podremos sanar; sólo con su amor podremos ser felices.

El Señor me espera, el Señor quiere que yo abra la puerta de mi corazón, porque Él está ahí y me espera para entrar. Sin condiciones. Claro que alguno podrá decir: "Pero, padre, a mí me gustaría pero ¡tengo muchas cosas feas dentro!". "¡Es mejor!" Porque te espera, así como eres, no como te dicen que se debe hacer. Se debe ser como eres tú. Te ama así, para abrazarte, besarte, perdonarte. Ve sin tardanza al Señor y dile: "Tú sabes, Señor, que yo te amo".
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 8 de enero de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy en oración le contare lo más íntimo y secreto de mi alma a Jesús confiando y abandonándome en su amor.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.





28 septiembre 2017

Ganas de ver a Jesús

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria 
Mi corazón te busca, Señor, Dios mío. Quiero conocerte más y mejor. Quiero ser tu amigo incondicional, tu discípulo fiel y tu apóstol incansable. Muéstrame tu rostro y permíteme sentir tu mano que actúa realmente en mi vida. Forma en mí las actitudes de humildad, docilidad y escucha para dejar que el Espíritu Santo me mueva en este rato de oración. Así sea.

Del santo Evangelio según san Lucas 9,7-9

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Pero Herodes decía: "A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?" Y tenía curiosidad de ver a Jesús.
Palabra del Señor.

Jesús estaba provocando mucho ruido en la zona. Nada menos que el jefe de la sinagoga le había convencido de atender a su hija, aquella que estaba a punto de morir. Además, en el camino, Jesús había curado a la mujer que desde hacía tantos años sufría de una enfermedad incurable. Y, por si fuera poco, unos días después envió a los discípulos por toda Judea para que predicaran la salvación y realizaran los mismos milagros. Todas estas noticias llegaron rápido al palacio. La reacción de Herodes fue inmediata.

Al igual que muchos otros, Herodes tenía ganas de ver a Jesús. Pero la actitud de uno y de otros era muy distinta. El rey tenía un deseo superficial, motivado sólo por la curiosidad y el afán de novedades. Otros, en cambio, querían verlo porque sentían en el fondo una necesidad de Jesús. Juan y Andrés buscaban conocer mejor aquel que tocó su corazón. Bartimeo le seguía por el camino, profundamente agradecido por el regalo de la vista. Ellos habían convertido el interés del momento en un deseo profundo y por eso se encontraron con Jesús, cuando llegó la oportunidad.

Cristo tenía también ganas de ver a Herodes. El tiempo adecuado para el encuentro fue en la humillación de la cruz. Y no hubo encuentro... Lamentablemente, Herodes no fue capaz de superar las capas que bloqueaban su corazón. La ambición de poder, el egoísmo y las convicciones débiles ahogaron esa posibilidad de descubrir a un Jesús que sufría para salvarle…

Cristo también tiene muchas ganas de verme a mí. Muchas más de lo que puedo imaginar…. Tal vez en mi caso no hay mantos lujosos y coronas de oro bloqueando la puerta para el encuentro con Él. Pero siempre es bueno que renovemos nuestro deseo de verlo. Pidámosle al Señor que nos ayude a quitar cualquier obstáculo y que nuestro encuentro con Él sea así cada vez más profundo.

En nuestra alma está la posibilidad de tener dos inquietudes: una buena, que es la inquietud del Espíritu Santo, que nos da el Espíritu Santo, y hace que el alma esté inquieta por hacer cosas buenas, por seguir adelante; y está también la mala inquietud, aquella que nace de una conciencia sucia. Precisamente esta última caracterizaba a los dos soberanos contemporáneos de Jesús: tenían la conciencia sucia y por eso estaban inquietos, porque habían hecho cosas malas y no tenían paz, y cada acontecimiento a ellos les parecía una amenaza".
(Homilía de S.S. Francisco 22 de septiembre de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré hacer alguna visita o comunión espiritual en una iglesia cercana.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

27 septiembre 2017

Me necesitas sólo a mí

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria 
Gracias, Señor, por haberte introducido en mi vida. Gracias por habérteme mostrado. Gracias por enseñarme que me amas. Tú eres muchas veces el motivo que me impulsa a seguir de pie. Tú eres la fuerza que me hace levantarme. Tú eres mi Dios que me sostiene.

Del santo Evangelio según sanLucas 9,1-6
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: "No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa". Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es difícil juzgar sobre sí mismo. Especialmente en momentos donde reina la confusión. Actualmente me encuentro confundido, tengo estos problemas, esta persona me preocupa, no he logrado esto o aquello y mis sentimientos me llevan de un lado para otro. Me falta paz. No sé si soy capaz de detenerme un instante. La vida me está llevando. La vida me está viviendo. No tengo respuestas y he intentado hacer uso de tantos recursos para solucionar mi vida, mis dudas, mis problemas… pero nada me es suficiente para encontrar respuesta.

Me pediste no llevar alforja, ni bastón, ni pan, ni dinero. Me pediste no aferrarme a las cosas de este mundo. No hacer de ellas mis dioses. No convertirlas a ellas en mis respuestas. Hoy miro mi vida una vez más. ¿Cuáles son mis seguridades?, ¿qué es lo que persigo?, ¿por qué me descubro una y otra vez lejos de Ti? Busco mi felicidad, busco mi seguridad en mi trabajo, en mis pertenencias… incluso en personas…

Pero Tú vienes y me dices "me necesitas sólo a mí", "sólo yo podré llenarte", "solo en mí serás libre", "sólo en mí puedes amar de verdad", "sólo en mí encontrarás la seguridad que jamás se quiebra". Palabras duras para mí... ¿Es que acaso debo separarme de todos mis bienes, apartarme de las personas, eliminar todo deseo que no seas Tú?...

Una sola respuesta me compartes: si en el centro de mi corazón te encuentras Tú, puedo entonces decidir continuar mi vida como antes, pero no ya con la confianza en ninguna cosa más que en Ti. Y en Ti disponer de todo, en Ti amar a todos, desde Ti cada elección; desde Ti podré de verdad amar.


