31 octubre 2016

Un alma agradecida tiene una belleza particular

BY enformacondios IN No comments


La elección de los invitados.
Oración preparatoria.
Señor, Tú nunca decepcionas a quien  se pone en tus manos Y es por ello que ahí quiero colocar mi corazón. Enciende en mí el ardor de caridad que viniste a traer al mundo. Hazme caminar con tus pasos y escuchar tu mensaje para proclamarlo con mi vida.

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 12-14. En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer:

“Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado.

Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Señor, a veces puedo temer tus mandatos. Temo que mi corazón no esté abierto a ponerlos en obra. Miro mi vida, quizá encuentro que me desenvuelvo en medio de muchos placeres y que tal vez sólo frecuento a las personas que me simpatizan. Es mi naturaleza que me inclina hacia las cosas que me son agradables. Y es que vivir con alegría tus regalos es bueno, pero sé que debo aprender a no disponer de ellos totalmente como míos.

Tú me has dado tanto. Y si miro mi vida con sinceridad y justicia, podría concluir que pocos dones los poseo por mi mérito. Poco conseguiría por mis fuerzas solamente, quizá nada. Todo es don tuyo en última instancia. Es verdad que a veces trabajo por éste o aquél fin -y lo alcanzo- pero ¿quién me da las fuerzas?, ¿de quién me viene incluso la vida? Y si la vida no me la he dado a mí mismo, ¿no la habré de agradecer?, y si los dones materiales no provienen de mí en último término, ¿no habré de mirar al cielo para darte gracias? Incluso he de decir que, aquellos regalos que me hacen sufrir, con el misterio de amor que conlleva su dolor, ¿no querrías que un hijo, una hija te los agradeciera?

Tú me amas, Señor, lo creo firmemente y lo experimento. Pero soy tan débil y me olvido fácilmente de la gratitud. Dame por favor un corazón como el tuyo: sensible a todo don de Dios. Dame un corazón agradecido: y de mi gratitud brotará una gran generosidad.

“¿Quie?nes son los destinatarios privilegiados del anuncio evange?lico? La respuesta es clara y la encontramos en el mismo Evangelio: los pobres, los pequen?os, los enfermos, aquellos que a menudo son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen como pagarte. La evangelizacio?n, dirigida preferentemente a ellos, es signo del Reino que Jesu?s ha venido a traer: “Existe un vi?nculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos”“.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Obsequiar algo a una persona necesitada.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

30 octubre 2016

¿Pierdo la paz por cuestiones materiales?

BY enformacondios IN No comments


Hoy ha llegado la salvación a esta casa.
Oración preparatoria
Señor, no sé cómo comenzar, pero con sencillez te digo que de verdad quiero rezar. Me pongo en tu presencia Señor, sólo quiero pasar este rato junto a Ti. Ayúdame a poner todas mis preocupaciones en tus manos y así alcanzar la paz interior que tanto anhela mi alma.
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”.

Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.

Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
“Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”.

Son las sencillas palabras, que le permiten a un hombre enamorado y distraído por los bienes terrenales, retomar el camino de la verdadera felicidad.

Sí, Señor, aunque a veces me cuesta aceptarlo, nada material colma mi corazón. A veces dudo si trabajo para vivir o si realmente vivo para trabajar. Mi vida se desenvuelve en una búsqueda continua de seguridades materiales, que entre más tengo más quiero.

Podría detenerme un momento y pensar…¿Cuántas veces durante esta semana he perdido la paz por motivos materiales? (Deudas, compromisos, colegiaturas, viajes etc...)

He perdido la paz interior porque esa búsqueda de bienestar material y de poder me genera estrés, me roba la paz y tranquilidad del alma. Hasta cuándo, Señor, podré convencerme de que “Nos hiciste señor para Ti y nuestra corazón estará inquieto hasta que no descanse en Ti”.

Si bien es normal preocuparse por los compromisos personales, no por ello debemos perder la paz y tratar de solucionarlo todo por nuestra propia cuenta, sin importar los medios para lograrlo.

Hay cosas que yo no puedo cambiar o que se salen de mis manos.

Hasta cuándo Jesús seguiré poniendo mi seguridad en aquello que no eres Tú. Quiero hoy, subirme a mi árbol así como Zaqueo en este rato de oración, pero por favor, Señor, no me dejes mirando de lejos, pídeme que baje. Señor, ven a hospedarte en mi corazón para que yo pueda experimentar de verdad que la salvación ha llegado a mi vida.

“El episodio de Jesucristo y de Zaqueo nos enseña que por encima de los sistemas y teorías económicas y sociales, se debe promover siempre una apertura generosa, eficaz y concreta a las necesidades de los demás.Jesús no le pide a Zaqueo que cambie de trabajo ni denuncia su actividad comercial, solo lo mueve a poner todo, libremente, pero inmediatamente y sin discusiones, al servicio de los hombres”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Trataré de responder con generosidad, como lo hizo Zaqueo, a la llegada de Jesús a mi corazón, eliminando de mi vida aquello que hoy me impide estar en amistad con Él.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

29 octubre 2016

El honor del último lugar.

BY enformacondios IN No comments


Todo el que se ensalce, será humillado.
Oración preparatoria
En esta oración me encuentro cerca de Ti, Señor. Creo en Ti, confío en Ti y te amo, pero ayúdame a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Que la fe me permita descubrir tu grandeza. Que la esperanza me ayude a confiar en tu bondad. Que la caridad me mueva a darlo todo por Ti y por mis hermanos. Amén.

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 1. 7-11
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola:

 “Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en  presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
“…Para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’”. En esta frase se encuentra condensado todo el sentido del Evangelio de hoy. Cristo quiere decirnos que el honor más grande en la vida cristiana no consiste en un puesto. Él mismo es el mayor honor que podemos tener en la vida.

El Señor nos ha invitado a un banquete de bodas, y lo propio de una invitación es ser gratuita. Sólo los novios tienen el “derecho” de la fiesta, todos los demás participan porque han pensado en ellos. La invitación se recibe por razón de un amor o una amistad particular, sin fijarse en méritos. Dios nos ha invitado a las bodas de su Hijo, y ya eso es honor suficiente para cada bautizado. ¡Si pensáramos qué dignidad ser invitados especiales de Dios!

Conforme hemos crecido en la vida cristiana, Dios ha pasado por cada una de las mesas y a cada uno nos dice las mismas palabras: “Amigo, acércate a la cabecera”. Nos llama amigos, ¡sus amigos íntimos!, y nos da un honor aún más grande: acercarnos a la cabecera. De nuevo, no se trata de un puesto, sino de estar cerca de Él. Y aquí termina la parábola; la realidad es mucho más maravillosa porque Cristo nos invita a la cabecera en cada comunión, y ya no es Él solo el novio de las bodas. Se convierte en nuestro alimento, nos da el lugar principal, porque quiere que cada cristiano participe de la misma alegría que Él siente. Y quiere que la experimentemos desde dentro, en el fondo de nuestro corazón.

“El que se humilla, será engrandecido”. Aquí es donde la humildad brilla con mayor claridad aún. Al inicio de la misa reconocemos nuestro pecado y pedimos perdón por ofender a un Dios que nos ha dado tanta dignidad. ¡Cuánto nos ha engrandecido el Señor, sabiendo que como hombres pecadores éramos los últimos, los más indignos de su predilección! Cuánta gratitud y humildad debe surgir en nuestra alma cada vez que nos acercamos al Banquete del Señor.

