31 enero 2018

Experiencia transformante

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Oración preparatoria

Señor, enséñame a estar atento a la tu voz y a entender aquello que me pidas.

Del santo Evangelio según san Marcos 6,1-6

En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros. sus hermanas?" Y estaban desconcertados.

Pero Jesús les dijo: "Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Es una realidad el hecho de que Dios no es ajeno a nuestras vidas, menos aún si hay momentos en los cuales no sentimos su voz o creemos que no está a nuestro lado. Él, más que nunca, está ahí presente, acompañándonos y sosteniéndonos para seguir adelante.

¿Qué tal está nuestra fe? ¿Realmente creemos o dudamos?

Es otra realidad el hecho de que Dios es el único que puede cambiar nuestras vidas. Sí podemos decir que las personas nos cambian, que las situaciones nos vuelven personas diferentes, que los lugares o ambientes influyen en nuestras vidas, y tenemos razón, pero, ¿quién está detrás de todo ello? Adivinen. Es Dios quien está ahí, en primera fila, más presente que nunca, y es Él quien se vale de todo ello para enseñarnos y para hacernos cambiar. No un cambio solamente exterior, sino un cambio interior, un cambio que incluye nuestra mente y nuestro corazón.

Mientras Jesús crecía, ése al cual llamaban hijo de un carpintero, hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón, a ése, poco a poco la relación íntima que tenía especialmente en la oración con Dios su Padre, le iba cambiando e iba inflamando su corazón de amor por los hombres, tanto así, que amó hasta dar su vida para que cada uno de nosotros comprendiéramos cuánto nos ama y nos ha amado desde toda la eternidad.

Pidamos a la Santísima Virgen que nos enseñe a reconocer a su hijo Jesucristo, no en los grandes milagros, no en las cosas extraordinarias y deslumbrantes, sino en cada detalle, en cada muestra de amor que nos da día con día.

Su mirada transforma nuestras miradas, su corazón transforma nuestro corazón. Dios es Padre que busca la salvación de todos sus hijos"
(Homilía del Papa Francisco, 21 de septiembre de 2015)

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré un momento de silencio y de recogimiento para escuchar la Palabra de Dios.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

30 enero 2018

tres pasos para acercarse a Jesús

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Oración preparatoria 

Dame, Señor, una fe firme que me ayude a confiar siempre en Ti. Haz que mi corazón nunca dude de tu gran poder, para acercarme a Ti como un hijo con su Padre.

Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: "Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva". Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.

Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.

Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: "¿Quién ha tocado mi manto?". Sus discípulos le contestaron: "Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’ ". Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad".



Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: "Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?". Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que tengas fe". No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.


Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: "¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida". Y se reían de él.

Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: "¡Talitá, kum!", que significa: "¡Óyeme, niña, levántate!". La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Este Evangelio nos presenta dos ejemplos de una fe grande, pero no me quiero centrar sólo en la fe de estos personajes, sino en la manera de acercarse a Cristo. Suponemos que todos los que estaban junto a Jesús en ese momento, tenían fe en Él, pero no recibieron un milagro como el que vemos en Jairo y en la hemorroísa. No fue solo su fe lo que les curó, sino su manera de acercarse a Cristo. Me imagino que si toda la gente que estaba al lado de Cristo, se hubiera acercado como lo hicieron los dos, tendríamos un Evangelio más extenso.

Jairo y la hemorroísa siguieron tres pasos para acercarse a Cristo. Primero, reconocieron su condición de creaturas necesitadas y el poder de Dios. Debemos de reconocer que nada podemos sin la ayuda de Dios. En segundo lugar, al acercarse a Jesús lo hicieron con sencillez, confiando que lo que les fuera a pasar, era lo mejor. Aceptan la voluntad de Dios, sabiendo que para ser plenamente felices la deben de cumplir. No le ponen medidas a Dios, que les permite dar el siguiente paso. Por último, confiaron plenamente en Dios, le dejaron entrar en sus vidas. La confianza que pusieron en Cristo, les permitió obtener la gracia que necesitaban en ese momento.


Estos dos episodios --una sanación y una resurrección-- tienen un único centro: la fe. El mensaje es claro, y se puede resumir en una pregunta, una pregunta para hacernos: ¿creemos que Jesús nos puede sanar y nos puede despertar de la muerte?
(Homilía de S.S. Francisco, 28 de junio de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Haré una visita a Cristo Eucaristía, acercándome como lo hicieron Jairo y la hemorroísa, confiándole todas mis necesidades.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

29 enero 2018

Sal a su encuentro y anuncia su Misericordia

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Oración preparatoria
Concédeme la gracia, Señor,de encontrarme contigo, en esta oración y durante todo este día.

Del santo Evangelio según san Marcos 5,1-20
En aquel tiempo, después de atravesar el lago de Genesaret, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó Jesús, vino corriendo desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros. Ya ni con cadenas podían sujetarlo; a veces habían intentado sujetarlo con argollas y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba las argollas; nadie tenía fuerzas para dominarlo. Se pasaba días y noches en los sepulcros o en el monte, gritando y golpeándose con piedras.

Cuando aquel hombre vio de lejos a Jesús, se echó a correr, vino a postrarse ante él y gritó a voz en cuello: "¿Qué quieres tú conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimó? Te ruego por Dios que no me atormentes".

Dijo esto porque Jesús le había mandado al espíritu inmundo que saliera de aquel hombre. Entonces le preguntó Jesús: "¿Cómo te llamas?" Le respondió: "Me llamo Legión, porque somos muchos". Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.



Había allí una gran piara de cerdos, que andaban comiendo en lafalda del monte. Los espíritus le rogaban a Jesús: "Déjanos salir de aquí para meternos en esos cerdos". Y él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y todos los cerdos, unos dos mil, se precipitaron por el acantilado hacia el lago y se ahogaron.


Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y contaron lo sucedido, en el pueblo y en el campo. La gente fue a ver lo que había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al antes endemoniado, ahora en su sano juicio, sentado y vestido. Entonces tuvieron miedo. Y los que habían visto todo, les contaron lo que le había ocurrido al endemoniado y lo de los cerdos. Ellos comenzaron a rogarle a Jesús que se marchara de su comarca.

