30 diciembre 2016

¡Dios quiso tener una familia!

BY enformacondios IN No comments


Gracias, Señor, por el don de la familia. En ella has querido dejarme uno de los mayores regalos que has dado al hombre y, por medio de ella, has querido demostrarme el amor y cuidado que me tienes. La familia es la mejor imagen tuya. Gracias por mi familia. Aumenta mi fe en Ti y en tu Palabra. Acrecienta mi confianza en tus promesas y tu presencia cercana. Haz crecer mi amor a Ti y jamás permitas que nada ni nadie me separe de Ti.

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-15. 19-23
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su Madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".

José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su Madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: ‘De Egipto llamé a mi Hijo’.

Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su Madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban quitarle la vida al niño".

Se levantó José, tomó al niño y a su Madre y regresó a tierra de Israel. Pero, habiendo oído decir que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido en sueños, se retiró a Galilea y se fue a vivir en una población llamada Nazaret. Así se cumplió lo que habían dicho los profetas: ‘Se le llamará nazareno’. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hoy celebramos el día de la Sagrada Familia. Quieres que continúe contemplando el hecho de tu Encarnación. No es una bonita historia, un mito o una leyenda, una fábula o una invención. Es real. Tú te hiciste hombre por amor a mí.

Es maravilloso pensar que tienes en tan alto precio la familia, que quisiste tener una. ¡Dios quiso tener una familia! Una familia que como puedo ver en el pasaje de hoy te protege de los que quieren hacerte mal, te cuida, te alimenta, te educa, te ama.

Cuánto debe sorprenderme este hecho de que siendo fuerte te quisiste hacer débil; siendo omnipotente te hiciste necesitado de una sencilla mujer y un pobre carpintero; siendo la libertad eterna te sometiste a unos padres; teniéndolo todo en el cielo te hiciste pobre; recibiendo la adoración de miles de tronos, potestades, ángeles y arcángeles, preferiste los regalos y la veneración de unos sencillos pastores y unos pocos sabios.

La familia es el lugar que pensaste para que cada hombre pudiera sentirse acogido, querido, amado. La familia es el mejor modelo de Ti, Dios mío. Eres Trinidad, por lo tanto eres familia. No quisiste venir a este mundo solo, descender entre nubes, sostenido por querubines. No. Quisiste sentir el beso, la caricia, la voz dulce de una madre, el abrazo seguro, el ejemplo veraz y el sonreír de un padre. Tú también aprendiste a decir “mamá” y “papá”. Estas dos palabras las dijiste Tú, las dijo Dios.

Gracias, Señor, por la familia que me has dado. Dame la gracia de valorar mi familia y colaborar siempre por defenderla y mantenerla unida, orante, fervorosa y cercana a Ti. Concédeme un día poder llegar a tu presencia con todos mis familiares y así disfrutar de Ti por toda la eternidad.

«Jesús mismo tuvo que ser protegido. Tenía un protector en la tierra: san José. Tenía una familia humana, la Sagrada Familia de Nazaret. Así nos recuerda la importancia de proteger a nuestras familias, y las familias más amplias como son la Iglesia, familia de Dios, y el mundo, nuestra familia humana. Lamentablemente, en nuestros días, la familia con demasiada frecuencia necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Rezaré un padrenuestro por las familias divididas a causa de la guerra.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

29 diciembre 2016

Un día cualquiera, en medio de innumerable gente, en un niño común.

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Jesús es presentado en el templo. Espíritu Santo, fuente de luz, iluminame. Dame tu luz y tu gracia para que pueda reconocer a Jesús. Que en medio de las fiestas navideñas pueda descubrir el gran misterio que hay detrás de todo. Ayúdame para que no me quede en la mera celebración superficial, sino que pueda tener un encuentro profundo con Jesús, que viene a mi corazón.

Del santo Evangelio según Lucas 2,22-35
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, Ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.

Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús. para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:

"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".

El padre y la Madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la Madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma". Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El corazón del hombre busca a Dios. El anciano Simeón había buscado durante toda su vida, había esperado con paciencia y al fin su alma se había saciado del agua viva. Había visto a Jesús. Y eso era el mayor regalo que podía desear.

Cuántas veces podemos buscar a Jesús y quedarnos en la superficie. Celebramos la Navidad, vamos a misa, compramos y regalos y al final pasan los días y nuestra vida sigue igual. No ha cambiado mucho y decimos, bueno, otra vez a trabajar, otra vez clases, otra vez la vida ordinaria… Pareces que nada ha cambiado.

Sin embargo, es un momento para hacer una pausa y descubrir que ese Jesús al que buscamos está dentro y quiere que entablar una amistad con nosotros. Por esto es necesario el Espíritu Santo que nos indique el camino que tenemos que seguir. Que nos descubra a Jesús en medio de cualquier circunstancia.

Pensemos un poco en Simeón. Era un anciano, tal vez un poco ciego, y supo descubrir al Mesías en medio de una innumerable cantidad de gente que iba y venía, en un día cualquiera, en un niño común. ¿Por qué? Porque supo escuchar la voz del Espíritu que lo guiaba; supo ver en ese niño al esperado por todos.

«También nosotros, como María y Simeón, queremos llevar hoy en brazos a Jesús para que se encuentre con su pueblo, y seguro que lo conseguiremos si nos dejamos poseer por el misterio de Cristo. Guiemos el pueblo a Jesús dejándonos a su vez guiar por Él. Eso es lo que debemos ser: guías guiados.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, Señor, voy a hacer una hora Eucarística o al menos voy a hacer un rato de adoración, para pensar en lo verdaderamente importante de la Navidad y renovar la gratitud y la alegría de saber que Tú vienes a mi corazón.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

28 diciembre 2016

Obedecer con prontitud, porque se confía.

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Jesús, te doy gracias de todo corazón por este momento que me regalas para tener un encuentro personal contigo. Amado Jesús, creo en Ti. Creo que te has hecho hombre porque me amas y quieres que yo también te amé. Confío en Ti. Confío en que puedo abandonarme en tus manos. Confío en tus obras, pues aunque no siempre las entienda, sé que Tú sólo quieres y haces lo que es mejor para mí. Te amo, Jesús, por ser Tú quien eres y porque me amas así como soy. Gracias por todo, Jesús.
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su Madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".

José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su Madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.

Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.

Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por su hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
San José, hoy te miro en el Evangelio y encuentro en ti un ejemplo hermoso de las características que debe tener mi vida de cristiano: escucha atenta, obediencia pronta y vida cristocéntrica.

Por un lado, José, me maravilla la capacidad que tienes de descubrir la voz de Dios aun en una cosa que podría parecer tan pequeña y banal como lo es un sueño. Tú estás atento a la voz de Dios en cada momento.

¡Qué contraste con mi vida! A menudo yo le pido a Dios que me muestre su voluntad… pero le pido que sea con grandes señales, con cosas extraordinarias que no dejen lugar a la duda. Y por esperar esas cosas grandes, muchas veces no soy capaz de reconocer la voluntad de Dios en el pobre que pide limosna en la calle, en el silencio de mi oración, en aquél que se encuentra a mi lado y necesita un consejo, o solamente ser escuchado.

Tú, José, escuchas y obedeces con prontitud. No pones excusas ni quejas… ¡Ni siquiera pides más explicaciones! Obedeces, ya que confías en que Dios sabe lo que hace aunque tú no lo entiendas.