¡No existe la misión cristiana caracterizada por la tranquilidad! Las dificultades y las tribulaciones forman parte de la obra de evangelización, y nosotros estamos llamados a encontrar en ellas la ocasión para verificar la autenticidad de nuestra fe y de nuestra relación con Jesús. Debemos considerar estas dificultades como la posibilidad para ser todavía más misioneros y para crecer en esa confianza hacia Dios, nuestro Padre, que no abandona a sus hijos en la hora de la tempestad.
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de junio de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

PropósitoProponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy haré un rato de oración y revisaré qué tan cerca estoy de Dios y cómo puedo fortalecer mi relación con Él.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

26 septiembre 2017

Escuchar y actuar

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria 
"Toma, Señor y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo. Dispón de mí según tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que eso me basta."


Del santo Evangelio según san Lucas 8,19-21
En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían llegar hasta donde él estaba porque había mucha gente. Entonces alguien le fue a decir: "Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte". Pero él respondió: "Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
No es que hayas rechazado a tu familia, simplemente la acrecentaste. Esto es lo que sucede en este pasaje. Hoy me invitas a ser parte de tu familia, tu madre y tus hermanos, es decir aquellos más cercanos y no de los parientes lejanos. Aquellos que escuchan tu voz y la ponen en práctica.

Escuchar es la primera característica. ¿Cómo escucharte? No debo esperar voces venidas del cielo, o que se abra el sagrario y me hables desde ahí. Tú me hablas de manera sencilla, simple, pero clara. Me hablas a través de mi conciencia, de mis superiores, de mis familiares, de mi párroco, de la Sagrada Escritura, de un buen libro de lectura espiritual. Me hablas por medio de sucesos, de recuerdos, de regalos. Siempre me hablas, sólo debo estar atento para escucharte.

Pero no basta escuchar, es necesario poner en práctica lo escuchado. Es a veces la parte más difícil. Para esto me debe motivar el hecho de que Tú no pides cosas imposibles. Tú nunca me vas a pedir cosas que superen mis capacidades, sin embargo, sí pides cosas exigentes. ¿Qué es lo que me pides hoy? ¿Qué es lo que tengo que poner por obra? ¿Qué es lo quieres de mí, Jesús, aquí y ahora?

Dame la gracia de ser de tus íntimos, de escucharte y poner por acción lo que me pides o lo que me dices. Puedo en esta oración repetir con san Agustín: Dame, Señor, lo que me pides, y pídeme lo que quieras.

Escuchar y acoger la llamada del Señor no es una cuestión privada o intimista que pueda confundirse con la emoción del momento; es un compromiso concreto, real y total, que afecta a toda nuestra existencia y la pone al servicio de la construcción del Reino de Dios en la tierra. Por eso, la vocación cristiana, radicada en la contemplación del corazón del Padre, lleva al mismo tiempo al compromiso solidario en favor de la liberación de los hermanos, sobre todo de los más pobres. El discípulo de Jesús tiene el corazón abierto a su horizonte sin límites, y su intimidad con el Señor nunca es una fuga de la vida y del mundo, sino que, al contrario, "esencialmente se configura como comunión misionera".
(Mensaje de S.S. Francisco, 26 de abril de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré estar en silencio un rato durante el día para darle la oportunidad a Jesús de que me hable para llevar a cabo sus planes, no los míos.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

25 septiembre 2017

Escuchando con los oídos del corazón

BY enformacondios No comments


Oración preparatoria 
Señor Jesús, amigo mío, estoy en tus manos y ahí quiero permanecer. No quiero sino vivir en tu amor y respirar entre tus manos. ¿Qué es mi vida sin Ti? No soy nada pues Tú me traes la paz de la cual mi corazón está sedienta. Tú me traes palabras de vida y hoy quiero escucharlas.

Del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.

Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener".

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

"El que tenga oídos para oír, que oiga" El ruido y trajín de la vida impiden muchas veces que el corazón del hombre esté atento a la voz de Dios que habla en lo profundo. Basta pensar por un momento en el mar. Podemos nadar, ir y venir, tirarnos clavados de lo más emocionantes... pero si por un momento nos paramos a contemplar en silencio las especies y escuchamos la armonía que hay en él, podremos darnos cuenta que eso es otro mundo.

Parecido pasa con nuestros corazones. Podremos llenarlos de muchas experiencias de lo más variadas, basta pensar en el gran número de músicas que nos llegan a lo largo del día o, también, en la gran cantidad de imágenes que vienen a nuestra mente gracias al internet, instagram, etc. Finalmente nuestros sentimientos podrán subir o bajar dependiendo de la noticia que vemos en Flipboard o el periódico que nos llega a casa.

Tantas y tantas cosas pasan por nuestra cabeza y llegan al corazón. Y creo que hoy Jesús hace que nos preguntemos por un momento ¿Qué lugar abarca en mi vida la Palabra de Dios? ¿Cuánto tiempo dedico a rezar en silencio para escuchar que es lo que Jesús me quiere decir? Sin duda que hay que tener oídos para oír.

Señor, tuyo soy, ¿Qué quieres de mí? Mi vida es tuya y yo no quiero hacer otra cosa fuera de tu voluntad. Quiero vivir totalmente dedicado a buscar lo que Tú quieres. Soy tuyo y para Ti nací. Quiero tener un corazón abierto para lo que sea.

Jesús nos habla de la lámpara, que no se pone debajo del celemín, sino en el candelero. Ella es luz y el evangelio de Juan nos dice que el misterio de Dios es luz y que la luz vino al mundo y las tinieblas no la acogieron. Una luz que no puede esconderse, sino que sirve para iluminar. Uno de los rasgos del cristiano, que ha recibido la luz del Bautismo y debe darla. El cristiano es un testigo. Y precisamente la palabra testimonio encierra una de las peculiaridades de las actitudes cristianas. En efecto, un cristiano que lleva esta luz, debe hacerla ver porque él es un testigo. Y si un cristiano prefiere no hacer ver la luz de Dios y prefiere las propias tinieblas, entonces le falta algo y no es un cristiano completo.
(Homilía del Papa Francisco, 28 de enero de 2016, en santa Marta)

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a dedicar un momento para visitar una iglesia o santuario dedicado a la Virgen María para pedirle, a ella que estaba atenta a la Palabra de Dios, que me ayude a vivir mi día a día dejando que mi corazón abra la puerta a esta Palabra de vida y responda constantemente con un fiat generoso.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

24 septiembre 2017

Socios de la viña

BY enformacondios No comments




Oración preparatoria

Un corazón abierto y vacío atrae tu gracia, Señor. Un corazón abierto y vacío es lo que quiero ofrecerte en esta oración. Un corazón abierto a tu plan sobre mí y a tu invitación de colaborar en tu viña. Un corazón vacío de todo lo que no eres Tú, Señor, porque Tú eres mi tesoro y mi recompensa; un corazón vacío de mí mismo, para poder recibir tantas bendiciones que me tienes reservadas hoy. Toma mi corazón y extiende en él tu Reino. Amén.