Mientras Jesús se embarcaba, el endemoniado le suplicaba que lo admitiera en su compañía, pero él no se lo permitió y le dijo: "Vete a tu casa a vivir con tu familia y cuéntales lo misericordioso que ha sido el Señor contigo". Y aquel hombre se alejó de ahí y se puso a proclamar por la región de Decápolis lo que Jesús había hecho por él. Y todos los que lo oían se admiraban.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El Evangelio de hoy invita a salir al encuentro de Cristo y anunciar su Misericordia. Puede leerse la dificultad del hombre endemoniado y vale en este momento preguntarse: ¿Cuáles son mis demonios? - Si te sirve escribe todo aquello que te impide ser feliz: pecados como la infidelidad - en el matrimonio, noviazgo, con las amistades -, aborto - porque te has practicado uno o porque has inducido a alguien a realizar este crimen -, vicios, etc… Sea cual sea el pecado, sal al encuentro de Cristo y deja que Él te sane; Cristo no te juzga, por el contrario te ama y quiere sanarte, quiere colmarte de su misericordia.

Salir al encuentro de Cristo es ver más allá de tus problemas, es levantar los ojos al cielo y contemplar el firmamento, en donde puedes contemplar la inmensidad de la creación, es dejar de ver hacia abajo, al suelo, pues lo único que haces es poner límites a tu capacidad de ver. Él, quiere que aprendas a superar las barreras, los miedos que te has creado - por magnificar los problemas y dudar de su Misericordia -; aprende a reconocerte necesitada (o) de perdón, basta que te confieses y el perdón llega. Solo cuando dejas que el temor te gobierne, tu capacidad de ser feliz y de ver el horizonte es cuando ahuyentas a Jesús de tu vida. Claramente se lee en este Evangelio: "se quedaron espantados…Ellos le rogaban que se marchase de su país". Vence el temor y sal a su encuentro, experimenta la Misericordia de Dios y se portador en tu familia, trabajo, amistades, etc., de la misericordia de Dios en tu vida. Dios te llama, te ve, te ama y te dice: "Ven a mí que sanaré tus heridas y anuncia lo que hago por ti."


Dejaos curar por Jesús. Cada uno sabe dónde tiene la herida. Cada uno de nosotros tiene una; no sólo tiene una: dos, tres, cuatro, veinte. Cada uno sabe. Que Jesús cure esas heridas. Pero, para esto, tengo que abrir el corazón, para que Él venga. ¿Y cómo abro el corazón? Rezando. "Pero, Señor, no puedo con esa gente, la odio, me ha hecho esto, esto y esto…". "Cura esta herida, Señor". Si le pedimos a Jesús esta gracia, Él nos la concederá. Déjate curar por Jesús. Deja que Jesús te cure.
(Homilía de S.S. Francisco, el 8 de febrero de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Soy débil, Señor, sana mis heridas, permite que reconozca tu misericordia y dame la valentía para proclamar las gracias que me concedes.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Compartiré lo que Jesús ha hecho conmigo con quien tengo más cerca, con quien convivo en mi día a día.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

24 enero 2018

Abrir el corazón para poder escuchar

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Oración preparatoria 
¿Me cansa la vida?, ¿busco descanso y no lo encuentro? A Ti vengo, Señor, para detenerme en Ti. Quiero disponer de aquello más alto de que todo hombre puede disponer: tiempo contigo.


Del santo Evangelio según san Marcos 4,1-20

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre tan grande, que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía:

"Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno". Y añadió Jesús: "El que tenga oídos para oír, que oiga".

Cuando se quedaron solos, sus acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les dijo: "A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se conviertan y sean perdonados".



Y les dijo a continuación: "Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a comprender todas las demás? ‘El sembrador’ siembra la palabra.

‘Los granos de la vereda’ son aquellos en quienes se siembra la palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.

‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos.

‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril.

Por fin, ‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Alguna vez has escuchado, con atención, hablar a una persona?, ¿alguna vez has asistido a una plática, conferencia, charla? No vayamos lejos, ¿alguna vez has escuchado una homilía o un sermón? Cuando percibes las palabras y las ideas que se presentan, ¿cómo las recibes?, ¿cómo las escuchas?

Existen dos modos de escuchar. Solo uno de ellos es verdadero. Solo uno de ellos es propio del hombre. Antes de referirnos a ellos encontramos primero lo que es tan solo "oír". Consiste en nada menos que en recibir sonidos. Después encontramos el primer modo de escucha. Éste sabe decodificar informaciones. Recibe las ideas y las organiza. Comprende el mensaje mismo. Al final encontramos, sin embargo, el único modo real: es aquél que recibe todo lo que escucha no solo como simples sonidos, pero tampoco ni siquiera como meras informaciones, sino sobre todo como aquello que podría llamarse la palabra de un corazón.

Aquél que sabe reconocer las palabras del corazón de quien escucha, ése sabe verdaderamente escuchar. Aquél que sabe reconocer las palabras del corazón, puede identificar al que tan solo emite solo ideas, pero también al que transmite todo su ser por la palabra.

Quizás si el gentío hubiese buscado mirar más allá de las ideas, quizá si los apóstoles hubiesen mirado más allá de las doctrinas, quizá si yo mismo buscara mirar más allá de las palabras para tocar el corazón, entonces quizás la parábola cesaría de ser parábola para pasar a ser vida.


Tenemos que acostumbrarnos a esto: oír la palabra de Jesús, escuchar la palabra de Jesús en el Evangelio. Leer un pasaje, pensar un poco en qué dice, en qué me dice a mí. Si no oigo que me habla, paso a otro. Pero tener este contacto diario con el Evangelio, rezar con el Evangelio; porque así Jesús me predica, me dice con el Evangelio lo que quiere decirme. Conozco a gente que siempre lo lleva, y cuando tiene un poco de tiempo, lo abre, y así encuentra siempre la palabra justa para el momento que está viviendo. Esta es la primera cosa que quiero deciros: dejad que el Señor os predique. Escuchar al Señor.
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de febrero de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Al momento de escuchar, buscaré reconocer las palabras del corazón de quien me habla. Haré lo mismo sea con mis amigos, mis compañeros, mi familia y con Dios mismo.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.


23 enero 2018

¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?

BY enformacondios No comments




Oración preparatoria

Señor, hoy vengo ante Ti a pedir tu ayuda. Aumenta mi fe para creer en tus promesas. Aumenta mi esperanza para poner en tus manos todas mis necesidades. Aumenta mi amor para ser un testimonio de tu bondad. Sin Ti no soy nada; contigo lo puedo todo.