¡Y yo, en cambio, tantas veces siento a Dios en el banquillo de los acusados! No me canso de preguntarle – y en ocasiones, casi de exigirle – el porqué de su actuar. No consigo aceptar su voluntad pues tantas veces estoy tan aferrado a mi manera de pensar, a mi modo de hacer las cosas, que me quejo y quisiera corregirle la plana a Dios. Si obedezco, tantas veces lo hago a regañadientes y no con la prontitud con la que Tú obedeces.

José, Tú escuchas y obedeces porque quieres defender a Jesús y a María sin importar lo costoso que sea. Tú vives para custodiarlos, vives para ellos. Para ti, Jesús lo es todo y no permites que nada ni nadie te lo quite… ¡Preferirías primero perder la vida a perder a Jesús!

¿También yo sería capaz de hacer lo mismo? Me ruboriza recordar todos mis pecados, que no son otra cosa que el haber entregado a Jesús a Herodes, es decir, a mis pasiones, a mis apetitos, a mis egoísmos. ¡Tantas veces he permitido que las tentaciones me arrebaten a Jesús!

Querido José, tú sabes que no quiero perder nunca más a Jesús de mi vida. Intercede por mí ante Jesús para que Él me conceda la gracia de imitar tu ejemplo de vida santa. Defiéndeme de todos aquellos que quieran apartarme de Jesús y María, y pídele a Dios que algún día pueda llegar a estar con ustedes en el cielo.

«A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan en plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le revelo? a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier dan?o. Y estad atentos, estad atentos con las nuevas ideologías colonizadoras. Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del sueño de la oración, del encuentro con Dios, de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, por eso digo que son colonizaciones, no perdamos la libertad de la misión que Dios nos da, la misión de la familia.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a rezar una oración a san José.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

27 diciembre 2016

Propósitos para el Año Nuevo.

BY enformacondios IN No comments


12 propuestas que pueden ayudarte a definir tus propósitos para el año que comienza. Es costumbre al fenecer el año, revisar nuestra vida y plantearnos metas y propósitos para el Año Nuevo. Muchos se esfuerzan por realmente cumplir y vivir según los propósitos trazados. Otros tantos -los más- suelen quedarse en el camino. Sus buenos propósitos se quedaron tan solo en buenas intenciones. Pero alguien dice por ahí -y quizás diga bien- que de buenas intenciones, está empedrado el camino del infierno.
Los hijos de Dios debemos ser hombres y mujeres de palabra. Jesús nos enseñó a decir “Sí” cuando sea sí, y a decir “No” cuando sea no. En esta línea, es preciso al definir nuestros propósitos para el año que comienza, tomárnoslos en serio. Y hacer de ellos un verdadero compromiso.

Hay quienes optan por plantearse propósitos materiales: nuevo auto, el viaje jamás realizado, una casa más grande, un mayor sueldo. Esto está bien si es que estos objetivos no se definen como una mera meta -lo cual sería simplemente materialista- sino más bien como medios para algo más importante, como dar un mayor bienestar a la familia.

Unos más, prefieren definir propósitos que les ayuden a ser mejores personas. En esta línea, lectora, lector querido, quisiera compartir contigo una lista de 12 propósitos que pueden ayudarnos a ser sobre todo, mejores cristianos. Se trata de hacer ciertas cosas y dejar de hacer otras. También de asumir ciertas actitudes y dejar de lado otras tantas.

1. Acercarnos más a Dios. 
Es innegable que de esto se desprende todo lo demás. Incluso el éxito al lograr cumplir con el resto de nuestros objetivos depende en gran medida de la cercanía a Dios. Pues sin Cristo, nada podemos hacer. Es importante aumentar nuestro tiempo de oración y participar de manera más consciente en los sacramentos. También bendecir siempre nuestros alimentos sea quien sea nuestro comensal.

2. Confiar más en Dios.
 
Muchos se frustran porque Dios no les habla. ¿Quieres escuchar a Dios? Abre tu empolvada Biblia y léela. Te garantizo que si lo haces con la frecuencia debida -es decir, diario- escucharas de Dios las palabras que necesitas. No le exijas ni demandes favores, pídele todo pidiendo siempre que se haga su voluntad, pues Él sabe cuándo, cómo y en qué medida. Y al tener frente a ti las oportunidades que necesitas, acéptalas. Deja de cuestionar cada oportunidad, quedarte inmóvil y dejar de actuar. Dios te ayuda, pero necesita de tu parte. Dios te inspira, pero necesita de tu inteligencia. Dios te cuida, pero necesita tu confianza. Este año confía más en Dios, acepta lo que te envía y actúa en consecuencia.

3. Dejar de Murmurar y de ver la Paja en Ojo Ajeno. 
Es increíble lo rápida que es nuestra lengua para desatarse y correr cual caballo desbocado en contra de alguien más. Y lo peor es que muchas veces murmuramos en contra de alguien según nosotros en aras de la justicia divina: porque éste peca mucho, porque ésta gasta mucho dinero, porque este otro es muy sucio y descuidado, porque esta otra es una chismosa, porque este va a misa pero se pelea con todos al salir y entrar en su automóvil, porque esta otra también va a misa pero se queda dormida… La lista es inacabable. ¿Qué tal como propósito de este año dejar de murmurar y mejor mirar a nuestro interior cada vez que algo nos parece mal? Porque es un hecho irrefutable que casi siempre que nos disgusta algo que vemos que otro hace, ¡es porque en el fondo nos disguta que nosotros hacemos lo mismo! Por eso advertía Jesús que es fácil ver paja en el ojo ajeno y no la viga que se lleva en el propio. Hagámonos el propósito de que al sentir la tentación de murmurar, cerrar la boca, ver a nuestro interior y en justicia decidir qué actitud debemos nosotros mismos cambiar, qué debemos dejar de hacer o que debemos comenzar a hacer.

4. Ser Portadores de Ayuda y Generadores de Cambio. 
Es fácil criticar lo que no nos gusta. Pero eso rara vez sirve de algo. A lo largo de este año, hagámonos el firme propósito de que cada vez que algo nos parezca malo, pensemos cómo ayudar para corregirlo o cambiarlo y actuemos en consecuencia. Si nada podemos hacer, mejor no estorbemos. Igualmente, seamos solícitos para ayudar a todo aquél que lo necesita.

5. Dejar de Ofendernos por Todo y de Pelear contra Todos.
 
Jesús declaró bienaventurados a los mansos, porque heredarán la tierra. La mansedumbre es una virtud que nos ayuda a dejar de lado la violencia. Cuántas personas se ofenden por la forma en que los saluda el empleado de una tienda. Cuántos más se indignan porque el mesero no los vio al pasar frente a ellos. Cuántos estallan porque el conductor de adelante no va más de prisa. Cuántos se encolerizan porque su hija no guardó el cepillo y el espejo. Y en consecuencia agreden, gritan, insultan, ofenden, se vengan, toman represalias y lo peor, ¡se amargan la vida y se la amargan a los demás! “¡¿Y cómo no me voy a enojar?!” es su típica justificación. Pero esa actitud no es digna de un hijo de Dios. Este año hagámonos el propósito de evitar pleitos y riñas. Desarrollemos mejor la virtud de la mansedumbre. Además de vivir en paz con los demás, seremos bienaventurados y heredaremos la tierra que el Señor nos tiene prometida.