Del santo Evangelio según san Mateo 20,1-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Por último salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?' Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.

Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor'.

Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mí lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?'

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Con esta sencilla parábola Jesús expone tres lecciones importantísimas sobre el Reino que está instaurando. En ella nos muestra tres cualidades que distinguen a su Padre. Tres facetas que explican el sentido de nuestro trabajo en la viña.

Primera cualidad: Dios es un propietario con un terreno inmenso. Desde las horas tempranas de la mañana salió al encuentro de hombres y mujeres para que se sumen. No manda a otro para que contrate gente, sino que Él mismo toma la responsabilidad y es el primer interesado en conseguir un número inmenso de colaboradores en su terreno. Hay mucho trabajo que hacer, y los que hemos sido escogidos no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Será pesado el día y habrá horas de bochorno, es cierto; pero, ¡vale muchísimo la pena todo el esfuerzo y poder ayudar en algo en este proyecto divino!

Segunda cualidad: Dios no pone requisitos laborales. No pide currículum, ni hace entrevistas previas para examinar nuestra cantidad de conocimientos o experiencia. Deja las plazas abiertas para que nadie se quede en desempleo. Nos llama a este campo, que es el mundo, sin ponernos condiciones. Lo único que pide es el deseo de trabajar en su viña. ¡No necesito ser un experto para trabajar en la Iglesia! ¡No hace falta ser especialista para extender el Reino de justicia y caridad cristiana en nuestra sociedad!

Tercera cualidad: Dios siempre paga mucho más de lo "justo". Para Él no existen límites de contratos y esas reducciones de la "letra pequeña". Más bien es todo lo contrario: en su mente está el objetivo de superar lo que dice el contrato. Porque cumplir un contrato es justicia, pero lo que pasa de ahí es misericordia y amor de lo más auténtico y de lo más divino.

El Reino que estamos llamados a construir con Dios, pues, es el de la "Plusvalía" en un nivel espiritual. Dar más de lo que está prescrito: esto es caridad. Darme incluso al que no está en mi lista de los "primeros": esto es un corazón grande. Dar todo lo que soy y tengo en bien de una misión más grande que yo mismo: éstos son los horizontes que abren al Reino de los cielos.


¡Sigan hacia adelante! Cada uno de nosotros tiene un sitio, un trabajo en la Iglesia. Por favor, no os olvidéis de la primera vocación, la primera llamada. ¡Haced memoria! Con ese amor con el que fuisteis llamados, hoy el Señor os sigue llamando. Que no disminuya, que no disminuya esa belleza del estupor de la primera llamada. Después, continuad trabajando. ¡Es bonito! Continuad. Siempre hay algo que hacer. Lo principal es rezar.
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de febrero de 2016).

Diálogo con CristoÉsta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

PropósitoProponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy saldré al encuentro de alguien que no haya tratado en mucho tiempo, o con quien me cueste tratar.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

23 septiembre 2017

Salió el sembrador

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Oración preparatoria 

Jesús, te doy las gracias por el inmenso amor que me tienes. Gracias porque en tus brazos tengo un lugar donde siempre puedo volver. Gracias, porque a pesar de mi debilidad, a pesar de mis pecados, Tú nunca has dejado de amarme ni me has abandonado. Siempre has estado a mi lado, en las buenas y en las malas. Gracias porque incluso cuando con mis palabras, pecados o actitudes te he dicho que me dejaras en paz,aun cuando me he olvidado de Ti, Tú nunca me has retirado tu amor ni has apartado tu amorosa mirada que me sigue y protege a donde quiera que voy. Gracias, Jesús.


Del santo Evangelio según san Lucas 8,4-15

En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: "Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y, al crecer, dio fruto el ciento por uno." Dicho esto, exclamó: "El que tenga oídos para oír, que oiga."

Entonces le preguntaron los discípulos: "¿Qué significa esa parábola?" Él les respondió: "A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es éste: La semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero, con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, hoy me dices que el sembrador salió a sembrar. Tú eres el divino sembrador que todos los días quieres venir a mi alma.

Te agradezco, amado Jesús, todo lo que haces por mí.

Yo sé que en mi alma no todo es tierra buena. Sabes que soy camino donde tus palabras muchas veces no penetran por causa de la rutina y que el enemigo termina arrebatándomelas.

Soy terreno pedregoso, lleno de inconstancia, pronto para hacer propósitos, pero tardo para cumplirlos y mantenerlos.

Soy una maraña de espinas donde tantas cosas me preocupan e inquietan y tengo muy poco tiempo para pensar en Ti… para hablar contigo. Y cuando por fin encuentro tiempo para Ti, la mayoría de las veces no hago más que pedirte.

Gracias, porque a pesar de todo, nunca has cesado de trabajar pacientemente mi alma. Tú sueñas con convertirme en un hermoso huerto… a mí que soy sólo tierra árida. Tú no me abandonas. Nunca lo harás. Saldrás cada mañana con el mismo amor, con la misma confianza de la primera vez. Harás todo lo que esté de tu parte para transformar mi corazón. No te darás por vencido. ¡Cuánto me amas Jesús! Gracias por todo tu amor.

Intentemos imaginarlo: un terreno pedregoso es un terreno "donde no hay mucha tierra", por lo que la semilla germina, pero no consigue echar raíces profundas. Así es el corazón superficial, que acoge al Señor, quiere rezar, amar y dar testimonio, pero no persevera, se cansa y no "despega" nunca. Es un corazón sin profundidad, donde las piedras de la pereza prevalecen sobre la tierra buena, donde el amor es inconstante y pasajero. Pero quien acoge al Señor solo cuando le apetece, no da fruto.
(Homilía de S.S. Francisco, 16 de julio de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a buscar que la gracia de Dios no pase de largo en mi vida buscando mantenerme unido a Jesús.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

22 septiembre 2017

Acompañar a Cristo

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Oración preparatoria
Señor dame la gracia de hacer la experiencia de tu amor.