"Con esta recomendación, Jesús no pretende dar normas de comportamiento social, sino una lección sobre el valor de la humildad. La historia enseña que el orgullo, el arribismo, la vanidad y la ostentación son la causa de muchos males. Y Jesús nos hace entender la necesidad de elegir el último lugar, es decir, de buscar la pequeñez y pasar desapercibidos: la humildad. Cuando nos ponemos ante Dios en esta dimensión de humildad, Dios nos exalta, se inclina hacia nosotros para elevarnos hacia Él”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Voy a preparar mi alma para la misa del domingo. Si veo que no estoy en buena condición espiritual, buscaré la confesión, o bien, dedicaré un rato especial de oración, hoy, para ser consciente del don de la Eucaristía.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

28 octubre 2016

Un Dios que ora.

BY enformacondios IN No comments


Salía de Él una fuerza que sanaba.
Oración preparatoria
Señor, Tú me has enseñado lo bello que es vivir, lo hermoso que es dar la vida, lo hermoso que es servir. Con un deseo escondido de mi corazón vengo a aprender tus pasos. Quiero caminarlos yo también, con la cruz bajo mis hombros, y la mirada puesta en Ti.

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19
Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Se pasó la noche en oración. ¿No es impresionante este pasaje? El Evangelio me sorprende una vez más. Señor, a veces me olvido de quién eras Tú, de cómo vivías, de cuál era tu móvil y de dónde se encontraba tu corazón. Noches, noches que pasabas en oración.

Mientras todos dormían, el Hijo de Dios rezaba en la tierra. Mientras muchos se encontraban en un profundo sueño, sumidos en futuras alegrías o en preocupaciones presentes, mientras muchos temían el porvenir y otros lo anhelaban, mientras todo parecía sin movimiento, Dios rezaba.

Todo, absolutamente todo, lo colocabas en el corazón del Padre. Todo lo que había en tu corazón, lo compartías con tu Padre y Padre nuestro. No buscabas solucionar cada problema en el instante, dedicarte a apagar incendios, improvisar en el activismo y desesperar en la realidad de una entrega limitada, no.

Eras paciente, sabías esperar, detenerte, contemplar, hacer una pausa de cuando en cuando para mirar a los ojos a Dios. No importaba si parecía pérdida de tiempo, no importaba si había cansancio. Era importante hablar con Dios. Él te fortalecía, Él era tu único sostén, tu único alimento, y Él fue quien te ayudó a concluir aquel camino estrecho de la cruz. Él, que es amor.

Señor, quiero aprender de Ti. Me pregunto, ¿es la oración mi puerto seguro, mi roca, mi verdadero refugio, el lugar donde se funda cada decisión de mi vida, la ocasión para encontrarme con quién más me ama y con quien más deseo amar? ¿Qué es la oración para mí?, ¿cómo la vivo?, ¿qué puedo imitar de Ti? Quiero aprender de un corazón que pasó tantas noches de su vida rezando a Dios. Quiero aprender a ver que había en Él…

“Jesús reza toda la noche a Dios, con frecuencia, porque es el gran intercesor. Y esto desde el primer momento. Jesús reza: ha rezado cuando estaba en la tierra y sigue rezando ahora por cada uno de nosotros, por toda la Iglesia.? Después de la oración, Jesús elige a los doce Apóstoles y dice claramente: “No han sido ustedes los que me han elegido a mí. ¡Soy yo quien los ha elegido a ustedes!”.¡Yo soy elegido, yo soy una elección del Señor! En el día del bautismo Él me ha elegido”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy haré una visita a Cristo en la Eucaristía y pondré en sus manos aquello que sé que debo confiarle.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!


27 octubre 2016

Con ternura de Padre.

BY enformacondios IN No comments


Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte.
Oración preparatoria
Gracias, Señor, por el don de mi vida. No sólo de la vida en general, sino de mi vida. Gracias por haber pensado en mí y llamado a la existencia con una misión. Gracias por tu amor y porque en esta oración me puedo encontrar contigo. Creo que eres mi Dios y mi Señor. Confío en Ti, pero dame la gracia de confiar un poco más. Te quiero y te agradezco todos los dones que día tras día no te cansas de concederme. Te pido perdón por mis pecados y mis fallos. Ayúdame a seguirte con disponibilidad y a estar atento a lo que quieres de mí hoy.

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”.

Él les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!

Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!. Palabra del Señor.

Meditación
Dos ideas me puedo detener a considerar en este rato de oración contigo. El primero es fijarme en la clara conciencia que tienes de tu misión. Conoces bien la Voluntad de tu Padre y ella es el motor de todas tus acciones. Tú también me has dado una misión en este mundo. Dame la gracia de descubrirla y vivir toda mi vida en torno a ella. Una misión que no es imposible, irrealizable, pesada e insoportable, sino que está hecha a mi medida y de acuerdo a mis posibilidades. ¡Tú nunca pides imposibles! Esos te los dejas para realizarlos Tú.

Y la segunda idea es contemplar tu ternura. Siempre has estado detrás de mí persiguiéndome con tu amor y tus dones... y yo que me resisto y huyo de Ti. No me doy cuenta de que de verdad estás enamorado de mí y me amas con locura. No hay imagen más tierna que aquella de la gallina que quiere tener a sus pollitos bajo sus alas, no para detenerlos y subyugarlos sino para protegerlos, calentarlos, amarlos. Los padres de familia comprenderán mejor que nadie esta idea. No se quiere tener a los hijos cerca para tener mano de obra en casa, para explotarlos, usarlos. No, sino para amarlos.

Ése eres Tú. Eres el Dios tierno que busca de una y mil maneras tenerme bajo tu cuidado... pero yo no he querido, éste es el reproche de este Evangelio. Dame la gracia de no rechazar tu amor. Quiero dejarme amar por Ti siempre, incondicionalmente.

“Dios el poderoso, el creador lo puede hacer todo; sin embargo Dios llora y en esas lágrimas está todo su amor. Dios llora por mí, cuando yo me alejo; llora por cada uno de nosotros; Dios llora por los malvados, los que hacen muchas cosas malas, mucho mal a la humanidad... Él, en efecto, espera, no condena, llora. ¿Por qué? ¡Porque ama!”
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de octubre de 2015, en Santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a manifestar a mi familia la ternura de Dios saludándolos o despidiéndolos con cariño.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

26 octubre 2016

La amistad con Jesús.

BY enformacondios IN No comments


La puerta estrecha.
Oración preparatoria
¿Maestro, dónde vives? Quiero, Jesús, vivir contigo. Quiero seguirte por donde Tú vayas y escuchar tus palabras que son espíritu y vida. ¿Qué quieres de mí? Me pongo en tus manos para que me lleves a donde Tú quieras. Así como a tus apóstoles los llevaste hasta el martirio así te pido que me lleves a donde Tú quieras. No quiero hacer mi voluntad sino que quiero hacer la tuya. Por eso vengo aquí, para que me hables y me indiques tu voluntad en mi vida. No quiero sino lo que Tú quieres. Si quieres darme un momento de prueba y de desierto, dámelo. Pero si quieres, por el contrario, darme alegrías eso también lo acepto. Quiero estar aquí como un niño, no importa lo que me pidas porque sé que estoy en los brazos de mi Padre.
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”.