Del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35

En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a Él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan".

Él les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".

Palabra del Señor.



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús no quiere que le conozcamos simplemente como una figura histórica que vivió hace dos mil años, ni como a un personaje olvidado en un papel que cobra vida si, y sólo si, leemos el libro. ¡No!, Jesús es real, todo el tiempo, real. Es tan real que nos dice cómo llegar a formar parte de su familia. Si Jesús es realmente el hijo de Dios, ¿a quién no le gustaría formar parte de esa familia divina?

Jesús nos dice: "El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre." Suena fácil, pero sabemos por experiencia que no lo es porque, ¿cómo podemos saber que estamos haciendo la voluntad de Dios?

Tenemos los mandamientos y las enseñanzas de la Iglesia, aun así, podemos ir más profundo y discernir la voluntad de Dios para nuestras vidas:
Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y no se contradice. No va cambiando de parecer porque se haya levantado con el pie izquierdo. Nos podemos preguntar: ¿hacia dónde me ha dirigido Dios a lo largo de mi vida?, ¿qué me ha pedido?
Dios no nos ha creado islas. Quiere que reconozcamos nuestras limitaciones y pidamos ayuda. Como nadie es buen juez de sí mismo, es necesario que nos acerquemos a personas buenas, de oración, que nos puedan aconsejar a lo largo del camino. El confesor y el director espiritual tienen un papel relevante porque Dios les ha confiado a ellos la dirección de nuestra alma.
Jesús mismo nos dice en el Evangelio: "por sus frutos los conoceréis" (Mt 7,16). Si lo que hacemos nos deja llenos de paz, gozo, plenitud, quiere decir que vamos por buen camino. Si, por el contrario, tenemos sólo inquietud, tal vez se nos ha escapado algo y debemos regresar sobre nuestros pasos y pedir luz al Señor para ver con claridad.

Jesús ya ha puesto todo de sí para que formásemos parte de su familia, ahora, ¿qué pienso poner yo?


[María] siguió a Jesús, escuchando cada palabra que salía de su boca; conservó todo en su corazón y se convirtió en memoria viva de los signos realizados por el Hijo de Dios para suscitar nuestra fe. Sin embargo, no basta sólo escuchar. Esto es sin duda el primer paso, pero después lo que se ha escuchado es necesario traducirlo en acciones concretas. El discípulo, en efecto, entrega su vida al servicio del Evangelio.
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de octubre de 2016).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Me confesaré esta semana.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

22 enero 2018

La fuente del poder.

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Oración introductoria 
Ilumíname, Espíritu Santo, para escuchar lo que quieres de mí y envía tu unción para tomar consciencia sobre mi condición de hijo de Dios. Ayúdame a reconstruir el Reino de Cristo en mi corazón.

Del santo Evangelio según san Marcos 3,22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: “Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera”. Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno”. Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hoy nos enfrentamos a uno de esos evangelios que pueden parecer un poco extraños a primera vista y a lo mejor hasta un poco «secos» para orar, pero no por eso debemos dejarlo pasar por alto. Jesús hoy nos quiere hacer una gran revelación, la fuente del poder de Dios.

Normalmente vemos que los objetos sagrados para la Eucaristía se manejan con mucho cuidado y reverencia porque están destinados exclusivamente a custodiar el Cuerpo y la Sangre de Cristo. También es posible observar en muchos lugares cuánto cuidan su templo porque es lugar de encuentro con el Señor. ¡Cuánto más sagrado no serás tú que eres creado a imagen del mismísimo Dios y eres templo del Espíritu Santo! (1 Cor 6:19)

Jesús nos dice que un reino dividido no puede vencer. Por un lado, somos la creación más sagrada de Dios, por otro, somos creaturas llenas de debilidad. ¿Cómo venceremos?

Evidentemente no lo podemos hacer por nosotros mismos, pero sí lo podemos hacer con el poder de Dios. Esa fuente es el Espíritu Santo que lava nuestras manchas, riega el corazón en sequía, es fuego que purifica y repele lejos los enemigos del alma, como dice un antiguo himno de la Iglesia Veni Creator Spiritus.

Hoy, si sientes que Dios te está llamando a reconstruir el reino de tu corazón y a tener una mayor amistad con Él, no le cierres la puerta de tu corazón al mayor poder que puedes tener en tu vida, la fuerza del Espíritu Santo que hace nuevas todas las cosas.


Estamos llamados a ser los colaboradores de Dios en una empresa tan fundamental y única como es testimoniar con nuestra vida la fuerza de la gracia que transforma y el poder del Espíritu que renueva. Dejemos que el Señor nos libere de toda tentación que aleja de lo que es esencial en nuestra misión, y redescubramos la belleza de profesar la fe en el Señor Jesús.
(Homilía de S.S. Francisco, 22 de febrero de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Dedicaré en esta semana un tiempo un poco más prolongado a la oración para crecer en amor en mi relación con Cristo y que Él tome el Reino de mi corazón.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

20 enero 2018

Jesús predicaba, sus familiares murmuraban, y su madre callaba

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Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, una vez más me encuentro en tu presencia. Te doy las gracias de todo corazón por este momento de intimidad. Gracias por ser quien eres. Creo en Ti, pero ayúdame a creer con firmeza que tu amor puede superar todos mis límites y que tu misericordia es más grande que toda mi miseria.

Aumenta mi confianza. Dame la gracia de saber con el corazón que en tus brazos siempre encontraré el cariño y el refugio que tanto necesito.


Te amo, pero Tú sabes que mi amor es pequeño, frágil y débil. Enciende en mí el fuego de tu amor. Haz que tu Sagrado Corazón incendie el mío y me convierta así en llama que extienda entre los hombres el reino de tu amor. Sagrado Corazón, venga tu Reino.

Amén.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-21



En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.


Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

María, hoy el Evangelio me presenta a un Jesús tan entregado a los demás que no tiene ninguna reserva de tiempo para sí y a tus familiares (si eran los de Él, también eran los tuyos) que lo tildan de loco y quieren forzarlo a regresar a tu casa.