Del santo Evangelio según san Lucas 8, 1-3
En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades.

Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Me doy cuenta que la lista de aquellos que acompañan al Señor, es una lista que se podría extender como años han pasado. Habría todo tipo de nombres y personas; hombres y mujeres de distintos tiempos y lugares. Cada quien con su historia, cada quien con su vida, pero con algo en común: fueron curados… fueron sanados por Cristo.

Acompañar a Cristo es consecuencia de haber hecho la experiencia de su amor. Acompañar a Cristo es consecuencia de haber experimentado su consuelo, su misericordia; de haber experimentado su mirada ante aquello que yo mismo no soy capaz de ver y aceptar en mí.

Acompañar a Cristo no es cuestión de un momento de fervor o un compromiso que tiene un día establecido en mi semana. Acompañar a Cristo es una decisión que se da cuando se ha experimentado verdaderamente su amor.

Yo sé que mi nombre se encuentra en esa lista; yo he sido curado y sanado por Él…, ¿lo quiero acompañar?

Seguir a Jesús significa tomar la propia cruz -todos la tenemos…- para acompañarlo en su camino, un camino incómodo que no es el del éxito, de la gloria pasajera, sino el que conduce a la verdadera libertad, que nos libera del egoísmo y del pecado. Se trata de realizar un neto rechazo de esa mentalidad mundana que pone el propio "yo" y los propios intereses en el centro de la existencia: ¡eso no es lo que Jesús quiere de nosotros! Por el contrario, Jesús nos invita a perder la propia vida por Él, por el Evangelio, para recibirla renovada, realizada, y auténtica.
(Homilía de S.S. Francisco, 13 de septiembre de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Vivir este día en acción de gracias por todo lo que he recibido del Señor.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

21 septiembre 2017

No sé orar

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Oración preparatoria
Quiero dejarme amar…Te conozco desde antes que nacieras, se tu historia conozco tus problemas. Se de tus heridas y de tu pasado y aun así te amo. Solo abandónate en mis brazos, confía en mi amor que lo puede todo… Jesús

Señor, vengo el día de hoy a encontrarme contigo en la oración. Quiero estar un rato contigo y estar atenta a tu voz. Yo, como Mateo, necesito dejar atrás mis pecados y egoísmos, cambiar de estilo de vida, levantarme y seguirte. Ayúdame a lograrlo con la ayuda de tu gracia.



Del santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió.

Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús los oyó y les dijo: "No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuando se abandona la oración, uno de los motivos principales suele ser que creemos que no sabemos orar. O que ya no sentimos nada en la oración por lo tanto no la estamos haciendo bien. Y por consecuencia decimos:"No sabemos orar".

¿Cuál es la razón de fondo de esta concepción? Que olvidamos que la oración es más divina que humana, por ello, no podemos medirla con parámetros humanos.

En la oración no importa tanto que hago yo, o preocuparme qué hace "Él" en mi alma. Se trata de estar con Él. Sólo y sencillamente estar con Él.

Pero es que soy súper pecador, por eso no puedo hacer oración bien hasta que no sea más santo. Pues olvídate de la santidad porque el camino de la misma empieza con la oración. No es el santo que necesita tanto de la oración sino el pecador. El enfermo es quien necesita la medicina con mayor urgencia.

Jesús aquí estoy, no sé orar. Quiero saber qué me dice este Evangelio a mí, pero llega un momento en que ya no tengo ideas. Ayúdame a comprender que la oración no consiste tanto en pensar y tener bellas ideas, sino sólo en hacerte compañía; estar a solas contigo y amarte con mi presencia.


"Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores". Cuando leo esto me siento llamado por Jesús, y todos podemos decir lo mismo: Jesús ha venido por mí. Cada uno de nosotros.
Este es nuestro consuelo y nuestra confianza: él siempre perdona, cura el alma siempre, siempre. "Pero yo soy débil, voy a tener una recaída...", Jesús te levantará, te curará siempre. Este es nuestro consuelo, Jesús vino por mí, para darme fuerzas, para hacerme feliz, para que tuviera la conciencia tranquila. No tengáis miedo. En los malos momentos, cuando uno siente el peso de tantas cosas que hicimos, de tantos resbalones en la vida, tantas cosas, y se siente el peso... Jesús me ama porque soy así.
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de julio de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré un buen lugar para hacer mi oración y conseguiré una imagen de la Santísima Virgen o del Sagrado Corazón para que cuando llegue la distracción pueda contemplar la imagen y llevar de nuevo mi alma a Dios.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

20 septiembre 2017

¿Quién tiene la razón?

BY enformacondios No comments


Oración preparatoria 

Hazme dócil, Señor, a tu Palabra. Quiero escuchar la voz de tu Espíritu en mi espíritu, con apertura y generosidad. Guíame por el camino que conduce a Ti, ilumina mi corazón para que pueda tomar las decisiones correctas en este día, para la construcción de tu Reino. Amén.

Del santo Evangelio según san Lucas 7,31-35
En aquel tiempo, dijo el Señor: "¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños, que se sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros:

"Tocamos la flauta y no han bailado, cantamos canciones tristes y no han llorado".

Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes dijeron: 'Ese está endemoniado; Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores". Pero solo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo reconocen".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Entre flautas y lamentaciones, Cristo tiene hoy un mensaje que abraza todas las generaciones. Nuestra vida cristiana requiere estar atentos a la voz de Dios y saber por dónde nos guía. Hay circunstancias para sacar la flauta y tocar y bailar; otros momentos, en cambio, requieren lamentaciones y llantos y luto. ¿Qué es lo mejor en cada momento? ¿Cómo saber qué quiere Dios?

El arte de descubrir la voz del Señor se llama discernimiento. En el camino nos encontramos un sinfín de encrucijadas, donde tenemos que escoger entre la derecha o la izquierda. Cada lado tiene sus ventajas y sus riesgos, y hagamos lo que hagamos, siempre habrá opiniones en contra y gente que se nos oponga. Por eso, una condición necesaria para ejercitarnos en el arte de discernir es la libertad de espíritu.