6. Desarrollar la Pulcritud. Esto a muchos les cuesta trabajo. 
Pero es necesario reconocer que no podemos comprender el concepto de un “alma limpia” si no somos capaces de vestir una camisa limpia. El desaliño no es virtud, es por el contrario, un vicio terrible. No hay que confundir no ser vanidosos con ser sucios y desaliñados. Ir despeinados, con la ropa sucia y arrugada no es propio de un hijo de Dios. Porque nuestro cuerpo es un templo vivo del Espíritu Santo. Y ese templo debe siempre ser digno, tanto en su interior como en su exterior.

7. Ser más Laboriosos. Sobre todo a los laicos, 
Dios nos ha confiado el orden de la creación. Debemos trabajar para hacer del mundo que Dios nos ha regalado, uno mejor. Debemos también trabajar para crecer como personas, en talento y dignidad. Para el hijo de Dios, es inaceptable el trabajo a medias, entregado tarde o mal hecho. El hijo de Dios debe poner su sello en todas sus obras. Este año propongámonos hacer nuestro trabajo con pasión y calidad, recordando siempre cuando Dios puso en manos de Adán el Paraíso que había creado.

8. Ser Limpios de Corazón. Jesús prometió que los limpios de corazón verán a Dios. 
Sin embargo, los programas de TV cada vez más vulgares, las conversaciones con amigos y compañeros de trabajo cargados de palabras soeces, los chistes en doble sentido son fuertes barreras para mantener limpio el corazón. Este año que comienza, comprometámonos a mantener una diversión sana, conversaciones en la línea del respeto y un humor blanco que siempre divierte sin ofender ni contrariar a nadie más.

9. Dar Más Tiempo a Nuestra Familia. Bien que lo sabemos. 
Pero bien que fingimos excusas para no cumplirlo. Necesitamos trabajar mil horas extras para pagar más horas de guardería y más maestros privados y más cursos de qué se yo para que nuestros hijos estén en un lugar seguro para poder trabajar más para tener más dinero para pagar más guarderías, maestros privados y cursos mientras trabajamos más… El ridículo torbellino que termina por destruir las familias mientras alguien escala peldaños y amasa fortunas. Basta ya. Este año fijemos bien nuestras prioridades: Dios, familia y trabajo. En ese orden. El resto, Dios nos lo dará por añadidura.

10. Disfrutar más la Vida que Dios nos Da. Ya basta de quejarnos de todo. 
Es suficiente de encontrarle peros a todo. Es hora de dejar de encontrarle a todo su lado malo. Acepta por el contrario con gozo todo lo que Dios te da, agradécelo y alaba al Señor por su bondad.
Encuentra la mano de Dios en todo lo que tienes. Mira a cuántos más les hace falta. Alaba a Dios por cada mañana, por la frescura del agua que corre en la ducha, por el desayuno que te da energía, por el sol que te calienta. Alábalo por la taza de café que te devuelve el buen ánimo, por la galleta dulce que lo acompaña, por quien te hace compañía mientras la bebes. Disfruta al “perder el tiempo” con tus hijos, pues son una de las mayores bendiciones que Dios te ha dado. Disfruta tus ratos de enfermedad, pues te dan tiempo para leer aquél libro pendiente y hasta para acercarte más a Dios. Que este sea uno de nuestros propósitos más firmes para este año. Pues así viviremos en paz, llenos de gozo y siendo infinitamente agradecidos a nuestro Dios.

11. Bajar de Peso. 
¿Y por qué no? Este casi siempre es un propósito de Año Nuevo de casi todas las personas adultas. Y curiosamente, es el propósito menos cumplido. Sin embargo, para los hijos de Dios resulta importante porque bajar de peso va más allá que una cuestión de vanidad corporal. El exceso de peso en gran parte se debe al pecado capital de la gula. Y bajo esa óptica es que los cristianos debemos afrontar esta situación. Los pecados capitales se llaman así porque de ellos se desprenden muchos más hasta poner fuertemente en riesgo la integridad de la persona. Quien come demás, desarrolla usualmente otro pecado: la pereza, manifestada en la falta de ejercicio. El exceso al comer suele acompañarse en excesos al beber. Y tras las comidas, al fumar. La cadena puede no tener fin y los riesgos para la salud corporal e innegablemente para la salud del espíritu son muchos. Hagámonos pues el propósito para este año, de declara la guerra a la gula que nos ha esclavizado. Dejar atrás este pecado y mejorar la salud del cuerpo que Dios nos ha dado.

12. Ser Portadores de la Bendición de Dios. 
Las personas que necesitan de la bendición de Dios no precisan de un momento de éxtasis en que Jesús o la Virgen se les manifiesten y con su mano en la frente los bendigan. Necesitan más bien de cariño, de alguien que los escuche, de alguien que los ayude, de alguien que les dé trabajo, de alguien que les dé pan. Siendo hijos de Dios, hagámonos el propósito este año de ser portadores de las bendiciones de Dios para los demás: con nuestro tiempo, con nuestra ayuda, con nuestras manos, con nuestros labios y con nuestros bienes materiales.

Deseo que esta lista te ayude a definir tus propósitos para el año que comienza. Que Dios te bendiga y sostenga con su mano providente, bendiga todos tus sueños y te ayude a alcanzar cada una de tus metas.

Vio y creyó.

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Quisiera hoy, Jesús, estar contigo… no importa si no te hablo, ni me dices nada. Al final, simplemente quiero estar contigo. Dame la gracia de ponerme en tu presencia. Ahí, junto a Ti, sin hablar, sin decir nada… sólo estar.

Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-9

El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.

En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
San Juan, el discípulo a quién Jesús tanto quería; el discípulo que estuvo sobre el pecho de Jesús; el que estuvo al píe de la cruz…el discípulo amado.Este discípulo se vio inmerso ante la duda en aquellos tres días. Sabía que amaba, sabía muy bien lo que sentía, pero… no veía nada.

La voz de María Magdalena entró a su corazón como luz de sol que penetra el cielo nublado. Era una luz de esperanza.

Llevado por la emoción, corre con la ilusión de darle sentido a ese amor que sabía que tenía…sabía que existía, mas no lo veía.

Observa, contempla…recuerda y al final: Vio y creyó. Constató que aquello que vivió con Jesús…, los latidos de su corazón, la cruz, su amor… era real.

El amor no puede acabar. Entendió que había que morir para resucitar. El sufrimiento es parte del amor…pero no es el final.

Ésa es la esperanza que tiene que guiar mi vida; pues aunque pasen 3 o más días, en la obscuridad o la duda, jamás puedo olvidar que el amor que Dios me ha tenido desde la eternidad es verdadero… es real.

Señor, muchas veces pierdo el sentido en mi vida, y sólo veo signos, recuerdos… los lienzos que has dejado en mi historia. Dame la gracia de cada día poder ver y creer. Ser testigo fiel de tu amor en mi ayer y mi hoy… en las cosas pequeñas y también en las grandes, para así creer. Señor… aumenta mi fe.