¡Qué sufrimiento te habrá causado aquella escena! Me imagino los comentarios que te circundaban, los dedos de las mujeres que te señalaban cuando te veían pasar, los cotilleos y críticas de los que te llamaban "la madre de ese loco" y los comentarios hirientes de quienes te hostigaban y casi te recriminaban que no fueras a detener las "locuras" de tu hijo.

Y tú, callabas. ¡Qué gran ejemplo me das! Callabas. Sí. Pero no como quien es incapaz de defenderse, como quien se inhibe ante los comentarios, ni mucho menos, como una mera espectadora que se mantiene indiferente.

No. Tu silencio es diferente. Es el silencio de quien ama, de quien confía en el amado y tiene la certeza de lo que hace es lo mejor. Es el silencio de quien ama a quien lo ofende, de quien sabe perdonar sin rencores y pone la otra mejilla. Es el silencio de quien escucha a Dios y calla con su boca, para que su vida sea encarnar la voz de Dios cumpliendo su voluntad.

Tu silencio es el de la Madre que ama a su Hijo. Por supuesto te encantaría tener a Jesús a tu lado… ¡pero no a cualquier precio! El tuyo, es un silencio del amor que da libertad y espacio al amado, permitiendo que los demás gocen de la alegría de escucharlo.

María, ¡ayúdame a vivir el silencio como tú!


Cuando, en lugar de esforzarse en crecer, se pone a destruir a los que están creciendo, y cuando en lugar de seguir los buenos ejemplos, los juzga y les quita su valor. La envidia es un cáncer que destruye en poco tiempo cualquier organismo: "Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir". De hecho -no lo olvidéis-, "por envidia del diablo entró la muerte en el mundo". Y la murmuración es el instrumento y el arma.
(Discurso de S.S. Francisco, 29 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré vivir el silencio como María, evitando palabras y pensamientos que juzguen el comportamiento de los demás.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

19 enero 2018

Vivir en la libertad de la ley del amor

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Oración preparatoria 

Señor renuévame..., renueva mi corazón.


Del santo Evangelio según san Marcos 3, 13-19

En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron. Constituyó a doce para que se quedaran con él, para mandarlos a predicar y para que tuvieran el poder de expulsar a los demonios.

Constituyó entonces a los doce: a Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir "hijos del trueno"; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que después lo traicionó.

Palabra del Señor.

Hay tradiciones, hábitos, costumbres que solemos hacer y que ya no nos damos cuenta de por qué las hacemos. Es parte de una cierta rutina en la que inconscientemente nos vemos inmersos.

Jesús, de alguna manera, cuando se encuentra con los fariseos, quiere hacer surgir una pregunta en sus corazones: ¿Por qué hacen esto? No simplemente para poner una duda sino para encontrar una razón.

Sin darse cuenta habían puesto a la ley, a su tradición, a sus costumbres encima del hombre. La ley siempre debe estar siempre al servicio del hombre y existe para guiar, para mantener el orden que Jesús vino a dar en plenitud..., debe ser una ley de amor.

Esto es el verdadero sentido de la ley de Dios; una ley que lleva al hombre a ser hombre y, por lo tanto, lo lleva a una apertura hacia los demás, una apertura que lleva siempre al amor. Y en base a esta ley de amor Jesús llamó a los que quiso y los mando a predicar y a expulsar a los demonios.

Ésa es la renovación de la ley a la que Jesús quiere invitar a aquellos que están cegados por la rutina, por las costumbres y tradiciones..., para que podamos vivir en la libertad de la ley del amor.


Hay una elección: Jesús eligió a los que él quería. Y, precisamente, instituyó a Doce. Que llamó apóstoles. Había otros: estaban los discípulos, y el evangelio habla de setenta y dos, en una ocasión. Pero estos eran otra cosa. Los Doce son instituidos para que estén con él y para mandarlos a predicar con el poder de expulsar los demonios. Es el grupo más importante que Jesús eligió, para que estuvieran con él y para mandarlos a predicar el Evangelio. Y con el poder de expulsar los demonios. Precisamente los Doce son los primeros obispos, el primer grupo de obispos.
(Homilía de S.S. Francisco, 22 de enero de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Vivir hoy mis "quehaceres" con amor.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén

18 enero 2018

La compañía ideal

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Oración preparatoria
Señor Jesús, enséñame a gustar cada vez más tu compañía.

Del santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, seguido por una muchedumbre de galileos. Una gran multitud, procedente de Judea y Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de la parte de Tiro y Sidón, habiendo tenido noticias de lo que Jesús hacía, se trasladó a donde él estaba.

Entonces rogó Jesús a sus discípulos que le consiguieran una barca para subir en ella, porque era tanta la multitud, que estaba a punto de aplastarlo.

En efecto, Jesús había curado a muchos, de manera que todos los que padecían algún mal, se le echaban encima para tocarlo. Cuando los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se echaban a sus pies y gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero Jesús les prohibía que lo manifestaran.



Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

No estamos solos. Por gracia de Dios, nos encontramos rodeados de muchas personas, cada una con un estilo diferente, pero que a través de sus acciones podemos descubrir la dulzura del amor de Dios.

Es hermoso el sentirse amado y el sentir la compañía, pero que mejor que sentirla de Aquél que nos ha amado desde toda la eternidad, que nos acompaña y que espera una respuesta libre de amor por parte de nosotros.

Qué gran experiencia sería el poder retirarnos como los discípulos, hacer una pausa y acompañar a Jesús, disfrutar a solas con Él en un cambio recíproco de amor. Una relación en la cual podamos amarlo, no por las grandes cosas que hace, como todos los milagros extraordinarios, no por las necesidades o problemas que tengamos, no por sólo los deseos que tengamos y sueños que queremos alcanzar, sino sólo porque hemos descubierto que Jesús nos ama y queremos disfrutar cada momento de su compañía. ¡Cuánto bien nos hace al alma! ¡Cuánta paz nos da!

Pidamos a la Santísima Virgen María, que nos enseñe a gustar estar cada vez al lado de su Hijo.


Es necesario mantenerse fieles al bautismo y crecer en la intimidad con el Señor mediante la oración, la escucha y la docilidad a su palabra, la participación a los sacramentos, especialmente la eucaristía y la reconciliación.
Si uno está íntimamente unido a Jesús, se beneficia de los dones del Espíritu Santo que -como dice San Pablo- son 'amor, alegría, paz, magnanimidad, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí'. Y estos son los dones que nos vienen si permanecemos unidos a Jesús.
(Homilía de S.S. Francisco, 3 de mayo de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Me uniré a Jesús en un momento de oración y disfrutaré de su compañía.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!



Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

16 enero 2018

Camina con Él

BY enformacondios No comments




Oración preparatoria 

Concédeme la gracia, Señor,de reconocerte junto a mí.

Del santo Evangelio según san Marcos 2, 23-28

Un sábado Jesús iba caminando entre los sembrados, y sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le preguntaron: "¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido hacer en sábado?"

Él les respondió: "¿No han leído acaso lo que hizo David una vez que tuvo necesidad y padecían hambre él y sus compañeros? Entró en la casa de Dios, en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes sagrados, que sólo podían comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros".

Luego añadió Jesús: "El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Y el Hijo del hombre también es dueño del sábado".



Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El evangelio de este día invita a contemplar la realidad de la vida: Cristo y los discípulos caminan - se trasladan de un sitio a otro -; los discípulos arrancan espigas para comerlas, sentían hambre y, finalmente, los fariseos.

Así como andaba con los discípulos, hoy también camina a tu lado, basta que seas dócil, doblegues la cerviz y le reconozcas; jamás estarás sola (o), basta que pienses por un momento en cada situación difícil que has vivido y en la persona que te ha acompañado, las veces que escuchaste palabras de ánimo o en que recibiste un consejo; cada una de estas personas, fue Él quien la puso cerca de ti para que le escuchases.

Sé que hay momentos en que quisieras que todo fuese distinto, sin embargo, la vida está llena de situaciones complejas que hacen que te sientas asfixiada (o) por tanta presión en el trabajo, en la escuela o universidad, incluso en la misma familia; es difícil caminar cuando se tiene sed de justicia o un momento de paz en tu vida, pero este momento permite que disfrutes el agua que sacia tu sed y alcances un mayor grado de paz, por la simple razón que no estás sola(o) y que siempre tienes compañía.

Jesús quiere que le reconozcas en cada momento de tu vida, que camines con Él, que le veas; no temas abrirte a la vida reconociendo tus fragilidades y, sobre todo,sabiendo que eres una persona amada por Dios.Deja que Él camine contigo y tú aprende a caminar con Él.


El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado.
(San Juan Pablo II, Discurso a la Acción Católica italiana, 30 diciembre 1978).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy en oración ante Dios reconoceré que he fallado y le pediré la fuerza para levantarme y reconocer que camina junto a mí.

DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

15 enero 2018

Renovemos la alegría

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria 

Abre, Señor, mis ojos para que vea tus obras. Me has concedido un nuevo día. Un sinfín de bendiciones me esperan en esta jornada. Ayúdame a buscarte con un corazón sincero, y responder de la mejor manera a tu infinito amor por mí. Así sea.

Del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22
En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?"

Jesús les contestó: "¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el esposo está con ellos? Mientras está con ellos el esposo, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el esposo les será quitado y entonces sí ayunarán.

Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos".



Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La cuestión que los fariseos traen a Jesús es mucho más que un simple "ayunar o no ayunar"; no se trata de escoger pan y agua o vino con carne. Las "normas" en la nueva alianza tienen más que ver con la actitud del corazón; ésta sí nos acercará a Dios y nos dará el gozo de Cristo.

¿Qué quiere decir Cristo en este Evangelio? Preguntémosle cuál es su mensaje, escuchemos con atención sus palabras: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos?" ¿Acaso hay que estar tristes en una fiesta de bodas? Cristo es el novio en la boda, la Iglesia es la novia. Todos nosotros, miembros de la Iglesia, debemos mostrar la alegría de una recién casada. ¡Nada menos!

Motivos no nos faltan para estar radiantes de felicidad. Antes del bautizo éramos pecadores, y ahora hemos sido redimidos. Antes estábamos solos, y ahora Dios mismo vive en nosotros. Antes vivíamos lejos de nuestra "casa" y ahora en la Iglesia todos somos hermanos. ¡Nos corresponde tener incluso más alegría que la novia de una boda! Sólo está triste a quien le falta algo; nosotros lo tenemos todo si tenemos a Cristo; y con Él, una nueva vida, llena de sentido.


Las alegrías del Evangelio -lo digo ahora en plural, porque son muchas y variadas, según el Espíritu tiene a bien comunicar en cada época, a cada persona en cada cultura particular- son alegrías especiales. Vienen en odres nuevos, esos de los que habla el Señor para expresar la novedad de su mensaje.
(Homilía de S.S. Francisco, 13 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo


Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy haré una oración especial antes de ir a dormir, agradeciendo a Dios todos los dones que me haya dado durante el día.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

11 enero 2018

BY enformacondios No comments




Mirarse y mirar a los demás




Oración preparatoria 

Señor, en medio de un sin fin de pensamientos, actividades y expectativas quiero hacer nuevamente una pausa y encontrarme más personalmente contigo. Te doy gracias por abrirme siempre las puertas de tu presencia.




Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “Si tú quieres, puedes curarme”. Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí quiero: sana!” Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.

Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”.

Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a él de todas partes.



Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Me viene a la mente una escena que bien podría haber sucedido en la vida de Jesús. Alguna vez habría tenido la oportunidad de mirar su rostro reflejado, fue en un lago o algo semejante. Me brota entonces la pregunta, ¿qué pensaba Jesús mientras se miraba?, ¿se detenía a contemplarse a sí mismo?, ¿se sentía desordenadamente orgulloso de sí?, ¿se miraba con tristeza?

Cuando me miro en el espejo, ¿qué veo?, ¿qué pienso de mí?, ¿me menosprecio?, ¿me acostumbro a mí mismo?, ¿me sobrevaloro?, ¿quién soy yo, en realidad?

Éstas son preguntas que pueden parecer superficiales para algunos. Para otros, sin embargo, son existenciales, pues de ellas depende cada segundo de la propia vida. Si me desprecio, mi vida será despreciable. Si me enorgullezco desordenadamente, mi vida será una fantasía a expensas de otros. Pero si me miro dignamente, trataré y veré a los demás con la dignidad que se merecen., empezando por mí mismo.

Si reflexiono con detenimiento, sin embargo, podré percatarme que puedo encontrar razones tanto para mirarme bien como para mirarme mal. Entonces la tarea se vuelve una tortura. ¿Quién me podría ayudar a mirarme una vez más como realmente soy?