¿Qué significa ser libres de espíritu? Podemos imaginarnos una escena tal vez algo fantasiosa. Estamos volando en las alas del Espíritu Santo. Y sentimos la tentación de ponerle riendas para controlar la dirección: la rienda del qué dirán los demás, de lo que a mí más me agrada, de un esquema prefabricado… Pero con el Espíritu Santo lo mejor es volar por donde Él quiera, bajo la sombra de sus alas, y no por encima de ellas. Él sabe mucho mejor que nosotros por dónde es mejor moverse; cuándo es el tiempo de la penitencia y cuándo de celebración, sin importar lo que digan los demás. Él es la sabiduría misma; los hijos de Dios saben que sólo Él tiene la razón.

Así, durante este día, coloquémonos bajo las alas del Espíritu Santo. Será necesario hacer un poco de espacio y silencio dentro del corazón. Él hablará. Pongámonos a la escucha de su voz y dejémonos guiar según sus indicaciones para el día de hoy.


El discernimiento requiere, por parte del acompañante y de la persona acompañada, una delicada sensibilidad espiritual, un ponerse de frente a sí mismo y de frente al otro "sine propio", con completo desapego de prejuicios y de intereses personales o de grupo. Además, es necesario recordar que en el discernimiento no se trata solamente de elegir entre el bien y el mal, sino entre el bien y el mejor, entre lo que es bueno y lo que lleva a la identificación con Cristo.
(Discurso de S.S. Francisco, 20 de enero de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré unos minutos de silencio por la tarde, preguntando al Espíritu Santo a dónde me ha guiado este día.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

19 septiembre 2017

¿Creo en Ti, Señor?

BY enformacondios No comments




Oración preparatoria 

Señor, mira este corazón inquieto, tan lleno de deseos, de ilusiones, de metas e ideales. Llénalo Tú. Dirígelo Tú. Enséñalo a amar.

Del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: "No llores." Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: "¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!" El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: "Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo." La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Cómo es mi confianza en Ti, Señor?, ¿qué se pasa por mi cabeza cuando escucho este tipo de evangelios?, ¿es todo ficción?, ¿son parábolas?, ¿invento de los evangelistas?, ¿o son quizá verdad? Tu testimonio es a veces tan fácil de aceptar pero otras veces te sales de todo esquema. ¡Resucitar un muerto! ¿Es que me pongo de verdad a pensar lo que eso significa? ¿Alguna vez me he detenido seriamente a intentar pensar en los evangelios como algo más que tan sólo relatos maravillosos? ¿Cuál es mi actitud frente a cada pasaje del evangelio? ¿Cuál habría sido, por ejemplo, el estupor que habría yo experimentado si me hubiese encontrado en esta escena?... Es que, si de verdad soy sincero conmigo mismo, no puedo ni siquiera imaginármelo.

Debo hacer un ejercicio de conciencia, un fuerte intento de abrirme a la experiencia de unos evangelios "vivos". No son fábulas, no son historietas; ni siquiera son leyendas o narraciones que me buscan hacer crecer en la virtud. No, no son nada de eso. ¡Qué pobres habrían quedado si fueran considerados sólo como eso! Mejor me busco un libro de virtudes, un libro de superación personal, etc., etc. No, no son eso. Los evangelios van más allá, mucho más allá.

Los evangelios, en breve, son el testimonio de Dios y el puente hacia Él mismo. Sin embargo, cada uno de nosotros -yo- debemos aprender por nosotros mismos a leerlos así. Debo pedir también la gracia de poder acogerlos así. Si me vuelvo a topar con un pasaje en el que leo sobre la resurrección de un muerto, es que entonces un muerto fue verdaderamente resucitado. Dios se me ha manifestado una vez más en tal pasaje y querrá actuar también así en mi vida.

Evangelizar es dar este testimonio: vivo así, porque creo en Jesucristo; yo despierto en ti la curiosidad de la pregunta "¿por qué haces estas cosas?". Y la respuesta del cristiano debe ser esta: "Porque creo en Jesucristo y anuncio a Jesucristo y no sólo con la Palabra -hay que anunciarlo con la Palabra-, sino sobre todo con la vida". O sea hacerse todo a todos, ir donde tú estás, en el estado del alma en el que te encuentres, en el estado de crecimiento en el que estés".
(Homilía de S.S. Francisco, 9 de septiembre de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy leeré un pasaje del Evangelio y meditaré qué me dice a mí y cómo puedo aplicarlo en este momento de mi vida.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén

18 septiembre 2017

Fe para servir

BY enformacondios No comments




Oración preparatoria 

Jesús mío, quiero compartir contigo este rato de intimidad. Quiero encontrarme contigo y poder conocerte un poco más. Te entrego mis manos, mis ojos, mis pies, mi boca, mi pensamiento, todo mi ser, para que seas Tú mi dueño y Señor. Confío en Ti porque nunca me fallas. Quiero amarte más, Jesús, pero necesito de tu gracia, pues sin ella nada puedo, nada soy. Aumenta mi fe para descubrirte en los acontecimientos de mi vida, en mis hermanos, en mi interior, en la naturaleza, en la Eucaristía. Ayúdame, Señor, y jamás me dejes solo.

Del santo Evangelio según san Lucas 7, 1-10
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: "Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga". Jesús se puso en marcha con ellos.

Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: "¡Ve!" y va; a otro: "¡Ven!" y viene; y a mi criado: "¡Haz esto!", y lo hace".

Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande". Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

La fe es una virtud rica para meditar. Es la fe la que te mueve, Jesús, en mucha ocasiones a actuar. Ella es una virtud que conmueve tu corazón, que te impulsa a no dejar sin acción la petición de los que la tienen.

La fe es un don y una decisión. Ella se recibe de Ti, pero también implica mi esfuerzo, mi trabajo. El centurión cree que Tú puedes curar a su siervo, pero también actúa conforme a esto que cree. La fe va más allá de una creencia, de una herencia familiar, de una superstición. Ella es abandono en tus manos, es entrega, es donación, es acción. La fe es un acto, es el adherir mi voluntad a la tuya, y esto implica esfuerzo. Creer no siempre sale espontáneo sino que requiere de cierta conciencia. Pero sin olvidar jamás que la fe, y la puesta en acción de esta fe, es siempre don tuyo.