«Pedro, después de haber escuchado a las mujeres y de no haberlas creído, «sin embargo, se levantó» (v.12). No se quedó sentado a pensar, no se encerró en casa como los demás. No se dejó atrapar por la densa atmósfera de aquellos días, ni dominar por sus dudas; no se dejó hundir por los remordimientos, el miedo y las continuas habladurías que no llevan a nada. Buscó a Jesús, no a sí mismo. Prefirió la vía del encuentro y de la confianza y, tal como estaba, se levantó y corrió hacia el sepulcro, de dónde regresó “admirándose de lo sucedido”.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Dedicar un tiempo en el día para hacer una lista de los momentos en mi vida en que he «visto y creído». Aquellos momentos grandes y sencillos en que Jesús se ha hecho presente en la propia historia. Escribirlos en una hoja que se pueda guardar en un lugar personal para algún tiempo de duda, sequedad… recordar con el testigo de la vida misma que Dios siempre está.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

26 diciembre 2016

La respuesta está en Cristo.

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No se preocupen por lo que van a decir. Estoy aquí Jesús, quiero conocerte más, quiero amarte más, tengo necesidad de Ti pero no sé cómo acercarme. Enséñame a orar, enséñame a amarte, toma mi pequeñez y mi miseria y hazme un nuevo ser.

Del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los entreguen, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.

El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará”. Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

«No serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes».

Cada día se nos presentan problemas o situaciones en las cuales sabemos con certeza que la solución estaría en meter a Cristo. Es decir, algún problema familiar en el cual no se encuentra la solución, alguna enfermedad, alguna crisis existencial, etc.

Sabemos que la respuesta está en Cristo porque nosotros lo hemos experimentado en carne propia. Pero aunque lo sabemos no nos animamos a hablar de Él. ¿Qué pensarán?, ¿qué dirán?, ¿cómo se los digo?

Nuestra vida como creyentes, para que en verdad sea coherente y plena, tiene que tener como guía al Espíritu Santo. Sí, no podemos llevar esta vida tan globalizada, estresante y alejada de Dios, sin la ayuda del mismo Dios, en la persona del Espíritu Santo.

Él nos guiará por el camino, Él abrirá las puertas, Él nos conducirá por el camino que el Señor tiene preparado para nosotros. No podemos pretender ir contra corriente solos, porque la corriente terminará arrastrándonos. Necesitamos de su fuerza, y si nos sentimos débiles y que no podemos es buena señal, pues es el momento de reconocernos necesitados de Dios.

Ayúdanos, Santo Espíritu, a tener una verdadera relación de amistad contigo. Que en los momentos de tomar decisiones serias, te sepamos consultar y así logremos descubrir la voluntad de Dios en lo concreto y cotidiano de nuestra vida. Que seas Tú nuestro compañero y guía. Que en el silencio de la oración sepamos escuchar tu voz. Que seas Tú mismo quien viva en nosotros y ame a los demás.

«Hoy se experimenta a menudo una «desertificación espiritual». Especialmente allí donde se vive como si Dios no existiera, nuestras comunidades cristianas están llamadas a ser “cántaros” que apagan la sed con la esperanza, presencias capaces de inspirar fraternidad, encuentro, solidaridad, amor genuino y desinteresado; han de acoger y avivar la gracia de Dios, para no encerrarse en sí mismos y abrirse a la misión. No se puede, en efecto, comunicar la fe viviéndola de manera aislada o en grupos cerrados y separados, en una especie de falsa autonomía y de inmanentismo comunitario. Así no se da respuesta a la sed de Dios que nos interroga y que está presente también en tantas formas nuevas de religiosidad.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Preguntarme al menos una vez al día, que me está pidiendo Dios a través del Espíritu Santo en lo concreto de la jornada de mi día.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

25 diciembre 2016

Ha querido habitar dentro de nosotros.

BY enformacondios IN No comments


María, permíteme acercarme al pesebre y tomar al Niño Jesús en mis brazos. Permíteme tenerlo así, cerca de mi corazón durante un momento, abrazarlo y acurrucarlo con todo mi cariño. Enséñame a mirarlo como tú lo miras, a hablarle como tú le hablas, con esas palabras que nacen del corazón. Que esta sea hoy mi oración, la oración a un Dios que se ha hecho tan pequeño por mí. Amén.

Del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.

Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracía y de verdad.

Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: "A éste me refería cuando dije: E1 que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo'".

De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

De tu plenitud hemos recibido tanto, Señor… Navidad es un día de regalos. ¿Quién me ha regalado más que Tú? Me has pensado desde toda la eternidad, has creado para mí todo el universo, me has formado a tu imagen… Y no te bastó con darme la vida. Hoy celebro que me has dado incluso a tu Hijo, el Verbo hecho carne, y la abundancia de gracias que nos ha traído a todos los hombres y mujeres de este mundo.

«Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros». Las palabras sobran ante un misterio tan grande… Navidad es el día de la cercanía. Te has acercado tanto a nosotros, Señor. Has tomado un cuerpo humano. Te has hecho parte de la familia, alguien que me acompaña en cada momento del día. Un amigo; ¡el mejor Amigo!

Has querido habitar entre nosotros; y aún más, has querido habitar dentro de nosotros. Tú conoces, Señor, mi corazón. Lo he estado preparando durante el Adviento para recibirte con un grande amor. Entra en mi vida, ilumínala con tu luz, llénala con tu gracia. Hazme nacer desde Dios, transforma mi alma uniéndola más a Ti. Dame un corazón como el tuyo, para amarte tanto como Tú me has amado a mí.

«Cuando oigamos hablar del nacimiento de Cristo, guardemos silencio y dejemos que ese Niño nos hable; grabemos en nuestro corazón sus palabras sin apartar la mirada de su rostro. Si lo tomamos en brazos y dejamos que nos abrace, nos dará la paz del corazón que no conoce ocaso. Este Niño nos enseña lo que es verdaderamente importante en nuestra vida. Nace en la pobreza del mundo, porque no hay un puesto en la posada para Él y su familia. Encuentra cobijo y amparo en un establo y viene recostado en un pesebre de animales. Y, sin embargo, de esta nada brota la luz de la gloria de Dios. Desde aquí, comienza para los hombres de corazón sencillo el camino de la verdadera liberación y del rescate perpetuo. De este Niño, que lleva grabados en su rostro los rasgos de la bondad, de la misericordia y del amor de Dios Padre.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Propondré un momento de oración en familia, para agradecer a Jesús todo lo que nos ha dado.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

24 diciembre 2016

Algo más que locura.

BY enformacondios IN No comments


Señor, existen misterios en que guardar silencio es el mayor homenaje ante la maravilla. Dispón mi corazón para contemplar tu nacimiento.

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso Salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza.

El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de Él, todos los días de nuestra vida.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz". Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Dios quiso venir al mundo…

¿Qué es lo que acabo de leer?, ¿quién quiso venir al mundo?, quiero decir, ¿se puede «venir» al mundo? Además, ¿es que alguien puede de verdad «elegir» venir?

Asumiendo que alguien pudiese, lo cual me resulta increíble -¿quién podría hacerlo?, ¿y quién sería ese alguien?, ¿Dios…?