Hoy encontramos una respuesta en los ojos de Jesús. Ojos que tan solo vieron en un leproso a un hijo de Dios. Ojos que tan solo vieron en un leproso una persona a quien se puede siempre amar. Ojos que vieron en un leproso un ser humano que podría querer sanar. Ojos que miraron y que no fueron indiferentes.


Hoy también nos encontramos en la encrucijada de estas dos lógicas: a veces, la de los doctores de la ley, o sea, alejarse del peligro apartándose de la persona contagiada, y la lógica de Dios que, con su misericordia, abraza y acoge reintegrando y transfigurando el mal en bien, la condena en salvación y la exclusión en anuncio. […] Curando al leproso, Jesús no hace ningún daño al que está sano, es más, lo libra del miedo; no lo expone a un peligro sino que le da un hermano; no desprecia la Ley sino que valora al hombre, para el cual Dios ha inspirado la Ley.
(Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Quiero pedirte la gracia, Señor, de aprender a mirar con tus ojos a toda persona sin excepción. Puedo empezar por aquellos en quienes más me cuesta. Así se podrá transformar mi corazón poco a poco.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy pediré a Jesús que me conceda toda la humildad que me falta para mirarme tal cual soy.

Despedida


Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

10 enero 2018

Todo el mundo te busca

BY enformacondios No comments


Oración preparatoria 

Señor, hoy vengo ante ti a pedir tu ayuda. Aumenta mi fe para creer en tus promesas. Aumenta mi esperanza para poner en tus manos todas mis necesidades. Aumenta mi amor para ser un testimonio de tu bondad. Sin Ti no soy nada; contigo lo puedo todo.

el santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.

Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que 1os demonios hablaran, porque sabían quién era él.

De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.



Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Es maravilloso contemplar los milagros de Jesús, aunque sea a través de breves miradas: "curó a muchos enfermos de diversos males". No sabemos exactamente cómo curó a cada uno de los que le presentaron, pero de lo que estamos seguros es que Él tenía el poder para sanarlos. La gente de los pueblos lo sabía y por eso lo buscaban. "Jesús me puede ayudar- pensaban- Él sí y nadie más que Él". Iban a Jesús, se presentaban ante Él y su confianza no era en vano.

Aunque, hoy por hoy, no vemos a Jesús caminando por las calles sino con los ojos de la fe, Él también está en medio de nosotros con ese mismo poder, con ese mismo amor, con ese mismo deseo de ayudar. Hace falta que nosotros le busquemos con empeño, que vayamos y nos postremos ante Él. Jesús recompensa la confianza y el abandono total en sus manos, pues se muere de ganas de encontrar un alma necesitada de su amor, un alma a la cual se pueda donar sin medida.

Jesús nos espera; vayamos hacia Él.

Jesús que vino en la tierra para anunciar y realizar la salvación de todo el hombre y de todos los hombres, él demuestra una particular predilección por aquellos que están heridos en el cuerpo y en el espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, los enfermos, los marginados. Él así se revela médico, sea de las almas que de los cuerpos, buen samaritano del hombre, es el verdadero salvador. Jesús salva; Jesús cura; Jesús sana.
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de febrero de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Agradecer a Jesús todo lo que me ha dado esta última semana y haré una oración especial por los enfermos, para que encuentren en Cristo su consuelo y curación.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

09 enero 2018

El lenguaje que todos entienden

BY enformacondios No comments




Oración preparatoria 

Vengo ante Ti para hablar con la confianza de un amigo, con una mirada de un hijo hacia su madre, con los ánimos de un hermano para jugar con su hermano querido. Quiero hablar contigo incluso si ahora me encuentro como un hijo que busca el perdón de un padre o como un enamorado que pide, mendiga y espera el amor que pudo haber perdido. Esté como esté, hoy quiero hablar contigo.

Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, llegó Jesús a Cafarnaúm y el sábado siguiente fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es tan sencillo cómo habla Cristo pero ¿por qué nos suele sorprender cuando no le entendemos?

Si Cristo ha entrado en nuestra vida y no comprendemos es porque no hemos acabado de asimilar lo que nos ha querido enseñar.

Podemos pensar según la lógica humana. Por esto es tan complicado para los sabios de este mundo entender la ley del amor. Cuando no entendemos el porqué de la alegría y del dolor, del gozo y del sufrimiento, es porque pensamos con la sabiduría terrenal sin ponernos en un plano sobrenatural; a este nivel sobrenatural todo tiene respuesta, todo tiene lógica, pero nunca según los criterios humanos.

He aquí que, cuando nos ponemos a amar sin medida, algunos se sorprenden de este nuevo poder, un poder que se fundamenta en el servicio, un poder que Dios mismo respalda. El amor es el lenguaje que todos pueden entender por su sencillez.

Pensemos. ¿De qué nos gloriamos? De nuestra sabiduría… de nuestro poder… de nuestras capacidades… ¿Qué somos y qué llegaremos a ser con esta lógica? Son muchas preguntas que se responden con sencillez: Las enseñanzas de Dios se hunden en los cimientos del amor. ¿Quién puede comprenderlo? ¿Quién pude vivirlo?


Jesús es diferente de los maestros de su tiempo: por ejemplo Jesús no abrió una escuela dedicada al estudio de la Ley, sino que sale para predicar y enseñar por todas partes: en las sinagogas, por las calles, en las casas, siempre moviéndose. Jesús también es distinto de Juan el Bautista, quien proclama el juicio inminente de Dios, mientras que Jesús anuncia su perdón de Padre.
(Homilía de S.S. Francisco, 24 de enero de 2018).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy examinaré con sinceridad si pienso según los parámetros humanos o los divinos.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

07 enero 2018

Es difícil de creer..., sin embargo es así

BY enformacondios No comments




Oración preparatoria
Señor, dame la gracia de callar, por un momento, los ruidos externos y también los internos de mis pensamientos y de mi corazón para poder escuchar... para poder escucharte.

Del santo Evangelio según san Marcos 1, 7-11
En aquel tiempo, predicaba Juan: "Ya viene detrás de mí otro que es más poderoso que yo, uno a quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo".

Por esos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu en figura de paloma, descendía sobre él. Se oyó entonces una voz del cielo que decía: "Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias".

Palabra del Señor.