Jesús le respondió” “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’. Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios.

Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”.
Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Unos piensan en la vida cristiana como un sacrificio, como un decir ¡no!,a todo lo que lleva al pecado. Otros pueden pensar que es un vivir en el éxtasis. Se puede pensar un poco de todo. Pueden venir a la mente una serie de mandamientos, reglas, ritos… Pero ¿qué es lo importante en el cristianismo? ¿Quién es el cristiano auténtico? Puede ayudar aquello que dijo Benedicto XVI de que el cristianismo es el encuentro con una persona. Con Jesucristo mismo. Y entonces se comprende que el cristiano, el verdadero cristiano, es aquel que se ha encontrado con Jesús. Aquel que vive en continua comunicación con Jesús.

Podemos pensar en los discípulos. Ninguno de ellos era perfecto, no se la pasaban en éxtasis, pero eran hombres que seguían a Jesús y lo amaban con un corazón sencillo. A ellos no les faltaron los momentos difíciles, pero tampoco las alegrías. Podemos pensar en las largas jornadas que pasaban con el Señor. Cuántas bromas no les habrá hecho el Señor o cuántos días felices. Sin duda que las celebraciones de las fiestas debían de ser de lo mejor o las largas caminatas serían de lo más interesantes. Pero también había momentos difíciles. Cuántas veces el Señor regaño a Pedro o a Juan, el discípulo amado. Tuvieron que dejar atrás su casa, su dinero, su familia. Y más tarde llegó el anunció de la cruz. Qué duro debió de haber sido ese discurso del Señor… y sin embargo llegó la cruz. Y apenas la vieron, salieron corriendo, se escaparon. Pero cuando se dieron cuenta de su miseria y de su debilidad, supieron acudir al Señor y confiaron plenamente en Él.

Eran hombres normales, con sus flaquezas y sus puntos fuertes. Y estos hombres supieron entrar por la puerta que Jesús les indicaba. Tomaron la cruz, sí, pero no iban solos porque el Señor los acompañaba. Y así también el Señor nos muestra un camino y una cruz. Puede parecer lo más horrible, pero si miramos a nuestro lado y vemos que Jesús va con nosotros, nos daremos cuenta que es lo mejor que nos ha pasado. Cuando nos llegue una dificultad, cuando veamos que hemos pecado y nos avergoncemos de nuestra debilidad, démonos cuenta que el Señor nos está extendiendo el brazo para ayudar a levantarnos. Cuando la enfermedad toque a nuestra puerta no tengamos miedo, sino que descansemos en Jesús, que está ahí para consolarnos en el rostro de un familiar o un amigo.

La cruz y el camino son difíciles, pero no vamos solos. Caminando con Jesús, hasta el suplicio más duro se convierte en alegría como lo fue para el buen ladrón a para el Cireneo.

“No importa saber cuántos, sino que lo importante es que todos sepan cuál es el camino que conduce a la salvación.Tal recorrido prevé que se atraviese una puerta. Pero, ¿dónde está la puerta? ¿Cómo es la puerta? ¿Quién es la puerta? Jesús mismo es la puerta. Lo dice Él en el Evangelio de Juan: “Yo soy la puerta”. Él nos conduce a la comunión con el Padre, donde encontramos amor, comprensión y protección. Pero, ¿por qué esta puerta es estrecha?, se puede preguntar. ¿Por qué dice que es estrecha? Es una puerta estrecha no porque sea opresiva; sino porque nos exige restringir y contener nuestro orgullo y nuestro miedo, para abrirnos con el corazón humilde y confiado a Él, reconociéndonos pecadores, necesitados de su perdón. Por eso es estrecha: para contener nuestro orgullo, que nos hincha”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Jesús, hoy voy a dedicar un momento, delante del Santísimo para ver cómo vivo mi vida cristiana. ¿Realmente Tú eres mi amigo? ¿O simplemente me esfuerzo por cumplir una serie de normas? No te pido que me hagas perfecto sino que pueda decir que Tú eres mi amigo verdadero.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

25 octubre 2016

No se puede anunciar el evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida.

BY enformacondios IN No comments


El grano de mostaza.
Oración preparatoria
Señor, enciende mi corazón con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, pueda obtener aquellos bienes que no puedo por mí mismo ni siquiera imaginar y que has prometido Tú a los que te aman. Dios todopoderoso y eterno, Tú que lo puedes todo, aumenta mi fe, aumenta mi esperanza y aumenta mi caridad; y, para conseguir tus promesas, concédeme amar tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, Jesús dijo: “¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas”. Y dijo de nuevo: “¿Con qué podré comparar al Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa”. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Qué importante es que seamos esa semilla de mostaza que se entierra, que desaparece, para que se convierta en un árbol frondoso. El Reino de Dios es semejante a una semilla de mostaza. Esta parábola tan sencilla compara dos momentos de la historia de la semilla: cuando es enterrada (los inicios modestos) y cuando se hace un árbol (el milagro final). Por tanto, Jesús a través de este relato nos explica el crecimiento extraordinario de una semilla que se entierra en el propio jardín, a lo que sigue un crecimiento asombroso al hacerse un árbol. Al igual que esta semilla, el Reino de Dios tiene también su historia: el Reino de Dios es la semilla enterrada en el jardín, lugar que en el Nuevo Testamento indica el lugar de la agonía y de la sepultura del mismo Jesús; pero le sigue después el momento del crecimiento en el que llega a ser un árbol abierto a todos.El Reino de Dios, no se va a concretar, no se va a realizar en otro lugar o ambiente más que en lo concreto de la vida de cada uno. Es semilla en este jardín, es levadura en esta harina. El Reino de Dios se juega aquí, por eso el Papa Francisco nos recuerda constantemente que no se puede anunciar el evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye de nuestros labios y dar gloria a Dios.

¿Con qué poder comparar el Reino de Dios? Nos interroga el evangelio de hoy. Se parece a un poco a la levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa. El Reino de Dios es semejante a la levadura. La levadura se esconde en tres medidas de harina. Es suficiente meter una pequeña cantidad de levadura en tres medidas de harina para conseguir una gran cantidad de pan. Jesús anuncia que esta levadura, escondida o desaparecida en las tres medidas de harina, después de un tiempo, hace crecer la masa.

San Francisco de Asís decía a sus hermanos: “Prediquen el evangelio y si fuese necesario también con las palabras, prediquen con la vida, el testimonio, la incoherencia de los fieles y de los pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, mina la credibilidad de la Iglesia”. Nuestro testimonio en la sociedad, mi testimonio concreto de vida coherente cristiana puede ser a mis propios ojos insignificante, mi fidelidad a Cristo y a su Evangelio puede parecerme poco e incluso inútil para la sociedad a la que nos enfrentamos cada día, pero el testimonio de la fe es valioso, cada detalle es importante, también el pequeño y humilde testimonio, también ése escondido de quien vive con sencillez su fe en lo cotidiano de sus relaciones con la familia, el trabajo, la amistad.Hay santos de cada día, santos ocultossuele decir el Papa Francisco, una especie de clase media de la santidad.