Tantas cosas a la vez para esta pobre inteligencia… a veces me pregunto siquiera si se puede creer que Él exista. Pero bien… digamos que existe, ¿podría creer que Él hubiese venido aquí?, ¿a este mundo tan pobre, tan falible, tan -nada? Y todavía más difícil: creer que se hizo hombre, que se hizo carne, cuerpo, pielecita, bebé, lágrimas, frío y que cupo en las manos de una niña de un pequeño pueblo hebreo…

Necesitaría algo más que locura para creer algo así.No sé cómo explicarlo, no lo sé. Y aunque no sé cómo, digamos que por alguna razón acepto el hecho: ¿por qué nacer aquí?, ¿por qué querer venir?, ¿por qué visitar este mundo?, ¿por qué el deseo de ser uno de nosotros? Somos tan frágiles… hay tanto mal y tanto que no es como debería ser… ¿por qué fijarse en nosotros? Y se fijara en mí ese Dios, ¿por qué lo haría?

Sólo un don me haría capaz de recibir este misterio. No es ciencia. No es locura. No es teoría. No es del todo racional, ni del todo irracional. No es obscuridad absoluta, tampoco claridad total. Es sencillamente un regalo.

Creer que alguien me miró, se fijó en mí, sufrió por mí -porque me amó, es una verdad que se encarna en experiencia, es una verdad regalo que se puede acoger. Es una verdad que sacudiría mi corazón, hasta tal punto que me haría feliz.

Quiso venir Dios al mundo, quiso nacer aquí, quiso venir a mí.

«Pueden reconocer sin duda la presencia de Dios: él no os ha dejado solos. Incluso en medio de tremendas dificultades, podríamos decir con el Evangelio de hoy que el Señor ha visitado a su pueblo: se ha acordado de su fidelidad al Evangelio, de las primicias de su fe, de todos los que han dado testimonio, aun a costa de la sangre, de que el amor de Dios vale más que la vida. Qué bueno es recordar con gratitud que la fe cristiana se ha convertido en el aliento de su pueblo y el corazón de su memoria. La fe es también la esperanza para suo futuro, la luz en el camino de la vida.»
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de junio de 2016).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Vivir la misa de Nochebuena con el respeto y reverencia que merece el misterio celebrado.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

23 diciembre 2016

La voluntad de Dios.

BY enformacondios IN No comments


Nacimiento de Juan el Bautista. ¡Ya estás apunto de llegar, Señor! Dame la gracia de tenerte un buen lugar preparado en mi corazón. No permitas que este año llegues a mi alma y la encuentres desarreglada, sucia o en mal estado. Dame la gracia de estar alerta cuando me hablas y de escuchar tu voz. Aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad. San José, ayúdame a preparar mi corazón como preparaste la gruta de Belén para que Jesús naciera allí de la mejor manera.

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: "No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus parientes se llama así".

Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.

Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este niño?" Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Me puedo detener a meditar sobre el tema del cumplimiento de la Voluntad de Dios en mi vida. Es el ejemplo que me dejan Isabel y Zacarías en el Evangelio de hoy.

Ponerle de nombre Juan al niño recién nacido. Era ésta la Voluntad de Dios. Aunque todos no lo entendieran, se preguntarán el por qué e incluso dudarán de la decisión. La Voluntad de Dios era esa. Los inconvenientes caen cuando se está decidido a realizar con tu gracia lo que quieres y esperas de mí. Dame la gracia, Señor, de descubrir qué es lo que quieres y esperas de mí en este período de adviento y navidad y buscar realizarlo.

La Voluntad de Dios no es un elemento que coarta, limita, envilece mi libertad. Por el contrario, el cumplimiento de tu Voluntad es algo que me hace crecer como creatura, como persona. Ahí tengo el ejemplo de Zacarías. Cumplir tu Voluntad le regresó el habla, le devolvió aquel estado que había perdido por su falta de fe. La libertad es un don que se acrecienta cuando se entrega a Ti.

Cuando se es niño, y más aún adolescente, poco se comprende por qué se tiene que obedecer a los padres. De grandes, y más cuando se tienen hijos, se comprende que esos mandatos y deseos siempre estaban movidos por el amor y la búsqueda de lo mejor. Así es también con tu Voluntad. No es un yugo insoportable que aguantar, una tiranía o dictadura de poder… no; es el amor que aconseja, orienta y pide a sus hijos lo que se sabe que a ellos, a mí, más conviene.

Dame la gracia, Señor, de buscar siempre y en todo momento descubrir y realizar tu Voluntad sobre mi vida, siendo consciente de que siempre quieres lo mejor para mí.

«Si no la ejercitamos bien, la libertad nos puede conducir lejos de Dios, puede hacernos perder la dignidad de la que Él nos ha revestido. Es por eso que son necesarias las orientaciones, las indicaciones y también las reglas, tanto en la sociedad como en la Iglesia. ¡No perdáis la gran dignidad de hijos de Dios que se nos ha donado! Así encontrarán la alegría auténtica porque Él nos quiere hombres y mujeres plenamente felices y realizados, ¡solo cumpliendo la voluntad de Dios Padre podemos cumplir el bien y ser luz del mundo y sal de la tierra!»
(Discurso S.S. Francisco, 5 de agosto de 2014).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Me detendré un momento ante un belén y les pediré a María y José me ayuden, con su intercesión, a realizar siempre la Voluntad de Dios sobre mí.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. 
Amén.

22 diciembre 2016

¡Dios viene a mi alma!

BY enformacondios IN No comments


María, madre mía, te pido que me ayudes a elevar un canto de acción de gracias a Dios. Ensancha mi corazón para que pueda descubrir el gran amor que Dios me ha tenido y para que pueda expresarle el gran amor que siento al contemplar su mano en mi vida. Yo también quiero decir «Mi alma glorifica al Señor».

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 46-56
En aquel tiempo, dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.Santo es su nombre,y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Él hace sentir el poder de su brazo:dispersa a los de corazón altanero, destrona a los potentados y exalta a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide sin nada.

Acordándose de su misericordia, viene en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre".

María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
A unos días de la Navidad, podemos contemplar este Evangelio con gran estupor. Jesús está a punto de venir a nuestras almas. Como hace dos mil años, el 24 en la noche, entrará a la pobre cueva de nuestro corazón, a la pobre cueva del corazón humano. ¡Qué es el hombre para que el mismo Dios venga a habitar a su casa! O como María dice «porque puso los ojos en la humildad de su esclava».

Y esta llegada del Señor nos ha de llenar de alegría. ¡Dios viene a mi alma! «mi espíritu se llena de júbilo». Pensemos en los pastores que llegaron a la cueva de Belén, a ellos también los escogió el Señor, no eran los más ilustres de Israel, ni los más poderosos. Pero el Señor los llamó, los miró y ellos se llenaron de alegría. No tenían mucho, pero pusieron a los pies de Jesús todo lo que tenían. Unos, leche, otros, queso, otros, pan, otros, miel… Cada uno dio lo que tenía, con alegría y con amor.

Y al llegar al final del adviento y a las puertas de la Navidad, podemos comenzar a preocuparnos y a pensar que no estamos preparados. Seguramente pensamos que no hemos trabajado lo suficiente en las semanas del adviento y quisiéramos darle un poco más al Niño Jesús. Pero el Señor nos mira y quiere entrar a nuestro corazón. Él sabe que no estamos preparados y conoce nuestra pobreza. Y lo único que nos pide es que le demos todo, nuestra misma pobreza.

Por eso las Navidades son un periodo de alegría y de gratitud. Jesús viene a nuestros pobres corazones para estar con nosotros. Abrámosle las puertas del corazón y llenémonos de gozo.