Fe es la virtud teologal que me permite descubrirte en todos los momentos y situaciones de mi vida: en los buenos y en los malos, en los que me agradan y en los que no. Me ayuda a verte en la naturaleza, en mis hermanos, en mi trabajo. La fe me capacita a recibir todo de Ti como un don de tu amor. Creer me ayuda a confiar, y creer y confiar en alguien es amarlo.

Dame, Señor, una fe, no como la del centurión, sino una fe de acuerdo a lo que soy, a lo que vivo, a lo que tengo, a cómo y dónde me desenvuelvo. Una fe que me impulse a vivir según tus planes.


En el relato se dice que era muy querido por su dueño y que estaba enfermo, pero no se sabe cuál era su grave enfermedad. De alguna manera, podemos reconocernos también nosotros en ese siervo. Cada uno de nosotros es muy querido por Dios, amado y elegido por él, y está llamado a servir, pero tiene sobre todo necesidad de ser sanado interiormente. Para ser capaces del servicio, se necesita la salud del corazón: un corazón restaurado por Dios, que se sienta perdonado y no sea ni cerrado ni duro. Nos hará bien rezar con confianza cada día por esto, pedir que seamos sanados por Jesús, asemejarnos a él, que "no nos llama más siervos, sino amigos".
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de mayo de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Durante el día repetiré esta jaculatoria: "Señor, aumenta mi fe."

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

17 septiembre 2017

El perfume del amor

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria

Señor, hoy quiero contemplar tu grandeza. Me basta pensar, por un momento, en la maravilla que esconde una montaña, en la variedad de sus colores y de sus plantas. Me sorprende el mar que, dentro de sí, oculta tantas maravillas en la variedad de sus especies. Veo, en fin, mi vida. Cada segundo marcado por tu mirada de Padre y de amigo, cada segundo un regalo. Hoy te agradezco y te bendigo con todo lo que soy y todo lo que tengo.

Del santo Evangelio según san Mateo 18,21-35
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?". Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".

Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?' Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.

Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

"Un rey quiso ajustar cuentas con sus empleados" El hombre, todo hombre, desde el más pobre y olvidado hasta el más rico y reconocido tiene que dar cuentas a Dios al final de su vida. Ésta es la realidad. Basta pasearse por un cementerio para constatar que la muerte nos llega a todos. Muchos podrán no pensar en ella en este momento, pero dependiendo de cómo la veamos llegaremos más o menos preparados.

Pero el juicio de Dios rompe todos los esquemas y nos puede sorprender mucho. Hay un elemento que gana peso sobre el resto y este elemento es el amor misericordioso. Él es el primero que lo "usa" porque Él mismo es amor. No puede actuar de otro modo. Apenas ve llegar a su hijo, maltrecho y herido, sale a su encuentro y lo recibe con los brazos abiertos. Lo perdona y le ofrece todo su cariño.

Él ama a todos por igual y nos pide que amemos a nuestros hermanos como Él lo hace. Éste ha sido el mensaje de Jesús, nuestro hermano, que dio su vida por nosotros hasta la última gota. El Padre nos ve con una sonrisa amplia y lo único que espera de nosotros es que el odio jamás entre en nuestro corazón.

"Oh Jesús, haz mi corazón semejante al Tuyo, o más bien transfórmalo en Tu propio corazón para que pueda sentir las necesidades de otros corazones y, especialmente, de los que sufren y están tristes" (Sor Faustina Kowlska, Diario, n. 514)


Cada uno de nosotros podría ser ese siervo de la parábola que tiene que pagar una gran deuda, pero es tan grande que jamás podría lograrlo. También nosotros, cuando en el confesionario nos ponemos de rodillas ante el sacerdote, repetimos simplemente el mismo gesto del siervo. Decimos: "Señor, ten paciencia conmigo". ¿Han pensado alguna vez en la paciencia de Dios? Tiene tanta paciencia. En efecto, sabemos bien que estamos llenos de defectos y recaemos frecuentemente en los mismos pecados. Sin embargo, Dios no se cansa de ofrecer siempre su perdón cada vez que se lo pedimos. Es un perdón pleno, total, con el que nos da la certeza de que, aun cuando podemos recaer en los mismos pecados, él tiene piedad de nosotros y no deja de amarnos.
(Homilía de S.S. Francisco, 4 de agosto de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, antes de ir a Misa, voy a dedicar un momento para examinar cómo he vivido esta semana; y si he ofendido a alguien o me he dejado llevar por la ira o el rencor, le voy a mandar un mensaje para pedirle perdón.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

16 septiembre 2017

El árbol de mi vida y Jesús el jardinero

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria 

Jesús, creo firmemente en Ti y te amo con todo mi corazón. Hoy paro por un momento de todos los quehaceres y quiero, como niño, contemplar el gran amor que me tienes. Quiero gozar por un instante de tu amor. ¡Qué gracia tan maravillosa poder estar aquí, contigo!

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 43-49

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos.

El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón; y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.

¿Por qué me dicen "Señor, Señor", y no hacen lo que yo les digo? Les voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras y las pone en práctica. Se parece a un hombre, que al construir su casa, hizo una excavación profunda, para echar los cimientos sobre la roca. Vino la creciente y chocó el río contra aquella casa, pero no la pudo derribar, porque estaba sólidamente construida.

Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a un hombre que construyó su casa a flor de tierra, sin cimientos. Chocó el río contra ella e inmediatamente la derribó y quedó completamente destruida".

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, hoy te quiero contar algo que me pasó hace algunos días y que leyendo el Evangelio que me presentas, me ayudan a reflexionar. He aquí que hablando con un antiguo profesor mío, en un momento le dije que yo era un niño en comparación con él. El profesor se puso muy serio y me dijo: "usted ya no es un niño pues ha crecido y madurado".

Esto me hizo pensar en la vida. Yo puedo pensar que sigo siendo el mismo de hace dos, tres, cuatro años... pero en realidad el árbol de mi vida ha crecido y se ha consolidado. Veo que mis hermanos y amigos han ido abriéndose nuevos caminos y yo, a mi tiempo, he hecho lo mismo. En fin, que como diría mi querido profesor, yo ya no soy el niño de cuando tenía diez años. Soy un hombre.