Que seamos capaces de construir cada día el Reino de Dios con una vida coherente, con una vida acorde a las exigencias del Evangelio, con una vida donde vayamos puliendo cada día todo aquello que son asperezas, para que nuestra fe sea realmente una forma de vida, para que nuestra fe sea como dice el autor del libro de los hebreos: “La seguridad de lo que no vemos y la certeza de lo que esperamos”.

“Jesús, cuando envía a sus discípulos para que lo precedan en las aldeas, les recomienda: “Digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’… ‘Curen a sus enfermos’”. Todo ello quiere decir que el Reino de Dios se construye día a día y ofrece ya en esta tierra sus frutos de conversión, de purificación, de amor y de consolación entre los hombres. ¡Es una cosa linda! Construir día tras día este Reino de Dios que se va haciendo. No destruir, construir.¿Con qué espíritu el discípulo de Jesús deberá desarrollar esta misión?”

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Pediré al Señor poder comprender mejor a los demás, saber colocarme en su situación, y cuando se me presente en el día de hoy alguna situación no juzgarles.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

24 octubre 2016

Qué hace un pastor.

BY enformacondios IN No comments


El buen pastor da la vida por sus ovejas.
Oración preparatoria
“El Señor es mi Pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace reposar. Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. Me conduce por el sendero justo, por el amor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras nada temo porque Tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me dan seguridad. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis adversarios. Me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término”. (Salmo 23)
Del santo Evangelio según san Juan 10, 11-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Jesús, gracias por ser mi pastor. Y no sólo un pastor bueno, sino el mejor de todos, el Buen Pastor. Yo soy una oveja más en este redil, y sin embargo me has mirado con un amor particular.

Tú me conoces mucho mejor de lo que yo mismo me conozco. Tú sabes bien lo que hay dentro de mi corazón: todas mis ilusiones, alegrías y esperanzas, todas las dudas, miedos y dolores. Pero no es un conocimiento teórico el que tienes Tú, sino que conoces con Amor. Cada vez que me miras, cada vez que piensas en mí, lo haces amando, con un verdadero interés en mí, tal cual soy. Gracias, Jesús, por conocerme, haz que yo te conozca también con el mismo amor, con el mismo interés por Ti.

No sólo me conoces, sino que das tu vida entera por mí. Ante la realidad de mi pecado y mi miseria Tú no huyes. Más bien todo lo contrario: viniste al mundo para salvarme. Has muerto en la cruz por mí y con tu propia sangre me has lavado, haciéndome una creatura nueva. Gracias porque me has tomado en serio y lo has dado todo por mí.

¿Cómo puedo corresponder a tu amor? Al preguntarme esto, me doy cuenta de una tercera cualidad que tienes como pastor. Me has querido compartir el mayor deseo de tu corazón: llamar a todos los hombres, hacer un solo redil y conducirnos al Padre. Me muestras tu deseo para que yo lo haga propio. Concédeme pagarte colaborando en la misión. Ayúdame a llevar a muchas personas cerca de Ti para que descubran tu inmenso amor por cada alma.

“El verdadero pastor, el verdadero cristiano tiene este celo dentro: que nadie se pierda. Y por esto no tiene miedo de mancharse las manos. No tiene miedo. Va donde debe ir. Arriesga su vida, arriesga su fama, arriesga perder su comodidad, su estatus, también perder en la carrera eclesiástica, pero es buen pastor”, ha precisado. Y ha añadido que “también los cristianos deben ser así. Es muy fácil condenar a los otros, como hacían estos -los publicanos, los pecadores- es muy fácil, pero no es cristiano ¿eh? No es de hijos de Dios. El Hijo de Dios va al límite, da la vida, como la ha dado Jesús, por los otros”.
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de noviembre de 2014).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Viviré mi trabajo con un entusiasmo especial, ofreciéndolo a Cristo como expresión de mi gratitud y amor.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

23 octubre 2016

El abismo de la depresión.

BY enformacondios IN No comments


Me anime a escribir desde lo vivido en mi depresión en los últimos meses. 

La depresión es una enfermedad y no es optativa y mata cada día más personas que el cáncer, la verdad es que no hay un porqué… El porqué es muy simple: tenía depresión. Lo más importante es entender esta enfermedad y prestarle ayuda oportuna a familiares, amigos, compañeros de trabajo y sobre todo entender al depresivo. TÚ puedes salvar una vida.

Yacía en mi cama helada, con mis persianas y puerta cerradas, mirando hacia el techo… llorando por el hecho de estar demasiada asustada para iniciar mi día y para ducharme; sabiendo, al mismo tiempo, que no hay nada que temer de una ducha. Contaba los pasos que debía dar: mueves las piernas y apoyas los pies en el suelo, te pones de pie, te diriges al cuarto de baño, abres la puerta, caminas hasta el borde de la ducha, abres la llave, te metes bajo el agua, te frotas con jabón y champú, te sales, te secas, vuelves a la cama. Doce pasos que para mí resultaban abrumadores. En ocasiones rompía a llorar, no solo por lo que no podía hacer, sino por el hecho de que no poder hacerlo me parecía decididamente estúpida (...)”.estar deprimido no es sentirse triste o pesimista, sino es un estado en el que simplemente vivir duele y las tareas más sencillas como ducharse, comer, conversar y comenzar el día parecen titánicas.

La depresión, insisto, no es pena, no es preocupación, no es ‘andar bajoneado’. Es, más bien, una profunda pérdida de vitalidad. “La depresión mayor altera el sueño, los apetitos y la energía, aumenta la sensibilidad al rechazo y puede acompañarse de una pérdida de la confianza en sí mismo y del amor propio. (...) Se trata de una fuerte sensación paralizante, cargada de un sentimiento de inminencia: los depresivos utilizan todo el tiempo la expresión ‘estar al borde de un abismo’ para indicar el paso del dolor a la locura (...)”

Y es que a pesar de todo lo que se ha escrito sobre depresión, la gente sigue pensando que es solo tristeza o una pena profunda y larga, pero no una enfermedad que puede ser invalidante”.



“Pero más allá de esto está la idea subyacente de que las enfermedades psiquiátricas en su conjunto son algo que la gente puede superar por sí misma, como si no fueran realmente enfermedades”

Es así porque aún sabemos poco sobre su bioquímica y origen. Pero también porque todos han pasado por momentos en los que sienten lo mismo que una persona deprimida; se han sentido mal consigo mismos por algunas horas, pero luego logran recomponerse. Otras personas pasan por estas sensaciones día tras día, semana tras semana, mes tras mes. Y las personas que sí han logrado recomponerse no entienden qué tan profunda y física es la experiencia de la depresión; no dimensionan cómo, para los afectados, es realmente imposible salir adelante por sí mismos.

Según la OMS, el 75 por ciento de los pacientes que han tenido depresión volverán a tenerla a lo largo de su vida. Por tal razón, la depresión debiera ser considerada una enfermedad crónica y recibir tratamiento permanente, tal como la diabetes.

“La depresión es una batalla extenuante. Una vez que la reconoces, requiere control de por vida. Hay gente que se deprime una vez, se recupera y nunca más vuelve a enfrentar esta enfermedad. Pero la mayoría de las personas que se deprimen una vez vuelven a deprimirse, y quienes lo hacen dos o tres veces más tienen muchas probabilidades de repetir el problema, a menos que reciban un tratamiento exitoso que les permita romper ese ciclo”.