«En la vida de María admiramos esa pequeñez amada por Dios, que “ha mirado la sencillez de su esclava” y “enaltece a los humildes”. Él se complació tanto de María, que se dejó tejer la carne por ella, de modo que la Virgen se convirtió en Madre de Dios, como proclama un himno muy antiguo, que cantáis desde hace siglos. Que ella os siga indicando la vía a vosotros, que de modo ininterrumpido os dirigís a ella, viniendo a esta capital espiritual del país, y os ayude a tejer en la vida la trama humilde y sencilla del Evangelio.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, Jesús, voy a rezar un rosario para agradecer, con María, el don de la Navidad. Voy a pedir la gracia de estar preparado para recibirte y para vivir estos próximos días navideños con gran alegría.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

21 diciembre 2016

Servicio pronto y alegre.

BY enformacondios IN No comments


La Visitación a Santa Isabel. Jesús, gracias por este momento que me permites estar en tu presencia. Aumenta mi fe. Ayúdame a creer con firmeza en tu amor y tu poder. Aumenta mi esperanza. Dame la gracia de confiarte a Ti todo mi ser, de abandonarme en tus amorosos brazos de Padre. Ayúdame a amarte cada día más, pero, ante todo, dame la gracia de experimentar el infinito amor que me tienes.

María, en estos últimos días de Adviento, ayúdame a preparar en mi corazón un lugar donde Jesús pueda nacer.

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la Madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa Tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor". Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
María, te veo ir presurosa a donde está Isabel. Tú, que serás madre de Dios. Tú, que no tienes ninguna «obligación» de servir – pues también estás embarazada – te adelantas a las necesidades de los demás, ni siquiera esperas a que te lo pidan, vas presurosa y gustosa a ayudar…

¿Y yo?, ¿también me adelanto a las necesidades de los demás?, ¿o me tienen que rogar para que ayude? Y cuando ayudo, ¿cómo lo hago?, ¿presuroso y con alegría al igual que tú?, ¿o con cara de pepinillo en vinagre?

María, ayúdame a servir con alegría a los demás. Dile a tu Hijo que me arrepiento de no haber estado atento a las necesidades de los demás. Alcánzame la gracia de, a partir de ahora, estar atento a las necesidades de los que me rodean y de ayudar con alegría al igual que tú.

Isabel escuchó tu saludo y quedó llena del Espíritu Santo. ¡Qué lección tan grande me dan ambas! Por una parte, tú misma quedaste llena del Espíritu Santo cuando, no hace mucho tiempo, el ángel te saludara y te anunciara que serías la madre del Mesías. Por otra parte, Isabel ha sabido, en un simple saludo, descubrir en ti al Salvador del mundo y ha quedado, también ella, llena del Espíritu Santo. Las dos han sido capaces de descubrir la voz de Dios en una cosa tan cotidiana como lo es un saludo…

¡Cuántas veces yo no soy capaz de descubrir la voz del Señor en los momentos cotidianos de mi vida!

Madre, ¡no permitas que mi corazón se encierre en mí mismo!, ¡que no sea ciego ante las necesidades de los demás ni sordo ante la voz de Dios que me llama en lo cotidiano!

«María se puso en camino “de prisa...”. A pesar de las dificultades y de las críticas que pudo recibir, no se demora, no vacila, sino que va, y va “de prisa”, porque en ella está la fuerza de la Palabra de Dios. Y su actuar está lleno de caridad, lleno de amor: esta es la marca de Dios. María va a ver a Isabel, no para que le digan que es buena, sino para ayudarla, para ser útil, para servir. Y en este salir de su casa, de sí misma, por amor, se lleva lo más valioso que tiene: Jesús, el Hijo de Dios, el Señor. Isabel lo comprende inmediatamente: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”; el Espíritu Santo suscita en ella resonancias de fe y de alegría: “Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre”.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a hacer un acto de caridad sin que nadie se dé cuenta.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

20 diciembre 2016

Fue en el silencio….

BY enformacondios IN No comments


La Anunciación. Jesús,Tu qué haces nuevas todas las cosas, permite que hoy, aun cuando no estés en mi pensamiento, sea un día totalmente nuevo, lleno de Ti.

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde Ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, Ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".

María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Fue en un momento; fue en un instante. Fue en el silencio de María donde quisiste nacer.

Ella tenía sus planes…; planes que eran para Dios. Pareciera que los cambias…sin embargo, no los quitas, no los cambias; los transformas, los sublimas.

María parece no comprender, pero está segura; parece no dudar, sin embargo, pregunta.

Ella toma mi lugar… pareciera que pregunta en mi lugar: «¿pero… cómo será esto?» Quería que yo escuchara la respuesta que bien sabía ella: «Para Dios no hay nada imposible». No hay nada imposible para el amor de Dios.

No hay nada imposible para Ti, Señor. Me viste lejos y te quisiste acercar; me viste preocupado por las riquezas y Tú, siendo rico, el más rico…hiciste de la pobreza tu riqueza.

Aquella respuesta María la encontró desde siempre. En la anunciación, en el nacimiento de Jesús, en la vida oculta…en la Cruz. La respuesta la llevará siempre en su corazón: no hay nada imposible para Dios.

María acompáñame y enséñame a confiar cada día más en Dios, de la misma manera en que tú lo hiciste.

Enséñame a creer que, aunque a veces no entienda los planes de Dios en mi vida, nada es imposible para su amor.

Llévame de la mano en estos días y ayúdame a preparar mi corazón para recibir a Jesús. En el silencio, con tu misma confianza, sabiendo que su llegada, su nacimiento, abarca todo lo que soy… abarca toda mi vida.

«La segunda actitud de María es la decisión. María escucha, reflexiona, pero también sabe dar un paso adelante: decide. Así ha sucedido en la decisión fundamental de su vida: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y también así en las bodas de Caná, cuando María se da cuenta del problema y decidió acudir a Jesús para que interviniera: “No tienen vino”. En la vida, muchas veces es difícil tomar decisiones y por eso tendemos a posponerlas, tal vez dejando que sean otros los que decidan por nosotros; o incluso preferimos dejarnos arrastrar por los acontecimientos, seguir la “tendencia” del momento; a veces sabemos lo que deberíamos hacer, pero no tenemos valor, porque nos parece demasiado difícil ir contracorriente... María no tiene miedo de ir contracorriente: con el corazón firme en la escucha, decide, asumiendo todos los riesgos, pero no sola, sino con Dios.»
(Discurso de S.S. Francisco, 31 de julio de 2016).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Para ir preparando el corazón para la llegada del niño Jesús, antes de la comida de hoy, rezaré el Angelus con espíritu de gratitud y de espera.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

19 diciembre 2016

Nunca poner «peros» al Señor.

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Anuncio a Zacarías. Señor, ayúdame a vivir el momento presente en plenitud, que las preocupaciones del futuro no perturben mi paz y los errores del pasado sepa abandonarlos en tu infinita misericordia, pues no puedo cambiarlos en nada. Quiero confiar más en ti, Señor.

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 5-25.
Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.

Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.

Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".

Pero Zacarías replicó: "¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada». El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo". 

Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.

Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: "Esto es obra del Señor. Por fin se digno a quitar el oprobio que pesaba sobre mí". Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
«Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor»

Nuestra naturaleza nos hace emitir un juicio, casi de manera natural en contra de Zacarías. Sí, al leer este pasaje evangélico, juzgamos a Zacarías por haber dudado del ángel. Pero, era bastante lógica su duda, pues su esposa y él eran viejos. Pero ¿será ésa la verdadera inquietud de Zacarías?, ¿o también era el contenido del mensaje?