Y, justamente, las palabras que me dices hoy dan luz a estas reflexiones. Mi vida no es para mí, mi vida es para otros, es para dar fruto. Veo que si bien he crecido aún tengo mucho que crecer y mucho para dar. A veces no sé qué es lo que tengo que hacer ni cuál es la mejor vía para caminar. Te pido, Jesús, que me ilumines en cada momento para que sepa caminar siempre por el recto camino. Quiero hacer tu voluntad, quiero escuchar tu palabra y ponerla en práctica. Tú eres el jardinero que sabes cómo cultivar el árbol de mi vida.

Recibimos un nuevo modo de ser, la vida de Cristo se vuelve también la nuestra: podemos pensar como Él, actuar como Él, ver el mundo y las cosas con los ojos de Jesús. Como consecuencia, podemos amar a nuestros hermanos, a partir de los más pobres y sufridores, como él lo ha hecho, y amarlos con su corazón y llevar así al mundo frutos de bondad, de caridad y de paz. Cada uno de nosotros es un sarmiento de la única vid, y todos juntos estamos llamados a llevar los frutos de este pertenencia común a Cristo y a su Iglesia.
(Homilía de S.S. Francisco, 3 de mayo de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, rezaré el rosario para poner en manos de María este árbol de mi vida, y para pedir por todos mis familiares, amigos y conocidos para que edifiquen su vida en los cimientos de tu palabra.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

14 septiembre 2017

Y tú, ¿qué estás haciendo de extraordinario?

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Y tú, ¿qué estás haciendo de extraordinario?


Oración preparatoria Señor, dame la gracia de vivir lo ordinario, de una manera extraordinaria.

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.

Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque Él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.

No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque son la misma medida con que midan, serán medidos".
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuando una persona verdaderamente ama a otra persona, lo demuestra. Lo demuestra de muchas maneras, con detalles, palabras, regalos, etc. Todo esto es muy bueno pero muchas veces, secundario, pues si esa demostración de amor sólo se basa en esas cosas, el final es muy evidente. Sin embargo, cuando este amor se demuestra queriendo lo mejor para la otra persona, es decir, llevándola a sacar lo mejor de sí misma, ahí es cuando se puede decir que hay una verdadera amistad, cuando hay verdadero amor. Es verdad que puede ser exigente y puede costar, pero al final habrá valido la pena.

Jesús nos invita a sacar lo mejor de nosotros mismos y nos lleva a salir de nuestra zona de confort. No porque nos quiera "complicar la vida", sino porque sabe que estamos hechos para amar y sólo en el amor encontramos el sentido de nuestra existencia. Por tanto, nos invita a amar, no a medias, no solamente con una parte de nuestro corazón, sino en totalidad.

"¿Qué estás haciendo de extraordinario?" -nos dice. Jesús nos invita a vivir la vida que muchas veces podemos considerar ordinaria, de una manera extraordinaria. Nos invita a vivir, no con un amor limitado por el rencor, la envidia, o nuestra zona de confort, sino con un amor que libera, que siempre va más allá… Nos invita a amar como Él ama.


Una invitación acompañada de cuatro imperativos, podríamos decir de cuatro exhortaciones que el Señor les hace para plasmar su vocación en lo concreto, en lo cotidiano de la vida. Son cuatro acciones que darán forma, darán carne y harán tangible el camino del discípulo. Podríamos decir que son cuatro etapas de la mistagógica de la misericordia: amen, hagan el bien, bendigan y rueguen. Creo que en estos aspectos todos podemos coincidir y hasta nos resultan razonables. Son cuatro acciones que fácilmente realizamos con nuestros amigos, con las personas más o menos cercanas, cercanas en el afecto, en la idiosincrasia, en las costumbres.
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de noviembre de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Aprovechar una actividad de día para crecer en el amor,mediante un acto de caridad oculta.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

13 septiembre 2017

Recordar para que hemos sido creados

BY enformacondios No comments






Oración preparatoria

Quiero dejarme amar…Te conozco desde antes que nacieras, sé tu historia conozco tus problemas. Sé de tus heridas y de tu pasado y aun así te amo. Sólo abandónate en mis brazos, confía en mi amor que lo puede todo… Jesús.

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26
En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo:

"Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.

Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.

Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena!

¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!"

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Detenernos a meditar en este Evangelio nos hace recordar inmediatamente, o debería, a nuestros hermanos perseguidos en medio oriente. Verdaderamente su testimonio de vivencia radical de su fe, debería conmover nuestros corazones y hacernos despertar.

¿En qué momento perdimos el rumbo? ¿En qué momento olvidamos que ésta no es nuestra patria final, que sólo estamos de paso por este mundo, que de nada le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?

Es necesario alzar la voz contra la tiranía de la superficialidad, que nos inhibe continuamente para no pensar en la trascendencia. A buscar sólo el placer y vivir al día a día, como si no existiese mañana. A no preocuparnos por lo espiritual, cuando tienes muchas cosas materiales y terrenas por las que preocuparte. A no tener momentos de silencio y encuentro personal, para poder así pretender callar la sed y la voz de mi alma que sufre y gime por no poder saciar la sed de infinito que tiene, con ruido, cosas materiales, finitas y pasajeras.

Hoy es el día. Hoy es una nueva oportunidad de vivir en el amor. Háblale a tu Creador, tu Dios y Señor,quien vive en tu interior y, continuamente, toca a la puerta de tu corazón esperando que le abras para cenar contigo. Él te dirá lo que tienes que hacer…

Madre Santísima, danos el valor y coraje de vivir coherentemente nuestra fe. Que continuamente tu recuerdo nos permita recordar para que hemos sido creados.


Cada uno de nosotros hoy puede preguntarse: ¿Me detengo para escuchar la Palabra de Dios, tomo la Biblia en las manos, y me está hablando?; ¿mi corazón se ha endurecido? ¿Me he alejado del Señor? ¿He perdido la fidelidad al Señor y vivo con los ídolos que me ofrece la mundanidad de cada día? ¿He perdido la alegría del estupor del primer encuentro con Jesús? Hoy es una jornada para escuchar. Escuchad, hoy, la voz del Señor, hemos rezado. "No endurezcáis vuestro corazón". Pidamos esta gracia: la gracia de escuchar para que nuestro corazón no se endurezca.
(Homilía de S.S. Francisco, 23 de marzo de 2017, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Dedicaré un espacio al final del día para hacer un balance sobre mis actitudes y actividades buscando retomar el rumbo hacia la santidad. Dios me quiere santo y ya me está dando todas las gracias para ello.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

12 septiembre 2017

Discípulo y apóstol

BY enformacondios No comments





Oración preparatoria 

Tú me llamas por mi nombre, Señor, y me escoges para colaborar en tu misión. Tú me llamas amigo y me haces partícipe de tu propia vida. Habla a mi corazón, te pido; permíteme escuchar tus enseñanzas y comprender tu mensaje. Así, con tu ayuda y la fuerza del Espíritu Santo, podré ser un apóstol de tu Reino en este día. Así sea.