“Uno no escucha a una persona que tuvo un ataque al corazón decir que dejó los medicamentos por un rato; sabe que si lo hace podría volver a tener otro ataque. Pero sí oyes todo el tiempo a personas que cuentan que estuvieron deprimidas y decidieron controlar el tema por sí mismas, o que dejaron los fármacos porque ya se sentían mejor, y luego tienen grandes recaídas. No hay que exponerse continuamente a esto; mientras más depresiones tengas, más difíciles serán de tratar. La gente cree que es fuerte al dejar a su terapeuta o sus medicamentos, pero no están siendo fuertes o valientes, lo que son es unos necios”.

Mucha gente se resiste a tomar medicamentos o está en contra de ellos por otro tipo de razones...

Yo no quiero obligar a nadie a tomarlos. Mi experiencia es que son extremadamente efectivos y que pueden hacer una diferencia. La gente que ha decidido no ingerirlos ha tomado una decisión, y es su responsabilidad. Pero muchas veces esta decisión viene de un miedo que me parece irracional; es una ansiedad basada en prejuicios. Actúan como si tomar un medicamento fuera como dar un paso adelante sin retorno. Yo pienso que es mejor probar y ver.

Yo propongo una fórmula basada en el amor, en el amor de Dios, psicoterapeuta, y pastillas. Lo que yo digo es que, en mi caso, fue útil tener un buen terapeuta, fue útil tomar medicamentos y fue bueno haber tenido la fortuna de contar con una familia y un grupo de amigos en Cristo que me dieron mucho apoyo. El amor es un sostén fuerte, y sobre todo el amor de Dios y cuando no lo tienes, salir de una depresión es más difícil.

Pero no siempre es fácil estar cerca de un depresivo. El enfermo muchas veces se retrae a tal punto que construye a su alrededor una barrera impenetrable, infranqueable...

Los depresivos suelen sentir que la interacción con otros es demasiado desgastante. Pero lo peor que los demás pueden hacer es dejar que se aíslen, porque en soledad es cuando estas personas más se hunden. Si el depresivo no quiere conversar, simplemente hay que sentarse a su lado en silencio. A veces ni siquiera toleran eso; entonces hay que instalarse afuera, al lado de la puerta. No puedes irte, tienes que mantenerte involucrado y asegurarte de que el enfermo sienta, sepa que es amado, con depresión o sin ella.

En mi caso personal, ¿qué sentido encontré a todo este sufrimiento?

La depresión me ayudó a ser más sensible, a entender mejor a los otros. Comprendo ahora que el funcionamiento normal de la mente puede ser interrumpido por una enfermedad que te puede hacer actuar de maneras en las que quisieras no actuar, y eso me hace perdonar las alteraciones en los demás. Me ayuda a entender que los cambios de humor en mis hijos y mis semejantes, no están necesariamente bajo su control y que su conducta debe ser entendida en un contexto. Agradezco a Dios cada día en el que me levantaba cada día con la oración diaria, rezo del Santo rosario y la eucaristía. Hoy me siento bien, porque sé cuán doloroso puede ser existir. Y estoy dispuesta a compartir experiencias con quien ha pasado por algo parecido o sin necesitan ayuda, acá estaré para ustedes con el mayor gusto servirles en el nombre de Cristo Jesús. Este artículo continuará.

Con este test podrás averiguar si tu equilibrio emocional está en peligro y/o tienes 
síntomas de depresión, o si únicamente atraviesas por momentos difíciles que te han hecho perder la alegría y la ilusión.

1. Mi estado de ánimo es

Por lo general bastante positivo.

Me causa un auténtico sufrimiento, pues me siento triste la mayor parte del día.

Últimamente me siento algo triste o melancólico.
2. Respecto a mis planes de futuro...

No espero nada de ellos.

Intento ser cauto, pero los miro con optimismo.

Me siento algo desanimado respecto a cómo me van a ir las cosas.
3. Respecto a mis objetivos en la vida

A pesar de que no hayan podido cumplirse todos me siento bastante satisfecho.

Pocas cosas de las que he hecho han merecido la pena

Me siento un auténtico fracasado como persona.
4. Mi día a día…

Está lleno de anécdotas; unas buenas y otras malas.

Me aburre muchísimo y nada me interesa.

Últimamente despierta menos interés para mí.
5. Cuando miro hacia atrás y pienso en las decisiones que he tomado o en todo lo que he hecho…

No me arrepiento de cómo he actuado estos años. Si me he equivocado, ese error me valdrá para aprender.

Me siento culpable por muchas cosas. No valgo nada.

Estoy arrepentido de gran parte de las cosas que he hecho.
6. Cuando me comparo con otras personas…

A veces gano yo. Otras ganan ellos.

Siempre salgo mal parado; la mayoría de la gente es mejor que yo.

Me doy asco .
7. En las dos últimas semanas…

He llorado prácticamente todos los días.

Lloro mucho más que antes; casi la mitad de los días.

No he llorado sin ningún motivo aparente.
8. En lo que respecta a mis relaciones sociales…

Mi interés hacia las mismas no ha sufrido ninguna variación.

Me intereso por los demás pero menos que antes.

He perdido el interés por relacionarme con la gente. No me apetece.
9. En lo que respecta a mis hábitos de sueño…

Me despierto antes o en mitad de la noche y me cuesta volver a dormirme.

Duermo como siempre.

Duermo mucho más que antes o no pego ojo.
10. Respecto a mi apetito…

No me apetece comer nada o no paro de comer.

Ha variado un poco; como más o no como a penas.

Es igual que siempre.
11. Respecto a mi capacidad de trabajo y energía…

Las cosas me cunden como siempre; ni más ni menos.

Estoy tan cansado que soy incapaz de hacer nada.

Siento que mi rendimiento ha disminuido algo sin motivo aparente.


Soy un pecador.

BY enformacondios IN No comments


¡Ten compasión de mí, que soy pecador!
Oración preparatoria
Señor, quiero llevar siempre adelante la vida que me has regalado para amarte. Quiero aprender a vivirla, llenarme de Ti, llegar a Ti. Madre mía, María Santísima, que esta oración me transforme más el corazón para que llegue a ser como el de tu Hijo.
Del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás:”Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias’.

El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’.

Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.
Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Juzgar a los demás es constante aguijón en el hombre. Uno tiende a sentirse mejor que el otro. Tantas veces un prejuicio ha dañado lo que podría haberse convertido en una amistad. “Te doy gracias porque no soy como los demás”… y mientras tanto, la persona humilde diría “Señor, fortalece a mi hermano, a mi hermana, pues es frágil como yo”.

La persona humilde conoce su fragilidad, conoce su verdad y la reconoce ante Dios y ante los hombres. Y vive en conciencia tan constante de su debilidad, que no se permite juzgar a los demás. Se sabe tan necesitada de la misericordia de Dios, que la desea igualmente para sus hermanos. Presenta ante Dios una oración por sí misma, para poder servir mejor. Y coloca en las manos del Señor a sus hermanos, a sus amigos y a sus “enemigos” o aquellos que por cualquier razón no le simpatizan. Tiene un corazón grande, con lugar para Dios y en Dios para todos. Señor, ¿puedo ser humilde yo también?, ¿puedo conocer mi miseria para mejor amarte a Ti y a los demás?, ¿puedo conocer mi verdad sin desesperar, sabiendo que aunque soy débil, siempre me encuentro en tus manos?, ¿puedo ser pequeño y al mismo tiempo ser grande? Puedo. Con tu gracia puedo.

“Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador” y enséñame a apiadarme como Tú de los demás.

“Él mira el “campo” de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también los brotes de bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Qué hermoso es esto: nuestro Dios es un padre paciente, que nos espera siempre y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos. Él nos perdona siempre si vamos a Él.”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré hablar con aquella persona que menos me agrade, ofreciéndole un gesto de caridad que le pueda mostrar algo de tu amor, Señor.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

21 octubre 2016

Dios habla aquí y ahora.

BY enformacondios IN No comments


Los signos de los tiempos
Oración preparatoria
Jesús, hoy quiero escuchar tu palabra que me quiere decir algo muy importante. Quiero hacer silencio a todo lo que me inquieta. Quiero dejar a un lado lo que yo quiero para escuchar tu voluntad. Así como tu madre, la Virgen María, supo escuchar y cumplir con perseverancia tu voluntad, así quiero hacerlo. A veces no es fácil, pero sé que lo que Tú quieres para mí es lo que más me conviene. Por eso te pido, Jesús, que me ilumines en este rato de oración para encontrar tu voluntad y que me des la fuerza para cumplirla hasta el final.
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora?

Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Muchas veces vamos de aquí para allá haciendo cosas. Tenemos tantas ocupaciones que puede pasar que nos olvidamos de Dios. Es decir, olvidamos escucharlo. Sí, tenemos muchas ideas hermosas de Dios, pero a lo largo del día seguimos nuestros planes y no sabemos ver la mano de Dios en cada acontecimiento. O puede pasar que nos demos cuenta de lo que nos pide el Señor en un determinado momento, pero, tal vez, no le damos mucha importancia. O simplemente miramos a otro lado porque sabemos que eso que tenemos que hacer es muy difícil.

¿Qué pasa cuando mis planes se rompen? Podemos pensar, por ejemplo, cuando llega un pobre y nos pide dinero, cuántas veces podemos pasar de largo porque hay prisa y no tengo tiempo para el otro. O simplemente le doy una moneda, pero en el fondo no me interesa. ¿Qué pasa por mi mente cuando llego de trabajar y los hijos quieren que haga la tarea con ellos? Tal vez no tengo ganas de ver un problema de matemáticas o de hacer un análisis de un texto, pero ¿sé dejar a un lado mis gustos, para ayudar? Cuando hay algún familiar en el hospital y me piden ir a visitarlo, ¿sé darle un poco de mi tiempo?

En todos estos acontecimientos el Señor nos habla. Nos pide algo. Sin duda para la virgen María, estando embarazada, no fue fácil el viaje a Belén, pero supo ver más allá. Pudo haber criticado a Herodes, pero su actitud estuvo marcada por la fe humilde y pronta. No se quedó en el capricho de un rey sino que vio la mano de Dios en ese rey. Cuando supo que su prima Isabel estaba embarazada no dudó ni por un momento en ir a ayudarla. La vida de la Virgen María estuvo marcada por la escucha atenta de lo que Dios le iba diciendo por medio de los acontecimientos. No espero a que el ángel se le apareciese de nuevo a decirle qué era lo que tenía que hacer sino que supo vivir en la sencillez descubriendo la voz de Dios en cada acontecimiento.

El Señor, tal vez, no se nos aparecerá, pero sí nos hablará constantemente en la enfermedad propia o de un familiar, en el hambre de un pobre… En cada acontecimiento.

“Un cristiano sin memoria no es un verdadero cristiano: es un cristiano a mitad de camino, es un hombre o una mujer prisionero del momento, que no sabe tomar en consideración su historia, no sabe leerla y vivirla como historia de salvación. En cambio, con la ayuda del Espíritu Santo, podemos interpretar las inspiraciones interiores y los acontecimientos de la vida a la luz de las palabras de Jesús. Y así crece en nosotros la sabiduría de la memoria, la sabiduría del corazón, que es un don del Espíritu. Que el Espíritu Santo reavive en todos nosotros la memoria cristiana”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy no diré “no” a nadie. Si no tengo mucho tiempo, diré con mucha amabilidad que tengo que irme, pero si tengo tiempo lo daré con generosidad a los demás. Recibiré a los demás con una sonrisa y si alguien me hace enfadar me controlaré antes de responder con un gesto de enfado o con una mala palabra. Pensaré que Tú vives en mi prójimo, por más desagradable que me parezca, y lo serviré como lo haría contigo.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

20 octubre 2016

Más que buscar “actos de amor”, busca amar en cada acto.

BY enformacondios IN No comments


No he venido a traer paz.
Oración preparatoria
Por esta vida en que todo viene y va, detienes Tú mi bote para invitarme a descansar. Hoy quiero una pausa, estar contigo, junto a Ti. Señor, te amo.

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!

¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Señor, me he preguntado tantas veces si mi entrega es plena. Si en verdad te lo estoy dando todo. Si correspondo a tu corazón. Creo que la respuesta es doble. Por un lado, jamás podré “satisfacer” las exigencias de tu amor, de la misión, de la extensión de tu Reino. Por otro lado, sí lo puedo hacer.

Un corazón lleno de infinito amor, que grita “cuánto desearía que ya estuviera ardiendo el fuego en la tierra” puede ser correspondido por un corazón pobre como el mío. El tuyo se da plenamente con su infinitud, y el mío plenamente con su pequeñez, también. Y esto es mi esperanza, esto es mi consuelo.

Hoy quiero entregarme plenamente. Conozco mis exigencias cotidianas y en qué te puedo servir. Dame un corazón lleno de amor como el tuyo, que más que buscar “actos de amor”, busca amar en cada acto; y así, poco a poco, surgen de hecho otros nuevos.

Me pongo en tus manos y en las manos de María, mi Madre. Y con el alma llena de confianza renuevo mi promesa de serte fiel en la entrega generosa de mi trabajo, mis deberes, mi familia, mis amigos, apostolado o en aquello en que debo renovar mi amor.

“No es que Jesús quiera dividir a los hombres entre sí, al contrario: Jesús es nuestra paz, nuestra reconciliación. Pero esta paz no es la paz de los sepulcros, no es neutralidad, Jesús no trae neutralidad, esta paz no es una componenda a cualquier precio. Seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y elegir el bien, la verdad, la justicia, incluso cuando esto requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses. Y esto sí, divide; lo sabemos, divide incluso las relaciones más cercanas. Pero atención: no es Jesús quien divide. Él pone el criterio: vivir para sí mismos, o vivir para Dios y para los demás; hacerse servir, o servir; obedecer al propio yo, u obedecer a Dios”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscar si he caído en la rutina en algún aspecto de mi vida y renovar mi amor en oración.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!


19 octubre 2016

La hora de Cristo.

BY enformacondios IN No comments


Fiel y prudente a la Voluntad de Dios
Oración preparatoria
Señor Jesús, venga tu Reino en mi propia vida. Permíteme descubrir tu amor en esta oración, ese amor que te hizo servidor de todos. Lléname de tu amor y haz mi corazón como el tuyo, abierto al Padre y a mis hermanos. Que todos los que encuentre en este día te vean a Ti en mi rostro; que te puedan conocer mejor a través de mis gestos y palabras. Amén

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 39-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.

Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si ese siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales.

El siervo que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá poco.

Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
“A la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.” Estas palabras deberían estar en nuestra mente y en nuestro corazón todos los días. Ciertamente, hay que estar preparados porque no sabemos el día de nuestra muerte. Pero la hora de Cristo no es sólo esa; a cualquier hora Cristo puede entrar y tocar nuestras vidas de un modo especial.

San Agustín dijo “Teme la gracia de Dios que pasa y no vuelve”. El Señor nos puede enviar su gracia por la mañana, a mediodía, al atardecer o en medio de la noche. Cada gracia es irrepetible, no vuelve en una segunda oportunidad…

¿Cómo podemos estar preparados? Miremos el ejemplo de la Virgen María. Ella tampoco sabía que en un momento de su vida Dios la escogería para ser su Madre… Pero dentro de una vida ordinaria y sencilla, estaba haciendo constantemente lo que a Dios le agrada, es decir, amando. Ella fue como ese administrador fiel de la parábola. Ya con Jesús en su vientre salió con prisa para ayudar a su prima Isabel. Seguramente en Nazaret la conocerían por su servicialidad. En Caná ella se adelantó a la necesidad de los novios. Así, toda su vida, desempeñó su responsabilidad de Madre de Dios con una entrega constante. Y cuando llegó la Hora de Cristo, la hora de la cruz, ella se encontraba preparada, con el corazón atento a la puerta, para convertirse en Madre de la Iglesia; Dios la puso al frente de todo lo que tiene.

Pidamos a María en esta oración una actitud como la que cultivó ella, de administrador fiel. Que ella nos obtenga de Dios la gracia de vivir sirviendo a los demás, con una caridad auténtica, generosa, heroica, y que Dios nos encuentre siempre desempeñando nuestra misión con amor.

“¡Cristianos paganos! El nombre cristiano, pero la vida pagana. Por decirlo de otra manera, paganos con dos trazos de pintura de cristianismo, así aparecen como cristianos, pero son paganos.¡También hoy hay muchos! También nosotros debemos estar atentos y no resbalar hacia ese camino de cristianos paganos, cristianos en la apariencia. Y la tentación de acostumbrarse a la mediocridad, la mediocridad de los cristianos, de estos cristianos, es precisamente su ruina, porque el corazón se enfría, se hacen tibios. Y a los tibios el Señor les dice una palabra fuerte: 'Porque eres tibio, te vomitaré de mi boca' ¡Es muy fuerte! Son enemigos de la Cruz de Cristo. Toman el nombre, pero no siguen las exigencias de la vida cristiana”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Viviré este día atento a los demás y buscaré ayudar o hacer un favor a alguien que lo necesite, aunque me cueste mucho.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!


18 octubre 2016

Mi oración por un obrero de tu mies.

BY enformacondios IN No comments


Misión de los setenta y dos,
Oración preparatoria
Para glorificarte he nacido Señor. Mi razón de ser es amar. A la fuente de mis fuerzas vengo. Tú me quieres en el cielo junto a Ti, Tú me quieres feliz al lado tuyo; Tú quieres por mi medio salvar a tus almas. En Ti, Señor, mi corazón quiero poner.

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: ‘Que la paz reine en esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Rezar por las vocaciones… me muevo en un mundo que consagra a lo visible toda su atención y tiende con gran inclinación a suponer que lo invisible es irreal. Nos falta fe. Y este mismo ambiente va en detrimento de la oración. ¿Me he resignado o creo de verdad en el poder de la oración?, es decir, ¿creo en lo que Tú me dices: “rogad al dueño de la mies”?

Mis preocupaciones quizá giran mucho en torno a las cosas de este mundo, mientras que pocas veces lo hacen en torno a las espirituales, aquellas que permanecen. Y ante una vasta gama de problemas que tengo ante mis ojos, quizá me centro sólo en las cosas materiales.

¿Cómo se encuentran las personas de mi alrededor?, ¿son felices?, ¿camino y caminamos hacia el cielo?, ¿qué veo en cada uno de ellos?, ¿qué necesidad encuentro al observarlos? Tantas veces necesito y necesitamos una persona que nos recuerde aquella mirada sobrenatural que Dios vino a enseñarnos. Tantas almas se encuentran necesitadas de un faro que las guíe en medio de un ambiente lleno de tantas confusiones; donde se cree que una cosa es Dios, mientras es todo lo contrario; donde se cree que una cosa es amor mientras que es todo lo contrario.

Un obrero de tu mies bastaría muchas veces para indicarme el camino, sea para salir de una crisis o para resolverme a entregarme con más amor.

Creo firmemente que un obrero de tu mies puede recibir mi oración, para que persevere en el camino que le has llamado a recorrer. Y quiero rogar para que mandes a esta mies un obrero que sea un verdadero puente para llegar a Ti, Cristo Jesús.

“Como dijo Jesús, recen para que Dios mande pastores a la mies. El corazón de Dios no es indiferente a la oración de su pueblo. Recen al Señor para que mande pastores. Y a los jóvenes les diría que si sienten el llamado de Jesús no tengan miedo. Que vean todo el bien que pueden hacer, todo el consuelo que pueden dar, todo elmensaje cristiano que pueden transmitir y no tengan miedo. La vida es para jugarla, no es para guardarla. Jesús dice, el que cuida mucho su vida acaba perdiéndola. La vida es para darla. Y así uno es fecundo. Si alguno siente que Dios le pide dar la vida en el sacerdocio, que no tenga miedo. Hay que apostar a cosas grandes y no a pequeñas cositas. Y si siente que Jesús lo llama a formar una familia, que sea una familia cristiana, grande, linda, con muchos hijos que lleven adelante la fe”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy ofreceré dos misterios del rosario por las vocaciones.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

17 octubre 2016

Vivir de cara a la eternidad.

BY enformacondios IN No comments


Cuidado con la avaricia.
Oración preparatoria
Te amo Señor porque eres mi Dios y mi Salvador. Confío en Ti porque nunca me has fallado y no puedes mentirme ni engañarme. Creo en Ti porque te has revelado a mí. Reconozco, Señor, mi miseria y mi pecado y por ello acudo a Ti. Te entrego todo lo que soy y lo que tengo. Gracias por tu presencia en mi vida. Gracias por los dones que siempre, día tras día me das. Te pido me concedas la gracia de conocerte y amarte un poco más, para así poderte imitar y transmitir a los demás.

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?”.

Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.

Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: '¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida'. Pero Dios le dijo: '¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?'. Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¡Qué buena lección me das hoy en este Evangelio! “La vida del hombre no depende de la abundancia de bienes que posea». El mundo actual a veces me presenta lo contrario a lo que me dices en este pasaje. Él a veces me define por la cantidad de dinero que poseo, la ropa que visto, las marcas de las cosas que uso, la clase social a la que pertenezco. Y Tú me dices que la vida del hombre va más allá.

Mi vida no depende de lo que tengo en mi bolsa o en mi cuenta bancaria, de la ropa que uso o el teléfono que dispongo. Mi vida depende de Ti, del amor con el que me amas y me mantienes en la existencia. Mi vida es el pensamiento constante de tu amor por mí. Hoy me enseñas que podría faltarme el dinero, el televisor, el celular, la moda, los viajes, etc…, y no por ello soy menos hombre. ¡Pero ay de mí sí me faltas Tú!