Creo que hoy, son pocas las personas que de verdad se sentirían completamente felices y no pondrían ningún obstáculo si el Señor les pidiese un hijo para consagrarlo a su servicio.

Porque, aunque estamos en el camino del servicio del Señor, oramos y tratamos de ser buenos creyentes como lo era Zacarías, al momento de tener que ofrecer un hijo a Dios empezamos a poner «peros», más aún, cuando ese hijo ha sido tan esperado, anhelado o simplemente tenemos puestas todas nuestras ilusiones en él. Pero ¿por qué, si amo a Dios de verdad, al que me lo dio todo, no se lo entrego?  Señor, creo que nunca te he ofrecido a mis hijos de corazón, a mis seres queridos; creo que el sólo pensar en que me los pudieras pedir, me da miedo. Veo que en verdad no confió en Ti.

Mi confianza es muy humana aún, considero que Tú no los puedes hacer totalmente felices, que no podrían vivir una vida sin familia y, además, entregada de lleno al servicio a los demás. No, hoy en día ya no vale la pena que se hagan monjas, sacerdotes o matrimonios consagrados y entregados a Dios, porque sufren mucho…

Señor, enséñame a entregarte incluso a aquellos que más amo en esta vida, porque sólo así podrás cuidarlos y obrar en ellos para hacerles felices.

Sea al sacerdocio, a la vida consagrada o al matrimonio, te consagro a mis hijos y seres queridos para que en Ti encuentren su plenitud y felicidad.

«El objetivo ha de ser lograr inserirse en el diálogo con los hombres y mujeres de hoy, para comprender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas. Son hombres y mujeres a veces un poco desilusionados con un cristianismo que les parece estéril, que tiene dificultades precisamente para comunicar incisivamente el sentido profundo que da la fe. En efecto, precisamente hoy, en la era de la globalización, estamos asistiendo a un aumento de la desorientación, de la soledad; vemos difundirse la pérdida del sentido de la vida, la incapacidad para tener una “casa” de referencia, la dificultad para trabar relaciones  profundas. Es importante, por eso, saber dialogar, entrando también, aunque no sin discernimiento, en los ambientes creados por las nuevas tecnologías, en las redes sociales, para hacer visible una presencia, una presencia que escucha, dialoga, anima. No tengan miedo de ser esa presencia, llevando consigo su identidad cristiana cuando se  hacen ciudadanos de estos ambientes. ¡Una Iglesia que acompaña en el camino, sabe ponerse en camino con todos!»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Haré un acto de entrega y consagración de mis seres queridos, poniendo en las manos de Dios y de mi Madre María, sus vidas para que encuentren la felicidad y la paz verdaderas que sólo Tú les puedes dar.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


18 diciembre 2016

Recibir a María, recibir a Jesús.

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El anuncio a José Ayúdame, Espíritu Santo, a recibir a Jesús de la mejor manera posible. Actúa dentro de mí, toma mi corazón, infunde en él la fe, la esperanza y el amor. Abre mi alma a la verdadera alegría, la que viene de tener un Dios tan cerca, viviendo entre nosotros. Santa María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Amén.

Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel que quiere decir Dios-con-nosotros.

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¡Se acerca el día! ¡Ya casi es Navidad! Hemos estado preparando el corazón durante tres semanas. Ha sido tiempo de conversión, de oración, de esperanza. Y poco a poco nos hemos acercado al tiempo del gozo, porque “Cristo vino al mundo”.

¡Cuánta alegría, Señor, saber que has querido venir a nosotros! Vienes al mundo por obra del Espíritu Santo, del seno de María Inmaculada. Vienes y tomas el nombre de Jesús, es decir “el Señor salva”. Vienes a salvarnos a todos del pecado, del mal y de la muerte. ¡Gracias, Señor, por tu Encarnación!

¡Cuánta alegría recibir a María! ¡Cuánta alegría recibirte a Ti! Tal vez cueste al inicio, como le costó a san José. Pero ayúdame a recibirte con la fe y con el amor que tuvo él tras el mensaje del ángel. Permíteme, con la ayuda de tu gracia, que seas mi Emmanuel, «Dios-con-nosotros». ¡Dios conmigo! Por el bautismo te llevo siempre dentro de mí, y sé que María es una buena mamá que nunca abandona. ¡No permitas que jamás me separe de Ti!

«Jesús, Dios, es un hombre verdadero, con su cuerpo de hombre está en el cielo. Y esta es nuestra esperanza, es nuestra ancla, y nosotros estamos firmes en esta esperanza si miramos al cielo. En este cielo habita aquel Dios que se ha revelado tan cercano que llegó a asumir el rostro de un hombre, Jesús de Nazaret. Él permanece para siempre el Dios-con-nosotros —recordemos esto: Emmanuel, Dios con nosotros— y no nos deja solos. Podemos mirar hacia lo alto para reconocer delante de nosotros nuestro futuro. En la Ascensión de Jesús, el crucificado resucitado, está la promesa de nuestra participación en la plenitud de vida junto a Dios.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Viviré hoy cultivando la alegría de Dios que viene con nosotros. Ante las contrariedades o disgustos, serenidad y una sonrisa.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

17 diciembre 2016

Decidir confiar.

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Genealogía de Jesucristo Señor Jesús, me amas como no tengo una idea. Lo «peor» de todo es que esto no lo comprenderé jamás teóricamente, sino «experiencialmente». ¿Qué puedo hacer entonces? Justo eso: pedirte la experiencia de tu amor. ¡Quiero renovarla de verdad! En tus manos pongo esta intención y mi oración. Amén.

Del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-17

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.

David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.

Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Hay instante más bello, que aquél en que se espera algo bueno? Cuántas veces, ante un proyecto que nos ilusiona, esperamos con una emoción y espera que no desesperan. Como si nos tocase disfrutar de lo esperado aun sin tenerlo. La espera de un día especial, de un aniversario, de un cumpleaños, de la llegada de un familiar, de una persona querida, de un hijo, de un bebé que viene al mundo.

Siempre están presentes las expectativas, y a veces no nos dejan dormir. Tenemos temores, miedos de verdad justificados –otros no. Pero desde luego que nos ilusiona, pese a todo pesar. Y ante los miedos, o se decide sucumbir o se decide confiar.

Creo que un poco sucedió así contigo, Madre mía. ¡Quisiera ponerme en tu lugar! ¡Tanto misterio en tan esperada espera!, en donde la voz de Dios era tan tenue, y tenías que agudizar tanto el oído. Y, al mismo, tiempo confiabas en Dios. Sí, tenías tantas preguntas y miedos, ¡pero confiabas en Dios!, y eso te «solucionó» todo. Nada cambia al exterior para e quien en Dios confía, pero en el interior ocurre un milagro: el corazón se torna como el de Cristo mismo.

Con esa actitud, desde lo más profundo de tu ser, Madre mía, ante la espera, quiero detenerme frente a todas mis esperas, sobre todo frente a la de prepararme para recibirte, Jesús.