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y se pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, y les dio el nombre de apóstoles, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra del Señor.



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cristo transformó a doce hombres. Cuando lo conocieron, eran unos simples "discípulos", personas que escuchaban la doctrina de Jesús y aprendían cosas nuevas sobre el Reino de los cielos. Poco tiempo después, Cristo los miró a los ojos, los escogió de entre el grupo y los nombró "apóstoles". Y esto es más que un simple cambio de palabras.

Apóstol significa caminar por el mundo en nombre de Jesús. Las doce personas que Cristo seleccionó estaban marcadas por una misión especial. Sabían que en cualquier momento les tocaría su parte en el proyecto, y tenían que prepararse bien para arrimar el hombro cuando hiciera falta. Lo que vieron hacer a Cristo ese día tenía ya un tono de luz distinto: ahora era un campo de acción, consistía en abrir los ojos anta situaciones y problemas reales para colaborar en afrontarlos. Como discípulos eran sólo un "club de fans"; pero como apóstoles se convertían en aprendices de una tarea crucial en la sociedad: anunciar el Evangelio con obras. Pedro, Santiago y los otros diez debieron sentirse honrados de ser parte de algo tan grande pero, al mismo tiempo, habrán sentido el peso de lo que se les venía encima. Tarde o temprano ellos mismos enseñarán a las gentes, expulsarán demonios, curarán enfermedades y consolarán a tanta gente en necesidad.

Yo también soy cristiano. Yo también llevo en la sangre una porción de discípulo, pero también una porción grande de apóstol. Cristo hoy me mira y me escoge, llamándome por nombre y apellido; me llama a ayudarle en medio de mi comunidad, parroquia, equipo de trabajo y grupo de amigos.

Mi fe no es teoría de libro o curiosidad de revista; debe ser fuego que me empuja a una misión muy concreta. Ser cristiano significa aprender de Cristo a abrir los ojos ante las necesidades del mundo, para poder colaborar en la misión que Jesús me comparte: dar gloria al Padre y extender su Reino, sirviendo a los hombres y mujeres que encuentro en mi camino.


Instituyó, pues, a los Doce, y los nombra uno tras otro. Jesús, entre tanta gente que lo seguía -nos dice el evangelio- "llamó a sí a los que quería". Hay una elección: Jesús eligió a los que él quería, instituyó a Doce. Que llamó apóstoles. Había otros: estaban los discípulos, y el evangelio habla de setenta y dos, en una ocasión. Pero estos eran otra cosa. Los Doce son instituidos para que estén con él y para mandarlos a predicar con el poder de expulsar los demonios. Es el grupo más importante que Jesús eligió, para que estuvieran con él, más cercanos, y para mandarlos a predicar el Evangelio. Y con el poder de expulsar los demonios, también añade Marcos. Los Doce son los primeros obispos, el primer grupo de obispos.
(Homilía de S.S. Francisco. 29 de enero de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy me informaré de la situación de mi parroquia o diócesis, para poder rezar por ella o colaborar en lo que haga falta.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

11 septiembre 2017

Una pregunta que interpela

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria

Señor, he aprendido que la fe crece pidiéndola y transmitiéndola. Y Tú nos dices "pidan y se les dará". Por eso vengo hoy a decirte: ¡Aumenta mi fe para creer en Ti!

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: "Levántate y ponte ahí en medio". Él se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: "Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?" Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: "Extiende el brazo." Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Cuántas concepciones tengo de Dios?, ¿cómo lo veo? A veces lo veo como un Dios misericordioso, otras veces como un Dios paciente. Lo veo como un Dios justo pero compasivo, un Dios que es todo amor. Y me parece, sobre todo, un Dios que no reclama, que no dice mucho o que es incluso silencioso.

Pues bien, aquí me confronto con una cara distinta de Dios, que viene y me interpela. Sí, a veces es bueno mirar a la bondad de Dios que jamás se cansa, mirar a la clemencia que jamás se agota. Pero, ¿es que a un niño siempre se le trata así? Quien sabe educar, sabe que al niño no siempre debe concedérsele todo, que no siempre le ayuda la condescendencia. Puede parecer virtud por parte del de la madre, del padre o del tutor, pero en realidad es ingenuidad.

El corazón de toda persona necesita tanto de momentos en que pueda ejercer su libertad sin ninguna coacción, como también de momentos en que se le interpele. En pocas palabras, qué bien me hace cuando me dirigen un "¿qué haces?", "¡abre los ojos!", "¡piensa en tus hijos!", "¡no vayas por ahí!" o también "¡qué bien lo hiciste!", "¡sigue así!", "no te des por vencido", "mira a tu futuro"… Somos humanos. Necesitamos de otros. Y Cristo era muy humano.

Hoy la pregunta se dirige a los fariseos. Podemos llamarla una pregunta "retórica". Una pregunta que va más allá de la sola respuesta. Una pregunta que busca sacudir. Dios viene a presentárseme hoy, sí, como justo, misericordioso y todo amor; pero especialmente como Padre que me busca interpelar. Y ¡cómo lo necesito!


El único camino para vencer el mal es la misericordia. La justicia es necesaria, cómo no, pero ella sola no basta. Justicia y misericordia tienen que caminar juntas. ¡Cómo quisiera que todos nos uniéramos en oración unánime, implorando desde lo más profundo de nuestros corazones, que el Señor tenga misericordia de nosotros y del mundo entero!
(Homilía de S.S. Francisco, 28 de septiembre de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Cuando acuda a la Santa Misa buscaré abrir el corazón para escuchar la voz de Dios en las lecturas, en el sermón, dejando que me interpele.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.