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hay momentos en la vida en que suceden cosas inesperadas..., pero muchas veces cuando éstas suceden nos damos cuenta que las necesitábamos.

Una plática, una conversación, una mirada o, a veces, tan sólo basta escuchar una palabra dicha desde el corazón.

Nos es imposible imaginar, meditar o contemplar el amor que el Padre tenía al Hijo y el Hijo al Padre, pues si lo pensamos bien es un amor que nos supera, nos sobrepasa. Sin embargo, Jesús no quiere mostrarnos su amor como una especie de obra de arte, que si bien nos puede gustar, nos puede maravillar, sigue siendo algo externo a nosotros.

Jesús vino a dar plenitud, vino a enseñarnos el camino..., pues su misión consistía en no perder nada de aquello que se le había dado, de aquello que se le ha dado (Jn 6-39), pero sobre todo, vino a mostrarnos que Dios es Padre, nuestro Padre..., mi Padre.

Aquí ya no se trata de mirar y admirar una obra de arte; se trata de vivirla, pues yo soy aquél de quién se dice que es hijo..., y no sólo un hijo sino que soy un hijo que es amado.

Es difícil de creer, sin embargo es así.

Hay que callar..., hay que empezar a escuchar pues puede que aquello que necesitamos sea escuchar: "Tú eres mi hijo amado en quien me complazco".

Aunque no seamos conscientes muchas veces, aunque estemos distraídos..., esto es verdad.


“Todos somos hijos de Dios”. Esto es lo que el Santo Niño nos dice. Nos recuerda nuestra identidad más profunda. Todos somos hijos de Dios, miembros de la familia de Dios. Hoy san Pablo nos ha dicho que hemos sido hechos hijos adoptivos de Dios, hermanos y hermanas en Cristo. Eso es lo que somos. Ésa es nuestra identidad.
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de enero de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

En un momento de mi día detenerme unos cuantos segundos, para ponerme en presencia de Dios y traer a la mente la jaculatoria "Soy un hijo de Dios".

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

06 enero 2018

¿Dónde está el rey de los judíos?

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Oración preparatoria

Jesús, una vez más vengo a Ti. Conoces bien todo lo que hay en mi corazón, todas mis heridas y todos mis deseos... Todo lo pongo en tus manos para que lo transformes y lo pongas en tu Corazón. Me amas. Muchas veces, en medio del ajetreo diario, me olvido que tu mirada amorosa se posa sobre mí y que sonríes con mis alegrías y lloras conmigo. Nunca me abandonas. Siempre estás dispuesto a tenderme la mano cuando estoy caído, a consolarme cuando triste, y recibirme en tus brazos en todo momento. Gracias. Aumenta mi fe para descubrirte en mi vida y escuchar lo que me quieres decir en esta oración.

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo".


Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús, hoy en el Evangelio me hablas del encuentro que los magos tuvieron con Herodes. En mi corazón resuena la pregunta que le hicieron al tetrarca: "¿Dónde está el rey de los judíos?" Esa pregunta lo turbó profundamente porque cuestionaba su identidad, la manera en que él mismo se veía.

Muchas veces, amado Jesús, yo he tenido la misma experiencia cuando hay momentos, personas y situaciones que hacen saltar por el aire lo que yo creo de mí mismo, la imagen que con el paso del tiempo me he forjado de mí, pero que no siempre corresponde con la manera que Tú me vez. Tantas veces me he creído mejor o peor de lo que realmente soy y me he convertido en un adulador solapado o en un juez inmisericorde. Tú sabes quién soy y sabías quién era realmente Herodes. Cuando miro la figura de Herodes, muchas veces he visto a un rey despiadado y asesino…no he sabido mirarlo como Tú lo ves: un hijo tuyo muy amado por Ti.

¡Si tan sólo fuera más consciente de esta verdad, mi vida cambiaría! Sabría mirar a los demás como Tú los ves… Me vería como lo que soy: ¡Tu hijo muy amado! No me enojaría porque las situaciones o los demás metieran en crisis mi identidad, pues sabría que, pase lo que pase, haga lo que haga, nunca dejaría de ser lo que soy: uno muy amado por Ti.

Esa pregunta que turbó a Herodes no es otra cosa que un intento de tu amor de quitarle la máscara que él mismo se había hecho y mostrarle su verdadero ser, su identidad más profunda; no fue otra cosa que un intento de tu infinito amor para mostrarle lo que era realmente.

Jesús, ayúdame a mirar como Tú miras y a grabar en mi corazón con letras de fuego mi identidad más verdadera y profunda: Soy TU hijo y me amas.


"Los Magos lo hicieron: encontraron al Niño, "postrándose, le adoraron" (v. 11). No le miraron solamente, dijeron solo una oración circunstancial y se fueron, no, sino que le adoraron: entraron en una comunión personal de amor con Jesús. Después le regalaron oro, incienso y mirra, es decir, sus bienes más preciados. Aprendamos de los Magos a no dedicar a Jesús sólo los ratos perdidos de tiempo y algún pensamiento de vez en cuando, de lo contrario no tendremos su luz. Como los Magos, pongámonos en camino, revistámonos de luz siguiendo la estrella de Jesús, y adoremos al Señor con todo nuestro ser".
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré tener una mirada como la de Jesús: Misericordiosa para conmigo y para con los demás.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

05 enero 2018

Invitación inesperada

BY enformacondios No comments






Oración preparatoria
Señor Jesús, enséñame a ser dócil a Ti y a vivir con sencillez cada momento de mi vida.

Del santo Evangelio según san Juan 1, 43-51

En aquel tiempo, determinó Jesús ir a Galilea, y encontrándose a Felipe, le dijo: “Sígueme”. Felipe era de Betsaida, la tierra de Andrés y de Pedro.

Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.

Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.



Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Somos buscadores por naturaleza, ya sea de la verdadera felicidad, del sentido a nuestras vidas, en fin, buscamos un tesoro; pero, ¿qué tan bien buscamos? Es un hecho, a todos nos gusta, en dicha búsqueda, vivir nuevas experiencias y, si no, al menos renovarnos constantemente para seguir adelante y encontrar ese gran tesoro.