Al hombre no lo hace rico lo que posee materialmente. El hombre es rico en la medida en que te tiene a Ti.

Una segunda enseñanza está en la vida eterna. Tú me llamas a vivir para siempre. Por ello, todo en mi vida lo debo medir de cara a la eternidad. Disponer de las cosas que me das en la medida en la cual me ayudan a llegar a Ti y al cielo. Porque podría tener asegurado todo el adorno de mi vida… pero mi vida está en tus manos y depende de Ti mi existencia.

Ayúdame, Señor, a vivir mi vida de cara a la eternidad. Que no ponga mi confianza en los bienes materiales sino en Ti.

“Afrontar la vanidad cotidiana, el veneno del vacío que se insinúa en nuestras sociedades basadas en el beneficio y en el haber, que engañan a los jóvenes con el consumismo. El Evangelio nos llama la atención precisamente sobre lo absurdo de basar la propia felicidad en el haber […] La verdadera riqueza es el amor de Dios, compartido con los hermanos. Ese amor que viene de Dios y hace que lo compartamos y nos ayudamos entre nosotros. Quién experimenta esto no teme a la muerte, y recibe la paz del corazón”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy rezaré un padrenuestro por los moribundos para que Dios les conceda su misericordia y salvación.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

16 octubre 2016

La amistad con Jesús.

BY enformacondios IN No comments


¡Hazme justicia contra mi adversario!
Oración preparatoria
Jesús, amigo mío, aquí estoy a tus pies. Pongo mi corazón en tu mano. Tú me conoces bien. Conoces mis necesidades y mi corazón. Me conoces desde antes de nacer y me amas como nadie puede hacerlo. Por eso quiero estar aquí, dejándome amar por Ti. Hace dos mil años tu discípulo Juan descansaba en tu pecho, en silencio, en una oración de corazón a corazón. Así quiero estar, sin ruidos, sin preocupaciones, descansando en Ti. Jesús, amigo, gracias por abrirme tu corazón.

Del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:

“En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario'.

Por mucho, tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: 'Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando' “.

Dicho esto, Jesús comento: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¡Qué alegría y qué gozo poder estar aquí! Cuántas veces me pregunto, ¿creo en Ti realmente? Cuando llegan las dificultades y cuando parece que me hundo me olvido de Ti. Me falta la fe que tampoco tenía Pedro. Muchas veces pienso que me falta la fe cuando veo a mi hermano. Cuántas veces, Señor, veo a mi prójimo y me fijo en sus defectos. Cuando me enfado no sé controlarme, porque no te veo en los demás. No sé tener esa delicadeza. Y me pregunto si cuando llegue la hora de mi muerte encontrarás fe en mi corazón.

Te pido, Jesús, que me hagas sencillo, que te vea en los demás. Dame una fe grande para que sepa salir de mí mismo, me dé cuenta de la maravilla que hay en mis hermanos y no vea sólo lo malo. Que sepa servir a los demás porque, cuando los sirvo, es a Ti a quien sirvo. Cuando no vea nada y sienta que me hundo en el fondo del mar; cuando vea que me faltan las fuerzas y no puedo seguir caminando, dame Tú las fuerzas, dame la fe.

Sin duda que de tu mano puedo caminar por las aguas y multiplicar los panes. A tu lado podré llevar tu amor a numerosas personas necesitadas. Con tus fuerzas podré hacer muchos milagros. Déjame llegar al final de mi vida habiendo vivido con una mirada llena de fe. No dejes que me canse. Quiero dar mi vida por Ti y por las almas. Quiero llegar a la meta.

“Luchar, rezar siempre ¡Pero no para convencer al Señor a fuerza de palabras! ¡Él sabe mejor que nosotros qué necesitamos! Más bien la oración perseverante es expresión de la fe en un Dios que nos llama a combatir con Él, cada día, en cada momento, para vencer al mal con el bien”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy hacer un esfuerzo especial para tratar con delicadeza a los demás. Si alguien me dice una palabra desagradable no responderé con otra; y si veo que alguien hace algo malo no pensaré mal y tampoco hablaré mal de nadie. Me esforzaré por hablar siempre de lo positivo.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

15 octubre 2016

El nombre de Dios escrito en el corazón.

BY enformacondios IN No comments


El Espíritu Santo les enseñará.
Oración preparatoria
“Quisiera que el universo entero, con todos los planetas, los astros todos y los innumerables sistemas siderales, fueran una inmensa superficie tersa donde poder escribir el nombre de Dios. Quisiera que mi voz fuera más potente que mil truenos, y más fuerte que el ímpetu del mar, y más terrible que el fragor de los volcanes, para sólo decir, Dios. Quisiera que mi corazón fuera tan grande como el cielo, puro como el de los ángeles, sencillo como la paloma, para en él tener a Dios".
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios; pero a aquel que me niegue ante los hombres, yo lo negaré ante los ángeles de Dios.

A todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.

Cuando los lleven a las sinagogas y ante los jueces y autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Jesucristo, nos llama a dar testimonio de su palabra. Pero ha de ser un testimonio con nuestras obras. Un testimonio de lo que es ser un auténtico cristiano, que consiste en ser amigo de Jesús y seguirlo por el camino de la cruz. Este seguimiento ha de ser alegre aun en medio de las dificultades presentes. Se puede pensar que las condiciones del mundo presente son muy difíciles. Incluso las más difíciles. Qué hay que ser muy buenos para no caer en las asechanzas del demonio. Y podemos poner la culpa en las propagandas de televisión, los programas y películas tan atractivos,… Pero pensemos en todas las dificultades que sufrieron los primeros cristianos que dieron la vida por el Señor o en los que fueron a evangelizar por el mundo entero. O que tuvieron que vencer los deseos de riqueza y de poder, etc… Y gracias a su perseverancia y fidelidad, nosotros hemos conocido la fe.

Hoy el Señor, llama a cada cristiano a mirarle a Él. A contemplar su belleza y llevarla a todos. No importan las dificultades porque es el Señor el que da la fuerza si uno se deja guiar por Él. Sí, es verdad que el hombre es débil y habrá caídas por el camino. Recordemos que Pedro, san Pedro, lo negó. Pero Pedro se acercó a Jesús, que lo levantó y lo llamó a dar su vida totalmente, hasta que al final entregó su vida en una cruz, como su maestro. Pero tomemos la mano de Jesús, confiemos plenamente en Él, no nos quedemos en el suelo cuando caigamos sino confiemos en la gracia de Dios. El mundo de hoy, tiene sed de Dios y Dios nos llama a llevarlo a cada alma.

No va a ser fácil, ya lo dijo el Señor. Pero el grano de trigo tiene que caer en tierra y morir para dar fruto. Hay que ver un poco más allá para darnos cuenta, no de las dificultades que nos esperan, sino del cielo que nos espera.

“Insistencia, aunque cansa, y es ciertamente muy agotador. Es una actitud de la oración. Santa Teresa habla de la oración como una negociación con el Señor, y esto es posible solo cuando hay familiaridad con el Señor. Es agotador, es verdad pero esta es la oración, esto es conseguir de Dios una gracia”.

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a publicar en mis redes sociales un mensaje positivo. Voy a compartir un mensaje de esperanza a mis amigos. No voy ser negativo sino veré la situación presente como una oportunidad magnífica para anunciar el mensaje del Evangelio.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!