«El profeta Isaías describe la figura del Siervo de Yahveh y su misión de salvación. Se trata de un personaje que no ostenta una genealogía ilustre, es despreciado, evitado de todos, acostumbrado al sufrimiento. Uno del que no se conocen empresas grandiosas, ni célebres discursos, pero que cumple el plan de Dios con su presencia humilde y silenciosa y con su propio sufrimiento. Su misión, en efecto, se realiza con el sufrimiento, que le ayuda a comprender a los que sufren, a llevar el peso de las culpas de los demás y a expiarlas. La marginación y el sufrimiento del Siervo del Señor hasta la muerte, es tan fecundo que llega a rescatar y salvar a las muchedumbres.
Jesús es el Siervo del Señor.»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

¿Cómo voy en mis propósitos de adviento?, ¿tengo alguno? Hoy lo renovaré en mi corazón para ofrecértelo, Señor.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

16 diciembre 2016

Ser testigo de la verdad.

BY enformacondios IN No comments


Hago aquello el Padre me ha concedido realizar. Creo en Ti, Señor. Creo que eres mi Dios y mi todo. Confío en Ti y sé que nunca me defraudarás. Te amo porque no puedo hacer nada menos que ello. Aumenta y fortalece en mí estas tres virtudes para que así pueda descubrirte siempre en todos los momentos y circunstancias de mi vida. Gracias, Señor, por todos los beneficios que me das. Pongo en tus manos mi vida, mis intenciones y todo lo que llevo en mi corazón. Madre mía, ayúdame a preparar un buen lugar en mi corazón a Jesús que viene en camino.

Del santo Evangelio según san Juan 5, 33-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz.

Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre”.  Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En este pasaje me hablas de dar testimonio de la verdad con obras, obras concretas. Más que el testimonio que Juan dio de Ti, tus obras eran la prueba más clara de ser el enviado de Dios. Así también me invitas hoy a ser testigo de la verdad.

Para ser testigo de algo es necesario primero estar seguro de lo que se quiere testimoniar, haberlo vivido, presenciado, experimentado. Dame la gracia, Señor, de conocerte y experimentarte cada día más y más, para así poder ser un testigo creíble en el mundo de hoy.

Ser testigo de la verdad se puede traducir en mi vida a vivir mis compromisos de cristiano como sé que los tengo que vivir. El cristianismo más que estar escrito en libros, artículos y sumas debe estar escrito en mi vida, en mis acciones de caridad, de benedicencia, de perdón, de misericordia. Ser cristiano conlleva necesariamente ser testigo de Ti: verdad que no pasa, que da sentido a todo, que sustenta mi existencia y mi conocimiento.

Yo, siendo cristiano, estoy llamado a ser lámpara que ilumina el camino de los extraviados, de los confundidos, de los desorientados. Mi vida debe ser alarma que despierte interrogantes en los demás. Interrogantes que lleven a la búsqueda y respuesta de la verdad que eres Tú mismo.

Ayúdame, Señor, a experimentarte profundamente, a ser un testimonio encarnado de la verdad y a ser antorcha que brille en mi entorno por el buen ejemplo de vida cristiana auténtica.

«Gracias a este camino, siempre guiado por la Palabra de Dios, cada cristiano puede transformarse en testigo de Jesús resucitado. Y su testimonio es mucho más creíble cuanto más transparenta un modo de vivir evangélico, gozoso, valiente, humilde, pacífico, misericordioso. En cambio, si el cristiano se deja llevar por las comodidades, por las vanidades, por el egoísmo, si se convierte en sordo y ciego ante la pregunta sobre la “resurrección” de tantos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, como podrá comunicar la potencia liberadora de Jesús vivo y su ternura infinita?»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Iniciaré con fervor el rezo de la novena de preparación para Navidad.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

15 diciembre 2016

El adviento es esperanza.

BY enformacondios IN No comments


Envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Señor, mi corazón espera con alegría tu venida. Ven, no tardes, anhelo tu llegada. «Así como la cierva busca las fuentes de agua viva, así mi corazón te busca a ti» (salmo 42). Por eso vengo aquí, para preparar mi corazón a tu llegada. Dime, qué es lo que quieres de mí, qué puerta de mi corazón quieres que te abra.

Del santo Evangelio según san Lucas 7, 24-30
Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de él a la gente diciendo: "¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con telas preciosas? Los que visten fastuosamente y viven entre placeres, están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, y yo les aseguro que es más que profeta. Es aquel de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Yo les digo que no hay nadie más grande que Juan entre todos los que han nacido de una mujer. Y con todo, el más pequeño en el Reino de Dios, es mayor que él".

Todo el pueblo que lo escuchó, incluso los publicanos, aceptaron el designio de justicia de Dios, haciéndose bautizar por el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los escribas no aceptaron ese bautismo y frustraron, en su propio daño, el plan de Dios. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Qué es el adviento?El adviento es esperanza. Pensemos un momento en Juan, contemplemos su situación. Juan había recibido la misión de preparar al pueblo de Israel para la llegada del Mesías. Y esta misión, para Juan, era su vida. Su total dedicación estaba en cumplir esta misión Por eso no importaba de qué se vestía o cómo se alimentaba. Tenía una misión que cumplir y eso era su obsesión.

¿Qué veía Juan? Veía que la llegada del mesías estaba muy cerca y que sin embargo el pueblo no estaba preparado. Por eso cuanto más pasaba el tiempo gritaba con más fuerza la necesidad de preparase. Era, tal vez, como los niños que cuanto más se acerca la navidad mejor se portan y al mismo tiempo son más insistentes con sus padres para que les compren los regalos que quieren. Podemos decir que Juan era como un niño que sabía que algo importante iba a pasar. Y, al mismo tiempo, insistía más a la gente para que abrieran los ojos al gran misterio de la llegada del Mesías que por tantos años habían esperado.

¿Y por qué es el más grande? Porque conoció a Jesús cuando llegó. La verdadera grandeza está en conocer a Dios. A Dios que viene al mundo, que viene a mi corazón y me dice «te amo, ¿me dejas entrar en tu corazón?». Y el adviento consiste en esperar y en preparar nuestro corazón a la venida de Jesús.

Ahora, volvamos unos años atrás o contemplemos a los niños. ¿Quiénes son los que más disfrutan las navidades?... Los niños. ¿Por qué? Porque saben esperar. Pensemos cuando éramos niños. Esperábamos con alegría estos días y llevábamos una cuenta exacta de los días, de las horas y de los minutos para el gran día. Cada minuto era importante. La espera… Y cuando llegaba el día se disfrutaba muchísimo.

Por eso, para disfrutar de la llegada de Cristo hay que esperar, preparar el corazón y disfrutar cada momento. Por eso el más pequeño es el más grande.

«La voz del Bautista grita también hoy en los desiertos de la humanidad, que son —¿cuáles son los desiertos de hoy?— las mentes cerradas y los corazones duros, y nos hace preguntarnos si en realidad estamos en el buen camino, viviendo una vida según el Evangelio.[…] Si a nosotros el Señor Jesús nos ha cambiado la vida, y nos la cambia cada vez que acudimos a Él, ¿cómo no sentir la pasión de darlo a conocer a todos los que conocemos en el trabajo, en la escuela, en el edificio, en el hospital, en distintos lugares de reunión?»

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, te ofrezco, Jesús, hacer un examen de conciencia para reflexionar como me estoy preparando para vivir las navidades. Si las veo como un periodo en el que hay que gastar un poco más de dinero, si las vivo como un momento de familia o si, sobre todo, las vivo como un momento en el que vienes a mi corazón y que por lo tanto he de prepararlo para este momento.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.