En el Evangelio de hoy el Señor nos hace una invitación, clara, sencilla, hermosa, pero que a su vez, requiere un poco de esfuerzo personal. Hoy el Señor nos invita a hacer una pausa en nuestro día y nos elige para vivir una verdadera experiencia con Él. ¿Para qué? Sencillamente para que le conozcamos más y, en base a eso, podamos amarlo más, pues no se ama aquello que no conocemos en profundidad. Nos puede gustar, llamar la atención, pero si no lo conocemos realmente, si no hacemos la experiencia, simplemente no lo podremos amar o lo amaremos superficialmente y, ante las dificultades, ante las contrariedades, este amor se esfumará.

Jesús nos llama a descubrirle. Así como invitó a Felipe así nos invita a cada uno. ¿Qué sucedería si realmente confiáramos más? ¡Cuanta confianza hay al aceptar esta invitación!, pues así como Él reconoce a Natanael debajo de la higuera, así también nos conoce a nosotros, sabe de qué estamos hechos y ve todo lo que hay en el fondo de nuestro corazón.

Pidamos al Señor y a nuestra Madre, la Santísima Virgen María, la gracia de amar más a Jesucristo y de poder compartir momentos en nuestras vidas para degustar de su presencia.


"Un cristiano es un invitado. ¿Invitado a qué? ¿A un negocio? ¿Invitado a un paseo? El Señor nos quiere decir algo más: ‘¡Estás invitado a una fiesta!’. El cristiano es el invitado a una fiesta, a la alegría, a la alegría de ser salvados, a la alegría de estar redimidos, a la alegría de participar en la vida con Jesús".
(Homilía de S.S. Francisco, 5 de noviembre de 2013).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Me esforzaré por tener un verdadero diálogo con Dios y viviré en comunión con Él durante mi día.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

04 enero 2018

Efecto dominó

BY enformacondios No comments



Oración preparatoria 
Señor, dame la gracia de poder imitarte, que todo lo que haga sea como lo haces Tú. Que con mi testimonio de vida, pueda edificar a los que me rodean y llevarlos siempre a Ti.

Del santo Evangelio según san Juan 1, 35-42

En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?". Ellos le contestaron: "¿Dónde vives, Rabí?" (Rabí significa 'maestro'). Él les dijo: "Vengan a ver".

Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir 'el Ungido'). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás" (que significa Pedro, es decir, 'roca').

Palabra del Señor.



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Dicen que"Las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra", y lo vemos muy claramente en este Evangelio. La misión de Juan, era llevar a todos los que lo rodean, a Cristo. Era dar testimonio de la verdad. Esta misión la realizó al inicio de palabra, pero tomó más efecto cuando la hizo vida; cuando con su testimonio pudo llevar a sus discípulos, al verdadero maestro. Él era consciente de que todo lo que hacía tenía un efecto en los demás.

Seamos conscientes de que todo lo que hacemos, deja huella en los demás. No debemos de ser indiferentes con nuestros actos, debemos de ser conscientes de que todo lo que hagamos edifica o destruye a los que nos rodean. Pero no debemos actuar para que los demás digan que somos unos tipazos, unos líderes, unos santos; debemos actuar para que en nosotros vean a Dios mismo. Actuar desinteresadamente, sólo por amor a Dios.

Nuestro testimonio, al dejar una huella en los demás, no permanece solamente en esa persona; sino que ella podrá también dar testimonio de aquello que vio y escuchó. El testimonio, sea bueno o malo, tiene efecto dominó.


Ese es el secreto, queridos amigos, que todos estamos llamados a experimentar. Dios espera algo de ti. ¿Lo habéis entendido? Dios quiere algo de ti, Dios te espera a ti. Dios viene a romper nuestras clausuras, viene a abrir las puertas de nuestras vidas, de nuestras visiones, de nuestras miradas. Dios viene a abrir todo aquello que te encierra. Te está invitando a soñar, te quiere hacer ver que el mundo contigo puede ser distinto. Eso sí, si tú no pones lo mejor de ti, el mundo no será distinto. Es un reto.
(Homilía de S.S. Francisco, 30 de julio de 2016).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Haré una visita al Santísimo, pidiéndole la gracia de ser un fiel imitador suyo y trataré de vivir este día siendo consciente de que mis actos dejan huella.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.


03 enero 2018

Míralo y déjate ver

BY enformacondios No comments


Oración preparatoria  

Concédeme la gracia, Señor,de dejarme ver por Ti y aprender a verte.
         
          Del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios".Palabra del Señor.El Evangelio que nos propone la Iglesia para hoy tiene dos momentos, el primero - que se leyó ayer, en el que Juan reconoce lo que no es y acepta lo que es - y el segundo, el de hoy, en que Juan ve a Jesús ir hacia él. Es de notar que Jesús ya había visto a Juan, razón por la que se acercaba a éste, pero lo que importa es lo que el evangelista plasma: el encuentro de dos miradas, momento en el que Juan exclama "Éste es el cordero…"Piensa en esos momentos en que, por la calle, centro comercial o algún otro sitio, te encuentras a un familiar o amistad, seguramente le reconoces a distancia o probablemente cuando está muy cerca de ti; y, seguramente, con el pensamiento o en voz alta dices "si es xy persona…"- sea agradable o no la persona que te encuentres - lo que pienses o digas parte de una mirada.En este contexto, Dios quiere intercambiar miradas contigo.Descubre la belleza de la vida en sus ojos, en los ojos de quien te encuentras y con quienes compartes momentos de tu vida. Supera el temor de ver en los demás su dignidad de hija (o) de Dios, y deja que los demás vean que eres hija (o) de Dios. Dirígele tu mirada a Jesús y a cuantos encuentras en tu camino. Dios se encarnó porque en su inocencia quiere que le veas sin temor, y que reconozcas cuanto te ama, quiere encontrarse contigo, Él te ve y quiere que le veas.Su amor nos precede, su mirada se adelanta a nuestra necesidad. Él sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, más allá del fracaso o de la indignidad. Sabe ver más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Él ve más allá de todo eso. Él ve esa dignidad de hijo, que todos tenemos, tal vez ensuciada por el pecado, pero siempre presente en el fondo de nuestra alma. Es nuestra dignidad de hijo.(Homilía S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2015).

Diálogo con Cristo
        Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con         Aquel que te ama.
      
        Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.Trataré de ver a los demás sin juzgarlos. Una sonrisa, un servicio, un gracias desinteresado…DespedidaTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.Amén.